Ricardo Valenzuela
La historia nos informa de todo tipo de dictaduras, pero, todas con un común denominador, la pérdida de libertad de la gente y, sobre todo, dictadores que se resisten al abandono del poder y, en este siglo 21, este mal presenta novedosas modalidades. En lo que llamamos el mundo desarrollado, sus gobiernos trabajan sin descanso para la implementación de su más reciente modelo; “la dictadura digital”. China ha sido el pionero y durante mucho tiempo ha estado ejecutando su plan y pueden presumir el que ya lograron su modelo Orwelliano. Desde un evento que muchos consideran ataque de bandera falsa, el derrumbe de las Torres Gemelas en septiembre 11 de 2001, la gente alrededor del mundo ha experimentado una escalación en la pérdida de sus derechos humanos, individuales y civiles.
El plan iniciado con ese derrumbe ha sido muy claro: Las elites globales quieren control total de todo y de todos. La ruta hacia el totalitarismo ha tenido víctimas y, en estos momentos, claramente podemos observar las consecuencias de permitir se formen estructuras de ilimitado poder para maniobrar. El sistema legal ahora opera como lo definiera Bastiat, convertido en el crimen que debería combatir, manejado por individuos corruptos al servicio de la elites, se ha corrompido la ciencia, avances tecnológicos que deberían servir para el mejoramiento de la humanidad, se están utilizando como armas destructoras de militares y la policía vigilante. Los “enemigos” se han estado invadiendo, saqueando y destruyendo. Desde el 2001, se ha creado una larga lista de nebulosos y masivos ataques produciendo gran número de muertes, que se han aprovechado para mantener y avanzar la agenda de su pretendido gulag digital.
Más recientemente, sanciones establecidas por la supuesta “Plaga Negra”, ha resultado en el experimento humano más grande de la historia, en el cual millones de ciudadanos han sido reducidos a piezas de ajedrez en un gran juego dirigido por esa masiva media y otras instituciones. Los gobiernos alrededor del mundo, unánimemente, sin importar ideología política o sus sistemas, han actuado en un perfecto tándem eliminando lo que permanecía de nuestros derechos para luego llevarnos a lo “nuevo normal”. Las evidencias claramente nos dicen el COVID es una operación psicológica y el factor casi total de la corriente situación del mundo. Y, lo mas irritante, no es la primera vez que lo hacen y descaradamente dejan sus huellas que nadie presta atención.
Ante este diabólico horizonte pregunto ¿Cómo será vivir en una prisión digital?
Las evidencias las históricas claramente nos indican que el vivir bajo una dictadura tecnológica será mucho peor que en las de sus antepasados. Una de las razones es que la tecnología trabaja sin descanso y puede analizar masivas cantidades de información en unos cuantos segundos. La tecnología permite a sus patrones un dominio total y subversión. Muchas de las agencias de inteligencia son usadas, no para espiar enemigos por todo el mundo, sino para espiar a todo mundo en EU. La elite quiere que todos sepamos que tenemos cero privacidad y, si nos portamos mal, ellos lo sabrán. Expertos afirman que condiciones de vida bajo una prisión digital produce los mismos resultados del confinamiento solitario en prisiones de guerra, que se clasifica como tortura. Es decir, un país con dictadura digital se convierte en un gran hospital psiquiátrico de locos, neuróticos agresivos, paranoicos e infinidad de problemas físicos.
La gente con gran facilidad cae víctima de propaganda designada para transformar el status quo en leyes expedientes de política, que reducen el disentimiento individual y hacer que las masas pierdan su franquicia. De inmediato los niveles de propaganda alcanzan nuevos niveles de sofisticación como la fabricación digital de eventos inexistentes imposible de detectar. Es cuando hasta disidentes y académicos de pensamiento crítico, enfrentan grandes problemas diferenciando los eventos reales de los fabricados que son especialmente designados para sostener el sistema, mantener la gente adormilada y conforme con el “nuevo normal”. A medida que la información se haga exageradamente restringida, será más fácil persuadir, manipular, y convencer a las masas de sus ofensivas mentiras. Y es que ellos pretenden asegurarse de controlar la realidad de toda la gente alrededor del mundo.
Habrá pocos que puedan lidiar con esas draconianas reglas, así como los chinos gustosamente aceptan su sistema de créditos. Aunque existe la posibilidad que la mayoría se convierta en víctima de un stress cronológico por su vigilancia, falta de privacidad, y esas ideas y reglas anti humanas. Los harán también presa de la fusión de sueños transhumanistas AI (Inteligencia artificial) con biología humana y sus efectos, su principal logro es que vayan hacia esa ruta o discutan cómo “implementar recuerdos”, y la tecnología será clave para la creación del “ciudadano modelo”. Esencialmente, experimentaremos sistemas autónomos destruyendo en la gente lo que se ha llamado su “proceso de poder”. Porque, en una tiranía digital es esencial reducir las masas a una simple y sumisa pieza de la nueva maquinaria social, como los confiables algoritmos de los sistemas AI y robóticos.
Finalmente, los humanos se convertirán en victimas de la depresión, serán letárgicos, apáticos si no tienen objetivos importantes que los motiven y para obtenerlos se requiere esfuerzo, así, ese “proceso de poder” habrá sido destruido. Porque objetivos dan al cuerpo y a la mente el ejercicio requerido para operar óptimamente. A diferencia de las históricas dictaduras, el posible futuro muy probablemente ofrezca algo para sus necesidades físicas (ingreso universal). Pero, el gran peligro de las dictaduras digitales será el ofrecimiento conveniente en un amplio campo de áreas, pero esa conveniencia llegará a un gran costo, la pérdida total de su libertad en una vida sin significado. Y es cuando se iniciará la construcción de ese masivo hospital psiquiátrico en el cual sus pacientes serán toda la humanidad.
Un sistema corrupto nunca puede ser cambiado con el voto con las reglas establecidas por las elites. Cuando la resistencia de un país muere y se conforma, llegará el día en que sea muy tarde.
No comments:
Post a Comment