ASÍ LO HIZO CHILE

Ricardo Valenzuela

CHICAGO BOYS Trailer

Participar en las reuniones de la Álamos Alliance no es sólo un privilegio, es también la gran oportunidad de compartir ideas económico-políticas con mentes privilegiadas que, a través de los años, han dejado profunda huella en diferentes regiones del mundo. Mentes como la de Alito, padre de los Chicago boys, Nicolás Ardito, ex presidente de Panamá, Vittorio Corbo, ex presidente del banco central de Chile, Manuel Hinds, ex ministro de finanzas de El Salvador, y el narrar sus participaciones podría ser una interesante incursión al valle de la sabiduría.

Sin embargo, mi nota de la semana pasada ha tenido una especial recepción que, dejando de lado la sabiduría de los citados participantes, he decidido continuar revisando la historia de ese grupo de jóvenes economistas que, en contra de todos los momios, llevaron a cabo la transformación de Chile en lo que algunos analistas consideran un milagro. Pero los milagros económicos no son tales. Son sólo el resultado del trabajo, el ahorro y la formación de capital realizados en el marco de una política económica coherente.

 

Después de que la primera horneada de chilenos graduados en la Universidad de Chicago regresaran a su país, se refugiaban en la Pontificia Universidad Católica para transformar la enseñanza de esa casa de estudios. Una de sus novedades fue estructurar cursos de economía para empresarios lo cual provocaría, primero, abrir los ojos a ese grupo de escasa formación económica. Segundo, una relación especial entre empresarios y los Chicago Boys, la cual rendiría dulces frutos. Sin embargo, Chile, como toda América Latina, continuaba navegando ese mar de la mediocridad cortesía el mercantilismo, proteccionismo, inflación-devaluación, economía mixta, cortesía de la CEPAL y malos gobernantes.

 

En 1969 Chile se preparaba para una elección presidencial. Fue cuando un grupo de empresarios acudió a los jóvenes economistas solicitando elaboraran un programa económico-social, para presentarlo a uno de los candidatos, Jorge Alessandri. Cuenta uno los Chicago Boys, Sergio de Castro, que cuando Alessandri terminara la lectura del documento, realmente histérico gritaba; "sáquenme de aquí a esta bola de locos."

 

El programa que provocara la histeria de Alessandri era sencillo y en suma consistía en la apertura de la economía, eliminación de prácticas monopólicas, liberación del sistema de precios, modificación del sistema tributario por uno más justo, eficiente y equitativo, estado de derecho, formación del mercado de capitales, normalización de la actividad agrícola destrozada por la Reforma Agraria, protección de los derechos de propiedad.

 

El 4 de Septiembre de 1970 era elegido presidente Salvador Allende, el primer presidente marxista en la historia de Chile. Allende de inmediato, a través de su programa, Vía Chilena al socialismo, inició una ola de draconianos impuestos,  expropiaciones, nacionalizaciones de las actividades claves de la economía. Los gastos del gobierno de se incrementaron 40%. Se expropiaron las propiedades agrícolas superiores a 8 hectáreas. La inflación se disparaba a un 375%. Se estableció el control de precios resultando en escases, se llevó a cabo una política monetaria suicida desembocando en una hiperinflación, que hizo imposible el funcionamiento normal de la economía.

 

Chile descendía al mundo de las tinieblas.

 

En Septiembre de 1973, ante el clamor popular, una junta militar derrocó al presidente provocando una indignación a nivel mundial ante la destrucción de la democracia chilena. El Gral. Pinochet y sus métodos de gobierno provocaron un rechazo entre socialistas como Echeverría en México, pero, como afirma Amnistía Internacional, Pinochet respondió sangre con sangre. Sin embargo, desde el principio la transformación económica implementada en Chile, adquirió un enorme prestigio y aceptación ante las instituciones financieras internacionales.

 

A inicios de 1973, el grupo de Chicago Boys despreciado por Alessandri, decidía trabajar de nuevo en el plan de desarrollo económico con la esperanza de que, "alguien" le prestara atención para rescatar el país del caos marxista. Se planteó la necesidad de reeditar los análisis de 1969. El grupo crecía y los resultados se hacían llegar a parlamentarios de la oposición. El proyecto final se le llegó a conocer como, "El Ladrillo". En el inter, uno de los miembros del grupo establecía contacto con los altos mandos de la Armada Nacional. Fue de esa forma que el documento llegara a la junta de gobierno, y lo contemplara como posible solución a la grave problemática.

 

El documento demostraba que las ideas tienen fuerza. Que estas ideas deberían debatirse y convencer al más alto nivel; que la fuerza de estas ideas es en gran medida es la fuerza que hoy impulsa el desarrollo del país; que ese desarrollo es una tarea de todos, y que el compromiso genuino de estos ideales libertarios es lo único que permitiría pasar el umbral de la ilusión a la realidad concretada. Muchos se extrañan de cómo fue posible que el gobierno de las fuerzas armadas aplicara un programa libertario tan ajeno a los conceptos de centralización con la que ellos operan. Ello se debió a la visión y el pragmatismo de que hicieron gala los comandantes de cada una de las instituciones armadas.

 

El caos sembrado por el gobierno marxista de Allende, que aceleró los programas socializantes graduales que se fueron introduciendo en Chile interrumpidamente desde la década de los 30, hizo fácil la tarea para  convencerlos que los modelos socialistas siempre conducen al fracaso y pobreza. El modelo de una economía social de mercado propuesto, tenía coherencia lógica y ofrecía una posibilidad real para abandonar el subdesarrollo. Los militares lo entendieron.

 

Finalmente la junta Militar aprobaba la implementación del plan, y se iniciaba el rescate de Chile.

 

Chile se había convertido en el primer experimento y el ejemplo más famoso, de aplicación de las reglas de economía ortodoxa en un país subdesarrollado. Un laboratorio en el cual se probarían las teorías liberales en una nación del tercer mundo, algo nunca intentado. Se había convertido también en el ejemplo del estrepitoso fracaso del socialismo latinoamericano. El comercio internacional fue liberalizado, los precios fueron dejados a las leyes de oferta y demanda, las empresas estatales fueron privatizadas, el sector financiero desregulado, las emisiones de dinero controladas, y las funciones del estado fueron drásticamente reducidas.

 

Chile, cortesía de los Chicago Boys y Alito, se ha convertido en un país en el cual se ha edificado un verdadero capitalismo democrático, un capitalismo incluyente, un nuevo capitalismo para todos. Chile se ha convertido en un oasis de prosperidad en un continente latinoamericano que se ha distinguido, y sigue distinguiéndose, por los fracasos económicos.

 

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