Ricardo Valenzuela
Breitbart,
un sitio en internet de opiniones ha estado publicando una serie bajo el nombre
“Virgil”. En ella describen minutas especiales de la campaña permanente del
“Estado Profundo” (EP) contra Donald Trump”. Revelan un Comité Central, una
división guerrilla de protestadores profesionales, una división de media,
división de cultura etc.
El EP, es una entidad de la post segunda guerra mundial formada por elementos de Wall Street, bancos, contratistas militares, agencias estatales de inteligencia que ellos crearon y las abarrotaron con su gente, la media corporativa controlada, fundaciones—una estructura que se entrelaza con el crimen organizado y políticos que ellos patrocinan. Producen profundos y desestabilizadores eventos universales en las sociedades como el asesinato de John F Kennedy, del que emergieron impunes.
Dese
1945, promueven su filosofía de nihilismo, ateísmo, existencialismo, pesimismo,
una forma de “libertad” que se traduce en narcicismo personal. Habiendo
asesinado a dios, el fortuito y muy personal “mercado intervenido” para su
beneficio, debe reinar sobre los seres humanos y determinar el manejo de todos sus
asuntos. Promueve fronteras abiertas para que el precio del trabajo se mantenga
a niveles de hambre, comercio manipulado para que los bienes se produzcan lo más
barato posible, sin importar el desarrollo de la economía del trabajo. Esa
filosofía fue el cuerpo del dictado imperial de Barak Obama cuando afirmara:
“Nosotros creamos las reglas”.
Después
de la primera guerra mundial, la elite angloamericana se organizaba para tomar
control del mundo “a través de la manipulación de la opinión pública y modelos
asociados de una falsa democracia”. La visión de Henry Luce y El Proyecto del
Siglo Americano, creó modelos para el control de la población a través de
ingeniería social, todos operados argumentando que las poblaciones
democráticamente deciden su destino. Esto era el modelo moderno de la antigua
oligarquía en el cual las elites robaban a poblaciones primitivas. Los EU nunca
fue un intento para establecer democracia pura. Sus padres fundadores
ferozmente atacaban la idea y la definían como la dictadura de la plebe, el
tipo de plebe que ellos habían visto manipulada por el Imperio Británico.
La
lista que documenta golpes de estado y baños de sangre provocados por estos
“demócratas” incluye: Irán, Guatemala, Indonesia, Paquistán, Viet Nam, los Balcanes,
Georgia, Filipinas, Egipto, Irak, Libia, Malasia, centro América y Sur América,
y más recientemente Siria, Ucrania, Yemen. Todo el continente africano ha sido
escenario de guerra, genocidio y despojo de materias primas, niños soldados
entrenados para matar.
Las economías de México, Centro América y Sur América han sido convertidas en villas de manufactura con trabajo barato de ensamblado. Perdidas en selvas rodeadas por asentamientos, aparece la producción de drogas y la infraestructura para su transporte—ganancias para alimentar esos fraudes conocidos como Wall Street y the City of London. Muchos líderes han sido asesinados o depuestos en esa persecución de su democracia. La lista incluye a Kennedy y en estos momentos Piñeira en Chile. También han sido asesinados banqueros pro desarrollo como el alemán Alfred Herrhausen, quien abiertamente retó las políticas de cero crecimiento del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial.
El
pecado de Trump fue declarase enemigo de lo que la elite ha estado aplicando
desde 1945. No hay que creer en la fingida simpatía por los refugiados e
inmigrantes. Las bombas del Estado Profundo y sus pandillas financiadas de
traficantes y terroristas los han creado. No hay que creer en la furia
orquestada acerca de raza. Las ciudades americanas y sus suburbios han estado
congelados en áreas segregadas durante décadas. “Raza” es solamente una carta
en el juego cínico practicado por ellos. Bill Clinton, Barak Obama y su Consejo
de Liderazgo Democrático—no tienen autoridad moral para quejarse del racismo
que le han endosado a Trump. De acuerdo a su mandato de cero crecimiento de la
población, la elite ha asesinado poblaciones enteras durante un siglo.
Donald
Trump cometió su pecado cardenal cuando se declaró abierto para negociar con
Rusia y China comparando el valiente liderazgo de Putin con la debilidad de
Obama. Luego vertía gasolina al fuego afirmando defendería el sistema de estado
nación soberano contra la visión globalista de un gobierno mundial. Pasaba a
ligar el colapso económico con el colapso cultural que sufre EU. Declaraba
guerra contra las drogas y el papel de los bancos de Wall Street en el lavado
de ese dinero. Endosaba la reestructuración bancaria que detendría el gran casino
de la elite. Hablaba de avanzar la ciencia—de nuevo explorar el espacio y
derrotar enfermedades. Después, en Marzo del 2017, Trump cometía la peor de
todas las ofensas directamente abrazando el sistema americano de economía
política, la ciencia económica que construyó EU y que la elite pensó habían
remplazado con su globalización del Nuevo Orden Mundial.
Trump
heredaba los políticos corruptos fondeados por Wall Street de ambos partidos
que rechazaban las ideas económicas británicas, ya fuera las de los ingleses
seguidores las del apologista del Imperio Británico, John Maynard Keynes y
otros de la misma línea. Esos modelos, aunque diferentes, terminaban en el
mismo lugar: El malthusiano concepto de crecimiento negativo de la población,
una productividad humana decadente, y control imperial de poblaciones a través
de la cultura y educación.
Para
ganar, el presidente debe patear la diabólica plataforma de ajedrez de la elite
de Washington. Debe estar alerta al barril de pólvora que forma la burbuja
económica de esa sociedad Wall Street/Londres, porque puede explotar en
cualquier momento. Además, los desperdicios dejados por Bush y Obama, unidos
con Londres y sus aliados en OTAN, insisten en el programa de guerra con Rusia
y han sido las llamadas del presidente por la paz lo que lo han convertido el
blanco de la histeria estilo McCarty que priva en estos momentos. De todo lo
que falsamente acusan a los rusos, es nada comparado con lo que ellos han hecho
a través del NED de Soros, violentamente provocando cambios de regímenes en
todo el mundo solamente en nombre de la democracia.
La estrategia de estos piratas es primero crear un monstruo caricaturesco y diabólico del “blanco” a destruir; unificar la población para que concentre su rabia en ese blanco; 24 horas al día de incitadora y falsa propaganda por la media controlada; subrayar la supuesta ausencia de un programa político o alternativa de liderazgo de ese blanco— pues su sucesión y el nuevo programa ya ha sido decidido por Washington y Londres—Es lo que con todo su poder han estado usando para destruir a Trump. Pero como el blanco, Trump, después de aplicarle toda su metralla continúa peleando y la siguiente elección cada día más cerca, desesperados ahora arrecian su furia tratando un desaforo ilegal, anticonstitucional, que sería el primer Coup D’etat en la historia de EU.
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