Ricardo Valenzuela
Se inicia el Segundo mes del año y no se aprecia algún cambio importante en esta Disneilandia de los monstruos que estamos viviendo. El presidente del manicomio continúa fabricando órdenes ejecutivas a velocidades cósmicas rompiendo a diario todos los récords, y la gente ya no sabe si reírse o iniciar el proceso de angustiarse por las posibles consecuencias que su locura pueda provocar. Se multiplican los rumores de que el usurpador opera desde una ficticia oficina oval, un set adquirido en Hollywood de uno de los programas de TV que personifican al presidente. Aparecen fotos de la verdadera casa blanca rodeada por gran cerco de alambres, miles de soldados custodiándola, y supuestamente oscura y deshabitada mientras los orates del congreso siguen con su pantomima de otro desaforo. Y, todo mundo pregunta ¿Por qué? Y no hay respuestas.
La orden ejecutiva activada por el presidente Trump en 2018, claramente describe cómo en los primeros 45 días después de la elección se debería de lleva a cabo una investigación profunda del fraude, después, otros 45 días para reportar y analizar los resultados y, a partir del día 91 de la elección, proceder con el congelamiento de todos los activos de los participantes. Y ese día 91 es hoy 1 de febrero. Obviamente de esto nadie está enterado puesto que solo leyendo esa orden alguien podría estar consciente de su contenido, pero, se sospecha que los terremotos que han estado sacudiendo los mercados es porque los implicados en el fraude, invadidos por el pánico, para protegerse están retirando sus activos enviándolos a otros países.
Sin embargo, se siente una profunda preocupación del grupo de piratas que activamente participaron en el golpe de estado y, se supone el ejército está 100% apoyando al presidente legítimo, y la mejor prueba ha sido el nombramiento del hermano del Gral Flynn como comandante de la flota naval del Pacifico, estratégicamente la más importante en estos tensos momentos que se viven con China, sin que la gente sepa que sucedería si la demanda en contra de la corporación propietaria de DC prospera. Como no hay antecedentes legales ni jurisprudencia, empieza a surgir el nerviosismo de lo que le espera al país. Se rumora que Trump regresaría al poder en Marzo, también, surge otro en el sentido de que habrá nuevas elecciones. Pero, lo que es indiscutible, es que este batarete ha provocado que la popularidad de Trump haya surgido a la estratosfera alcanzando niveles récord que ni en los mejores momentos de su presidencia los hubiera logrado. Y, eso, es un poderoso capital político que de alguna forma se va a utilizar.
Por otro lado, ante los demócratas ha surgido una poderosa y afilada espada de Damocles que los está amenazando por la basura que acumularon en la descarada comisión de sus delitos, que todo mundo pudo atestiguar y por eso la gente exige y quiere justicia. Que esas pecaminosas conductas exhibidas sin recato en medio de su arrogancia y su soberbia no queden sin castigo porque, por más que hayan avanzado su diabólica agenda dictada por los globalistas, un gran segmento del país permanece firme y fiel a sus valores, sus ideas y a las de los hombres que le dieron vida. Son aquellos que habían sido olvidados, abandonados e ignorados y fueran rescatados por Trump, ahora se sienten ultrajados, traicionados por quienes les quieren arrebatar la esperanza que Trump les hubiere regresado al abrirles de nuevo la puerta hacia las oportunidades y la prosperidad.
Y, los pecados cometidos por esos emisarios del infierno son tan graves, que ni las indulgencias papales los podrán rescatar de la furia de esos olvidados que, con las acciones de Trump, se sintieron rehabilitados con oportunidades, empleos, ingresos y todo lo que ofrece una economía boyante, y ahora de nuevo quieren atropellarlos para beneficiar a otros países y eso no lo van a permitir. Veo las redes sociales de los pequeños ganaderos, agricultores, la de los vaqueros y vaqueras que, lejos de sentir fracasaron, en lugar de retirar sus inscripciones de apoyo a Trump, se han multiplicado al infinito expresando el sentir de esas clases que se habían oprimido. Pero, los usurpadores, con su arrogante miopía, no solo los quieren regresar al baúl de los olvidados, se los refriegan en la cara para mostrarles el poder que, según ellos, es infinito y lo han logrado con sus pecaminosas acciones pensando no habrá quien los detenga.
Pero ¡cuidado! Esos 75 millones que votaron por Trump, más sus familiares, algunos que no votaron, pero son Trumpistas, sin olvidar los buenos demócratas que cada día se decepcionan al ver el panorama, es un contingente que porta un poder que va más allá de sus votos. Son esos americanos que trabajan, pagan sus impuestos, respetan la ley, protegen a sus familias, son religiosos. Son esos que con el mapa de Trump ya conocen el camino y no lo van a abandonar. Son también quienes no aceptan las imposiciones diabólicas de los piratas como el aborto hasta los 9 meses de gestación, el matrimonio homosexual, elevar a transexuales y sus múltiples derivados a las alturas obligando a que todos los acepten, que los consideren especiales y, por lo mismo, reciban eso, tratamientos especiales. Pero a fuerza de imposición no se puede ni se debe tratar de cambiar la sociedad aniquilando sus valores, su moral y la misma paz social. Y, esa sociedad tiene límites para su tolerancia y ya se les han terminado.
Porque en el corolario de una larga carrera de políticos profesionales que siempre han actuado sin respetar leyes, reglas, derechos individuales, con el robo de la elección y la pantomima que ahora ofrecen a esa gente buena, honorable, digna, llegaron demasiado lejos. Un payaso que, enterrando su dignidad, su humanidad, se prestó a participar en esta mala comedia operando desde una ficticia oficina oval, firmando papeles en blanco, un payaso que aceptó ser el actor principal de este circo y, mientras provoca la risa mundial, continua su denigrante papel para que su hijo libremente continúe robando. Y si un hombre corrupto es despreciable, un hombre que corrompe a sus hijos es abominable, sin vergüenza, sin moral y sin patria.
Ese es el panorama que nos presenta el segundo mes de la administración del Victoriano Huerta americano, conocido en México como el chacal, asesorado por quien, en aquella época del México salvaje, asumirá ese diabólico papel en la persona del embajador de EU, Lane Wilson, en cuya residencia se planeara la conspiración y el cobarde asesinato del presidente Madero para elevar a Huerta a su presidencia ilegitima y vergonzosa. Y, en esta horrorosa actualidad de los EU, ahora ese papel ha sido jugado por otro chacal más peligroso, Barak Obama. Y, esto, lo aseguro, no tendrá un final feliz.
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