Ricardo Valenzuela
Siempre hemos sabido que el comunismo solo destruye y es cuando surge una duda muy importante ¿De dónde salió el dinero para financiar la operación de Marx? ¿De que vivía Marx? En investigaciones se encontró que los fondos llegaban de varias fuentes y, cada una de ellas, totalmente ligadas a las elites que controlaban Alemania y EU en un esquema similar al de Hitler. Y el conducto para el movimiento de esos recursos para el autor del Manifiesto Comunista, fue nada menos que el pirata de Luisiana Jean Laffite quien, entre sus ocupaciones posteriores, fuera espía de España y la conexión para un grupo de banqueros de EU. Pero, la evidencia de este pedazo de historia moderna ha sido ignorado, a pesar de la gran variedad de documentos declarados auténticos por la biblioteca del Congreso, y otras fuentes confiables que han estado disponibles por más de 40 años.
Lo increíble es que los primeros académicos al reportar este financiamiento para Marx lo hicieran en francés, no en inglés. Fue el libro francés de George Blond titulado “Historie de la Filibuste”, que contiene la interesante historia de la amistad entre Marx y Laffite, el pirata responsable de financiar el Manifiesto Comunista. Pero ¿De dónde obtuvo Blond esta información? Este testimonio emergía de dos libros que fueron privadamente impresos y publicados en Nueva Orleans por Stanley Clisby Arthur, “Jean Laffite, the Gentleman Rover”, y en “The Journal of Jean Laffite”. Estos libros contienen documentos originales describiendo las reuniones entre Marx y Lafitte para establecer el método usado para financiar el Manifiesto.
Ahora, si se busca el nombre de Laffite en la enciclopedia británica, informará que el pirata muriera en 1823 y, por eso, no sería posible que él hubiera participado en el financiamiento del Manifiesto en 1847. Desafortunadamente la británica está equivocada, así como también lo está en muchos otros puntos. Laffite se había sumergido en los subterráneos del mundo alrededor de 1820 para gozar de una larga y excitante vida en Europa como mensajero de banqueros y empresarios americanos.
El trabajo de mensajero y el de los subterráneos que Laffite desarrolló para los banqueros americanos es descrito en el Journal así:
“Nosotros empleamos cuatro hombres como oficiales secretos para espiar y reportar todo evento o conversación pertinente y elaborar reportes verbales acerca de todo lo que sucediera. Nosotros llevamos a cabo nuestras misiones secretas sin problemas. Tenemos solo dos buques operando bajo contrato privado con intereses bancarios en Filadelfia. Nosotros decidimos y juramentamos cumplir, nunca visitar salones ni cantinas, no viajar por la misma ruta dos veces, tampoco regresar a Luisiana, Texas, Cuba o cualquier país de habla hispana”.
En el mismo Journal con fecha del 24 de abril, 1848 se encontró esta nota:
“Mis entrevistas fueron breves, pero directas. Estuve viviendo en casa del Sr Louis Bertillon en Paris y otras veces en hoteles. Pude conocer a Michel Chevreul, Louis Braille, Agustín Thierry, Alexis de Tocqueville, Karl Marx, Frederic Engels, al Sr Daguerre y muchos más”.
Luego Laffite va a una afirmación tajante.
“Nadie conocía los factores reales acerca de mi responsabilidad y misión en Europa. Abrí una cuenta en un banco de Paris, con dinero y crédito en un fideicomiso para financiar a estos dos jóvenes, el Sr Marx y el Sr Engels y así ayudarlos a explotar la revolución de los trabajadores del mundo. Y en estos momentos ya están desarrollando el plan que en conjunto elaboramos”.
Entonces. Jean Laffite era agente de los intereses bancarios americanos con la responsabilidad de estructurar el financiamiento para el Manifiesto. En The Journal cualquier lector encontrará otros nombres prominentes que influenciaran en parte esas reuniones: Dupont, Rothschild, Peabody, Lincoln, a quien se menciona varias veces, y muchos más. En su estancia en Bruselas, Laffite le escribió una larga carta a su amigo De Franca de San Luis Missouri acerca del financiamiento para Marx. Aquí tenemos la traducción de parte de esa carta de septiembre 29, 1847:
“En tres semanas estaré dejando Bruselas vía Paris, para luego ir a Ámsterdam y finalmente en ruta hacia América. Tuve una serie de conversaciones con los Sres. Marx y Engels, pero no he participado en las conferencias con los otros polemistas para elaborar el manifiesto, porque no quiero se me identifique con esos hombres. EL Sr Engels me va a acompañar a Paris para preparar el calendario del financiamiento, y luego proceder con los manuscritos y ubicarlos en los textos Capital y Labor. Desde que conocí estos dos jóvenes me han parecido talentosos y dotados con el más alto nivel de inteligencia y siento que merecen y lo justifican con su investigación estadística y el descubrimiento en La Categoría du Capital, Valor, Precio y Ganancias”.
La segunda fuente de financiamiento americano para Marx fue aportación de Charles Anderson Dana, Editor del New York Tribune, propiedad de Horace Greeley. Ambos hombres eran socios fraternales de Clinton Roosevelt, quien, con anterioridad a Marx, había escrito su propio Manifiesto socialista que luego inspirara a su sobrino FDR Roosevelt para el suyo; el “New Deal”. Dana había contratado a Marx para publicar escritos en su diario. La fuente primordial de fondos alemanes para Marx fue de su asociado Frederic Engels, hijo de un rico industrial cuyo subsidio para Marx duraría años y quien viviera con Marx en Londres dándose la vida de burgueses. Y, sorpresivamente, fue el subsidio de la Elite Prusiana. Su cuñado, Barón Ferdinand von Westphalen cuya familia apoyó ampliamente a Marx, y Marx recibiera parte de esa herencia familiar.
Resumiendo, entre aportaciones de banqueros, encopetados empresarios americanos y la aristocracia alemana, Marx siempre estuvo bien fondeado para todas sus actividades. Pero ¿Por qué la elite apoyara a Marx? Muy sencillo, porque toda la filosofía marxista se apuntó hacia la exterminación de las clases medias y la supremacía de la elite. El marxismo es una herramienta para la consolidacion del poder, no de los trabajadores, el poder de la elite. No tiene y nunca ha tenido absolutamente nada que ver ni aportar para ayudar a mitigar la miseria de los pobres o promover el avance de la humanidad. Es simple y puramente un instrumento político elitista de control.
Para mí, finalmente se despeja la incógnita del por qué la elite formada por los hombres más ricos del mundo y, particularmente de EU, los billonarios del Silicon Valley, de Wall Street y del complejo militar-industrial, agresivamente se volcaron, primero, para destruir a Trump usando todas sus armas, y segundo, un apoyo total, deshonesto y vergonzoso al nuevo partido demócrata marxista para luego para entregarse a los brazos de las elites globales.
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