“Los milagros económicos no son tales. Son sólo el resultado del trabajo, el ahorro y la formación de capital realizados en el marco de una política económica coherente.”
Participar en las reuniones de la Álamos Alliance no es sólo un privilegio, es también la oportunidad de compartir ideas económico-políticas con mentes privilegiadas que, a través de los años, han dejado profunda huella en diferentes regiones del mundo. Mentes como la de Alito, padre de los Chicago boys, Nicolás Ardito, ex presidente de Panamá, Vittorio Corbo, ex presidente del banco central de Chile, Manuel Hinds, ex ministro de finanzas de El Salvador, Ricardo López Murphy, ex secretario de Hacienda de Argentina, y el narrar sus participaciones podría ser una interesante incursión al valle de la sabiduría.
Sin embargo, mi nota de la semana pasada ha tenido una especial recepción que, dejando de lado la sabiduría de los citados, debo continuar revisando la historia de ese grupo de jóvenes economistas que, en contra de todos los pronósticos, llevaron a cabo la transformación de Chile en lo que algunos analistas consideran un milagro. Pero los milagros económicos no son tales. Son sólo el resultado del trabajo, el ahorro y la formación de capital realizados en el marco de una política económica coherente.