Ricardo Valenzuela
15 DIAS PARA VIVIR (Artículo publicado por Times en 1929)
“Inglaterra es un lugar más agradable que México en
multitud de sentidos. Es tan superior que la semana pasada el líder civil de su
más reciente revolución, Gilberto Valenzuela, debe haber deseado encontrarse de
nuevo en la Corte de Saint James portando un elegante frac y la banda cruzada
sobre su pecho, identificándolo como Enviado Extraordinario & Ministro
Plenipotenciario del gobierno mexicano ante Inglaterra. Sin embargo, desesperadamente
batallaba en el estado de Sonora, primero para lograr apoyo civil para el
ejército de su jefe militar, Gral. Gonzalo Escobar y, segundo, tratando de
hacer llegar un despacho urgente al presidente Herbert Hoover, solicitando se
reconociera la separación de los diez estados norteños del resto de México para
formar la Nueva República Mexicana de Obregón.”
“Para efectos regionales, Valenzuela, el jefe rebelde y civil, busca identificarse con el mágico nombre de su heroico y viejo amigo, Gral. Álvaro Obregón, quien fuera asesinado días después de su reelección como presidente. La semana pasada, inclusive, la viuda del presidente asesinado, María Tapia, agregó una carta al paquete dirigido a Hoover suplicándole el apoyo para el movimiento separatista de Valenzuela.”
“Sin embargo, todo ha sido en vano. El presidente
Hoover durante mucho tiempo ha expresado simpatías hacia el gobierno del
presidente Emilio Portes Gil, en contra de los rebeldes emergentes del Plan
Hermosillo opuestos a la formación del nuevo partido político, el PNR, el nuevo
instrumento de Calles. Asegurando tal posición el Secretario de Estado
americano, F. Billings, afirmaba a corresponsales extranjeros el que, bajo
ninguna circunstancia, los EU reconocerían el no existente gobierno de
Valenzuela.”
“Pero aun así los rebeldes han abierto una oficina
en Manhattan a cargo de Alfredo Jiménez, que han bautizado como Consulado de la
nueva República. El Cónsul Jiménez ha declarado que las mercancías exportadas
por los EU hacia Sonora y el resto de los estados controlados por los rebeldes,
deberán tramitarse a través de su oficina.”
“Todo esto debe ser muy desafortunado para
Valenzuela quien fuera Ministro en Londres hasta el pasado mes de Diciembre.
Valenzuela, un brillante abogado, astuto jugador de ajedrez, hombre de estatura
impresionante, luce más como un aristócrata europeo que un revolucionario
mexicano, abstemio, no fumador, un honesto civil en medio de un gobierno
tradicionalmente conformado por militares sumamente corruptos, es realmente
inconcebible. El sobrenombre que le han obsequiado sus enemigos, El Capitán de
los Cristeros, devela sus simpatías por la iglesia católica, pero es cruelmente
injusto en su connotación literal, puesto que Valenzuela nunca ha sido parte
del tal movimiento.”
“El presidente Portes Gil afirma casi gritando: Le
doy a esta revolución 15 días más de vida. Nuestras tropas capturarán Torreón y
después iniciaremos una feroz persecución por todos los rincones del país.”
“Pero la persecución se ha iniciado ya a cargo del
jefe máximo, Plutarco Elías Calles. Vistiendo ahora los arreos de Ministro de
Guerra, personalmente lidera unos 50,000 soldados avanzando hacia Torreón,
plaza controlada por el Gral. Escobar. Había sido Elías Calles, como presidente
(1924-1928), quien en 1925 enviara al líder rebelde a la Corte de Saint James
después que Valenzuela ocupara la Secretaría de Gobernación en tres ocasiones,
el liderazgo del congreso de su estado y fuera gobernador de Sonora.”
“A medida que la semana avanza, el Gral. Calles con
sus 50,000 soldados ha tomado la plaza de Durango encontrando poca resistencia
de un grupo rebelde minoritario y desorganizado. Calles ha fortalecido su
posición tomando luego estación Canitas para ahora dirigirse a Torreón, base de
los rebeldes. Noticias más recientes nos informan de la toma de Veracruz, en
donde las tropas del Gral. Calles capturaron 5 Generales rebeldes los que
fueron ejecutados de inmediato. Le quedan menos de los 15 días de vida a la
revolución iniciada por un civil, Gilberto Valenzuela.”
FIN TIMES
El enfrentamiento de don Gilberto con Elias Calles
se habia provocado cuando, con el asesinato de Obregon, don Gilberto se
trasladara a Mexico pues en esos momentos era embajador en Londres. En la
ciudad de Mexico recibe una invitación para visitar a Calles en Cuernavaca. Don
Gilberto acepta y se encontraba con Calles en su casa. Después de las
formalidades Calles le dice; que pena la muerte del General Obregon, se que
usted era muy su amigo. Prosigue Calles, pero licenciado la vida debe seguir al
igual que la vida del pais. Le notifico que hemos formado un partido político
que incluya todas las corrientes revolucionarias tan sueltas. Es la hora que
los civiles ya tomen las riendas de Mexico.
Don Gilberto lo escuchaba sin pronunciar palabra. Continua Calles. Y amigo y paisano le comunico que hay una gran corriente de simpatía en el nuevo partido, para su candidatura a la presidencia de la república ¿Qué le parece licenciado? Don Gilberto responde, pues no me parece General, porque lo que esta formando no es un partido, es otra dictadura, acuérdese del Plan de Agua Prieta. Así es que le agradezco esas muestras de simpatía, pero no las puedo aceptar. Es mas General, no acepto ni siquiera ser miembro de ese nuevo partido. Se despidieron con la misma antipatía que los habia enfrentado tantas veces en Sonora. Se retiraba don Gilberto y unas semanas después los Generales Topete, Manzo, Garcia, Hill todos sonorenses, junto con el Gral Escobar se rebelaron con su revolucion renovadora y elegían candidato a la presidencia a Gilberto Valenzuela.
Días después, Gilberto Valenzuela, al igual que el Gral. Gonzalo Escobar y los hermanos Topete, partía al exilio dando fin a la hegemonía sonorense, al ideal de formar un país libre y republicano, y naciera el maximato de Calles adornado con la nueva creatura, el PRI. En Octubre de ese fatal año de 1929, al presidente Hoover le explotaba en las manos lo que se conocería como La Gran Depresión para desembocar en el New Deal y la concentración del poder político en el oráculo de Washington. En México Calles lo consolidaba en el DF, y así se iniciaba esa nueva dictadura que duraría casi 70 años. El movimiento de Calles sería tan especial que Mario Vargas Llosa lo bautizara como la dictadura perfecta.
Don Gilberto regresaría a Mexico cuando Calles fuera obligado a salir del país, para entonces ser nombrado Ministro de la Suprema Corte de Justicia de nuestro país. Ya radicado en la ciudad de Mexico, en los años 50 fue convocado a una reunión con el Presidente Ruiz Cortinez. Al arribar don Gilberto puntual a su cita, luego de los saludos tradicionales el presidente sin perder tiempo le afirma: “Don Gilberto, debido a su gran trayectoria en la política como en sistema judicial de nuestro país, el partido ha decidido hacerlo Senador por el Estado de México, ¿qué le parece?” Don Gilberto le responde: “Pues no me parece Señor Presidente. Primero, porque yo no soy del estado de México, yo soy originario de Sonora y miembro del grupo emanado del Plan de Agua Prieta. Y segundo, porque yo no creo el partido debería de tener ese poder. Por eso se combatió en la revolución, el sufragio efectivo. El único que debería de tener ese poder, es el pueblo con su voto”.
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