Ricardo Valenzuela
Dentro de nuestra especie humana, tenemos dos subespecies que alguien las define de esta forma: 1) Las de buena naturaleza que sobreviven y desarrollan sus vidas con gran consideración de sus semejantes, y esto lo llevan a cabo mediante la cooperación y el libre intercambio de bienes y servicios. 2) Aquellos cuya naturaleza los impulsa a seguir sus instintos animales, se sienten superiores a los demás y deben conquistarlos a base del poder y su fuerza. Ellos son una minoría pervertida, depredadora que debemos eliminar. Es el clásico enfrentamiento entre la fuerza y la libertad.
Y aunque la mayoría de la gente no lo entiende y no lo acepta, es un elocuente grito de la verdad que nos debería perforar los oídos. Porque los gobiernos y sus políticos son eso, un grupo de parásitos que a través de la historia han estado succionando la sangre de la humanidad. Pero, lo más alarmante es que cada día crece la magnitud de esa succión y, sobre todo, las formas gansteriles como la llevan a cabo. En la mente de los profundos pensadores, no tienen duda al describir al gobierno como el peor enemigo de la humanidad. Lo único que producen son problemas y piedras en el camino de todos los peregrinos.
En EU, por ejemplo, al mismo ritmo que los casi 200 millones que trabajan produciendo la riqueza del país, los millones de burócratas, como los zopilotes ante la carroña, están listos para arrancarles gran parte de ese pan por el que han sudado y poder alimentar a sus familias. Esos gobiernos voraces presentes en todas las actividades de la sociedad civil, no precisamente para ayudar, sino para saquearlos al mismo tiempo que construyen más obstáculos en cada paso que el individuo tiene que dar. Ya sea en su trabajo, en la escuela de sus hijos, en los comercios, con sus doctores y medicamentos. Y como las garrapatas del ganado, los llevamos prendidos a nuestra espalda las 24 horas del día.
Nos agreden con impuestos, tarifas, mandatos, regulaciones, su permisitis que nos hace perder gran parte de nuestro tiempo productivo. Nos golpean los federales, los estatales, los municipales. Impuestos prediales, sobre la gasolina, placas para nuestro automóvil, sobre todo tipo de consumo, impuestos corporativos, sobre la nomina de los empleados y, el más injusto, intrusivo e insultante, el impuesto sobre los ingresos del individuo que es anticonstitucional. Un gobierno que al inicio del siglo 20 consumía un 4% del PIB sin producir déficits, a el gobierno actual que consume más del 50% del PIB y, como no le alcanza, cada vez endeudan más agresivamente al país condenando generaciones futuras.
El Congreso se ha convertido en una cueva de Ali Baba en donde, con la magia de un Houdini, desaparecen billones de dólares sin que les pidan cuentas. Ese mismo gobierno que ha sido secuestrado por el Complexo Militar-Industrial que tanto lucran con las guerras. Esos mismos que en el Departamento de Defensa desaparecieron 4 trillones y, como siempre, no se han aclarado y tampoco se ha llamado a cuentas. Un gobierno que no solo participó en un golpe de Estado, lo coordinó en sociedad con otras naciones del mundo, en actos que califican como traición a la patria solo para que emergiera esa vergonzosa impunidad con el mensaje; en EU el estado de derecho ha muerto. Las instituciones judiciales fueron penetradas y, en estos momentos, al igual que la Tesorería, el Departamento de Estado, el Departamento de Defensa, están totalmente al servicio de los nuevos propietarios de un país que fuera libre.
En estos momentos EU es la representación mas clara de esa subespecie operando con instintos animales, depredadora, pervertida que ha venido destruyendo lo que se había edificado durante dos siglos. Una subespecie que se ha hecha adicta a ese diabólico poder que les da riquezas inimaginables, el poder para definir ganadores y perdedores en todos los eventos nacionales.
Y en el más alto nivel de esa subespecie, el poder para provocar eventos mundiales como devaluaciones, depresiones económicas, guerras en las que también deciden los resultados desde esos oscuros rincones en todas partes del mundo, especialmente Washington (guerra) The City of London (dinero) el Vaticano (los perdones). Ahí deciden donde habrá guerra, donde habrá paz, se asesinara a JFK, a Lincoln, apoyar a Hitler desde inicios de los años 30, establecer el comunismo por el mundo. La intervención en la revolución mexicana para convertirla en socialista. El finalizar la guerra, aprobar la penetración en EU de 3,000 nazis en el gobierno, universidades, complexo militar-industrial. Son todas realidades que el mundo ignora, quiere seguir ignorando, y permanecer en las tinieblas fabricadas con dedicatoria para ellos.
Y esa ignorancia es el mejor aliado de esa subespecie depredadora. Así, creen firmemente que Biden ganó la elección con 80 millones de votos, sin salir del sótano de su casa durante toda la campaña. Un hombre que se había retirado del proceso para elegir el candidato demócrata cuando no llegara al 20% de las preferencias. También creen que un solitario tirador, Oswald, asesinó a Kennedy, un asesino amateur contra toda la maquinaria del Servicio Secreto una de las fuerzas más profesionales del mundo. Creen que el Gral Patton muriera en un fatal accidente cuando hubiera amenazado con dar a conocer las oscuras verdades de la guerra, y se construyeran las bases para una historia llena de falsedades.
Las falsedades sobre las cuales, durante los últimos 75 años, se construiría este mundo que amenaza con el fin de esta historia estructurando en todo el globo lo que ya se conoce como el 4th Reich, patente de los modernos nazis que invadieron EU en 1945 bajo el proyecto paperclip. Las Elites Globales habían reclutado a Hitler para que llevara a cabo una tarea, pero el alumno superaría al maestro, se les saldría de control y debían retirarlo del escenario. Pero, de Hitler habían aprendido cómo llegar a controlar a base de temor, control total de la narrativa y, en una sociedad de gobierno-billonarios, llegar a controlar el mundo en donde ambos jugaran un papel en una obra bien estructurada y sin confusiones al repartir el botín.
Y cuando esta tragicomedia haya terminado a su favor. Claramente entenderemos por qué a esta subespecie se le describiera como una minoría integrada por psicópatas, pervertida, depredadora que, antes de que se apoderara del mundo entero, debíamos haberla eliminado y no lo hicimos.
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