Regresamos al infierno donde la economía se basa en influencia política, no en oferta y demanda. Y, como el fascismo, tolera la propiedad privada pero los derechos económicos individuales pueden ser nulificados a capricho del líder.
Mientras EU elige un presidente que enfrenta la mafia política para recuperar algo del liberalismo, herencia de sus padres fundadores, un hombre que lucha contra un colectivismo disfrazado con propiedad privada, pero con reglas dictadas por la mafia del Estado Profundo que trata de destruirlo, en México, como el burro de la noria, damos vueltas para llegar al mismo lugar. Ambos países tuvieron avances durante el siglo 19, pero en el siglo 20 fueron arropados por el socialismo, aunque en diferentes grados. Después del marxista Obama los EU están tratando de regresar a la casa de sus fundadores. Pero México retorna al nacionalismo revolucionario.