LA VERDADERA REBELIÓN DE LAS MASAS....NUEVAS

Ricardo Valenzuela

Rebelión de las masas, La . - Librería María Zambrano

Finalmente, Trump explotó la primera bomba de las muchas que tiene. Poderosos misiles contra los verdaderos enemigos de EU implantando tarifas a Mexico, Canada y China, lo que ha puesto a temblar al mundo, pero, curiosamente, su popularidad dentro de EU ha explotado a niveles récord. Y, todavía más sorprendente, establece récord de popularidad entre la población hispana y afroamericana que habían sido el bastión seguro de los demócratas. La realidad es que estamos atestiguando una verdadera revolución. No es simplemente el arribo al poder de la oposición pegando palos de ciego y asustando a todo mundo.

Es el arribo del nuevo capitán de la nave que, para iniciar, tira al mar todos los mapas con los que se habia navegado la ruta del destino equivocado, despide a toda la tripulación acostumbrada a navegar en esa calma reconfortante, ubica sobre la mesa los nuevos planos para notificar se dirige al puerto de la grandeza, de los sueños hechos realidad. Hacia esos lugares que nadie se atreviera ni siquiera a considerar. Es el inicio de una nueva ruta en la cual el capitán estará llevando a cabo las modificaciones que se requieran para poder navegar en esos mares de peligrosas borrascas, pero necesarios para llegar a su nuevo destino manifiesto.

Ha llevado a cabo una selección minuciosa de la nueva tripulación y, en especial, de su segundo de a bordo, al responsable de las velas, el encargado de las armas que se requerirán, asegurando que no se repita el motín que se le presentó en su travesía anterior, un motín que lo obligara a regresar al puerto en lo que muchos pensaron había fracasado y, sobre todo, que nunca lo volvería a intentar. La nueva tripulación es muy especial y, sobre todo, comparte con él esa visión y cuenta con toda su lealdad que en la primera travesía no había tenido, pero si acciones de muchos traidores.

Así, después de varios años en los que, supuestamente, estaría lamiendo sus heridas y aceptando el fracaso, regresa ahora con más energía, entusiasmo y pasión y, sobre todo, una experiencia muy valiosa para intentarlo de nuevo. Y con el estrepitoso fracaso de los piratas que le arrebataran el mando de la nave, su visión es más poderosa que nunca para llegar al paraíso que durante tanto tiempo él hubieran visualizado. Y, ante la sorpresa de sus enemigos, ahora en estado de pánico, intentarían todo para detenerlo y fracasaran, inclusive, trataron de asesinarlo.

 La razón de la histeria de sus enemigos es porque en el paraíso al que intenta llegar, se encuentra todo lo necesario para liberar a la gente que durante tantas generaciones han sido prisioneros de esa fuerza maligna que ha permitido su patria haya sido saqueada. Un proceso decidido para que otros paises, siguiendo el plan de sus verdugos con ese objetivo que ha sido desangrarlo y debilitarlo para luego pasar a controlarlo sin resistencia. De acuerdo con ese plan implementaron la invasión de gentes que, sin tener nada que perder, con gran entusiasmo aceptaran su misión puesto que, esa fuerza en el gobierno, también les ofrecieron surtir todas sus necesidades.

 Y, siguiendo el mismo plan, abrieron sin discriminación todas las puertas para productos de otros paises, no porque fueran mejores o más baratos, sino que, de acuerdo con el plan, se dieeron a destruir la producción del país recibiendo esas mercancías de otros que han tratado como hijos consentidos. Decidieron destruir la operación de plantas en el país para enviar esa producción a otros que decidieron impulsar como el caso de China. No les importó la pérdida de veinte millones de empleos, la quiebra de infinidad de negocios medianos y pequeños, sabiendo sería una pérdida infinitamente superior a los supuestos beneficios de sus importaciones.

 Así, los acuerdos de “libre comercio” (que no tenían nada de comercio ni de libres) se convirtieron en las herramientas otorgadas a paises extranjeros para la explotación del suyo.  Inmigración ilegal y fronteras abiertas fueron aceptadas como inevitables, e inclusive, como un evento natural con resultados positivos para ambos, derecha e izquierda. Los progresistas elevaron esto a nivel de derechos de los pobres llegando a EU de todo el mundo en sus propios términos, esperando anexarlos a la política y controlar su voto permanente. Así, aquel grito que asegura los déficits comerciales serían superávit de la balanza de pagos, era una burda mentira.

A ninguno de los dos partidos le importó la destrucción de las leyes migratorias, mucho menos de cómo las leyes federales que eran aplicables a los estadounidenses pudieran siempre arbitrariamente ser ignoradas por sus seleccionados, o cómo los salarios de los ciudadanos habían sido deprimidos por la avenida de esos inmigrantes. Muy pocos conservadores se opusieron a la masiva entrada de ilegales pobremente educados y sin habilidades, y esos eran suficientes problemas para su rápida asimilación bajo la vieja cultura de la forzada mezcla en la olla.

No es que pensemos no debería haber sucedido. Debería haber sucedido, pero aprovechando la dolorosa experiencia similar al arribo de la revolución industrial que enviaría a tantos obreros y agricultores desplazados y furiosos a sindicatos socialistas. Era una lección que se debería de haber aprovechado para hacerlo de forma diferente. Porque la clase media afectada y enfurecida, nuca cantó “hagan de mi lo que quieran ahora que estoy desarmado,” y se iniciaba una protesta silenciosa puesto que no tenían alguna forma de canalizarla.

Pero Trump surgiría como el gran enemigo del globalismo siempre señalando la arrogancia de la cultura costeña. Así retaba las noticias falsas, atacaría a la media corrupta, atacaría la globalización, denunciaría la corrupción de los políticos de Washington—fue cuando gran parte del país sintió que finalmente tenían un aliado dispuesto a ganar con rudeza, en lugar de, como McCain y Romney, perder noblemente y dar las gracias sin despeinarse. Fue cuando alguien comentó abiertamente: “Ellos son los que están provocando su arribo y lo harán presidente”.

 Ignoraron la tradición que fue herencia de los padres fundadores avalando al individuo libre y propietario, el verdadero populismo. Ignoraron a Jefferson: “Comercio con todos los países, alianzas con ninguno”. Nunca entendieron que había una bomba silenciosa pero muy potente esperando explotar—si alguien pudiera ser decidido y estar lo suficientemente irritado para activarla. Ahora Trump la está activando y siguen muchas más. Esto es la verdadera rebelión de las masas, pero masas muy diferentes.     

 

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