Ricardo Valenzuela
El día de ayer, ante mi queja por las salvajes “protestas” que ya en estos momentos están destruyendo California, me enfrenta una muchachita afirmando los culpables no son sus consentidos inmigrantes, sino las multitudes de “pochos” que representan los descendientes de los mexicanos que emigraron hace muchos años. Y como su gran argumento acude afirmando que no hay evidencia de tal cosa. Para luego orgullosamente desenfundar su gran conocimiento de la Inteligencia Artificial.
No debería molestarme algo que, como Chavez, en uno de sus pocos momentos brillante, definiera un reto que le hacía Maria Corina Machado al no aceptarlo; “águila no combate a las moscas,” me molesta porque es la repetición de algo que he atestiguado durante tanto tiempo. Opinadores que, teniendo a mano sus nuevas herramientas tecnológicas, sienten que ya conocen todas las profundidades de este mundo tan complicado. Es decir, una chamaca que, tal vez no conozca California, con una seguridad casi soberbia enfrente alguien como yo que, no solo conozco California, he vivido, estudiado y trabajado en ese infierno.
Su afirmación tan insultante culpando a los “pochos” de un desastre que apenas se inicia, me provoca pensar que ella no tuvo que contar los casi 15 millones de ilegales que Biden permitiera entrar al país. Y, sobre todo, no debe saber que George Soros fue quien planeó y financió todo ese proceso como parte del plan del globalismo para la destrucción de EU desde su interior, como ya lo hicieron con Europa y ya la vemos domesticada y socialista.
Pero, esto no es una problemática reciente, tiene mucho tiempo ya operando ante la apatía de muchos. Hace unos años me encontraba en el aeropuerto de la ciudad de México para tomar un vuelo a Hermosillo, mi ciudad natal. Al llegar a la sala de abordaje, pensé haberme equivocado puesto que no veía algún conocido. Además, todos los pasajeros listos para abordar el vuelo tenían un aspecto muy diferente al del clásico sonorense. Eran todos hombres, muy jóvenes, de estatura baja y de piel muy morena que ciertamente no los identificaba como sonorenses. Y fue cuando verificaba era mi vuelo.
Ya montado en el avión, me tocaba un asiento enseguida de uno de ellos. Poco antes de llegar a Hermosillo, mi compañero, que había permanecido callado, me preguntaba nerviosamente si faltaba mucho tiempo para llegar al destino. Le respondía que solo en unos 20 minutos haríamos el arribo y le preguntaba ¿A dónde vas? Y me reviraba que a Hermosillo donde tenía parientes, me di cuenta de que mentía. Ya en el aeropuerto de mi ciudad, veo que era parte de un grupo que estaba siendo recibido por unos tipos impresionantes que activaban una diciplina casi militar para conducirlos a una serie de camionetas ya esperando. Y fue cuando le pregunto a uno de los empleados del aeropuerto ¿Qué es esto? Me respondía, son aspirantes a cruzar a EU.
Me esperaba allí mismo un gringo que era mi socio en algunas operaciones de ganado y, después de explicarle lo que sucedía, le propongo seguirlos pues nuestro plan era viajar hacia Tucson. Mi amigo acepta e iniciamos la aventura hasta arribar al pueblo de Santa Ana, donde las camionetas daban la vuelta hacia el oeste que ya no era nuestra ruta. Pero, ya invadidos por la curiosidad, decidimos continuar la persecución. Después de una hora llegábamos a las inmediaciones de un cruce fronterizo llamado Sásabe, y lo que vimos en esos momentos era algo increíble.
Un enorme campamento similar a los de refugiados en el medio oriente, donde varios miles de gentes esperaban cruzar a EU. Un campamento sin agua, sin comida, sin sanitarios, sin servicio médico, en donde esos miles de seres humanos formaban un increíble infierno de Dante. Ubicamos un par de policías rondando y les preguntamos ¿Qué es esto? Casi aliviados nos responden.
“Esto es el purgatorio de estas gentes esperando su turno para cruzar. A nosotros nos mandan del Ayuntamiento de Caborca para que nos hagamos pendejos, pues es lo único que nos permiten hacer. A diario llegan las parvadas de los debutantes en esas camionetas de todas partes del estado y el flujo nunca se detiene. Y aquí se ha formado este infierno donde acampan hombres, mujeres, niños, muchos de ellos enfermos sin atención. Son miles de seres desesperados y, por supuesto, un lugar sin ley donde se cometen todo tipo de delitos inimaginables en lo que pareciera algo totalmente permitido por las autoridades.”
Impactado por lo que habia visto, dias después en Tucson me reunía con el jefe de la patrulla fronteriza, un buen amigo mío y me decía. “Mira mi buen amigo, el infierno que tu describes en Sásabe, es algo que se repite por toda la frontera desde Tijuana hasta Reynosa. Nosotros mensualmente atrapamos unos 20,000 tratando de cruzar, pero, estimamos son los menos y el resto logra cruzar ilegalmente. Y eso nos indica que unos 60,000 logran penetrar cada mes. Y no son solo mexicanos, pues, además de los que proceden de toda AL, encontramos gente de diferentes partes del mundo en una olla de presión que deberá explotar y no se le ha dado la importancia que requiere la seguridad del país.”
Para concluir la visita, el jefe Aguilar me dice. Se estima que en estos momentos ya hay no menos de 6 millones de mexicanos que ilegalmente penetraron EU. En California, uno de sus destinos preferidos, los gringos están a punto de convertirse en la minoría y algo similar sucede en todo el sureste del país. El FBI tiene muy claro que en las “gangas” de California, un buen porcentaje de sus miembros son mexicanos ilegales que, increíblemente, son enviados a cruzar con el objetivo de sumarse a ellas, que se han convertido en socios de los carteles mexicanos.
El agente del FBI en Tucson, Patrick Molden, me informaba que esos migrantes mexicanos, al cruzar a California, tienen dos alternativas. Trabajar en las zonas agrícolas ganando unos cuantos dolares, o, pasar a ser miembros de las gangas ya socias del CJNG, el de los chapitos CDS, que desde el inicio les garantizan ingresos nunca soñados. En LA se estima hay cerca de 200,000 miembros de sus soldados listos para la guerra y, lo más increíble, han corrompido al gobierno estatal, a la policía y operan sin cuestionamientos. Y cerraba, al igual que en Mexico, están acumulando un poder para rivalizar al gobierno que, ante cualquier intento para detenerlos, pueden armar una verdadera guerra.
Así es que, mi estimada rival, hay que informarse y no precisamente con la inteligencia artificial, porque el problema no es artificial.
No comments:
Post a Comment