LOS DUEÑOS DEL MUNDO

Ricardo Valenzuela

 Los dueños del mundo | Montaje sobre el monte Rushmore. Text… | Flickr

Yo nunca he presumido haber sido un hombre religioso ni pio. Pero algo de lo que tampoco he presumido y menos tratado, es asumir esa falsedad de quienes afirman ser tan espirituales cuando, en realidad, son los clásicos sepulcros blanqueados porque ese disfraz de píos es muy eficaz para cometer sus pecados. Porque luego van corriendo a lograr se les perdonen a través de la confesión y borrón y cuenta nueva. Ese título de la gran hipocresía que se disputan ferozmente los numerarios del Opus Dei mexicanos, y las legiones del Papa Marxista cubiertos de esa falsa santidad0 de sus jesuitas. 

Y así se combinan y se complementan hacia su marcha de falsedad al mismo tiempo que provocan una gran retirada de la iglesia de los católicos asqueados con esas conductas. Son aquellos que el único pecado en su contabilidad moral es la fornicación fuera del matrimonio. Los que expulsaron a Benedicto del papado por no bailar al son de su música. Los que asesinaran a Juan Pablo I un verdadero santo. Porque su santidad era tan grande que lo tendrían que asesinar para cubrir sus conductas diabólicas. Durante su última cena, Juan Pablo I la compartía con dos jóvenes sacerdotes que fungían como sus asistentes. De repente, el santo padre les entregaba una larga lista de todos los religiosos que, a partir del día siguiente, deberían ser retirados de sus cargos y respondieran ante la justicia los grandes fraudes que provocaran.   

Si me dicen que Putin es odiado por los oligarcas globalistas, de inmediato mi actitud es considerarlo como un potencial gran guerrero de las buenas causas. Y ante este tipo de situaciones, a quienes hacen todo lo contrario, yo les aconsejo respirar profundo varias veces, para luego pasar a un análisis más profundo y no precisamente utilizar las fuentes tradicionales. Porque si acudimos a medios como The Economist, CNN, ABC, Foreing Affaires etc. Nos estaríamos entregando al enemigo. 

The Economist es propiedad de los Rothschild y Foreing Affaires es propiedad de los Rockefeller. Si basamos nuestro análisis en lo que nos presente El Foro Económico Mundial, estaremos en manos de su diabólico propietario Karl Schwab. Un hombre que heredara una gran fortuna de su familia construida bajo el régimen Nazi de Hitler. Si alguien se impresiona con todos los becados por la Rhodes Foundation como Bill Clinton, estamos cayendo bajo el embrujo de uno de los hombres más racistas del siglo 19 Cecil Rhodes, dueño de aquel pais africano llamado Rhodesia. 

Si nos asomamos al Fondo de la Reserva Federal, estaremos cayendo bajo las redes de sus dueños: Rothschild Bank, Lazard Brothers de Paris, Warburg Bank de Amsterdam, Warburg Bank of Hamburg, Lehman Brothers of New York, NM Rothschild of London (dueños del Bank of London) Lazar Brothers of Paris, Kuhn Loeb Bank of New York, Lehman Brothers of New York, Israel Moses Bank of Italy, Goldman Sachs of New York, JP Morgan’s Chase Bank of New York. Las 13 Illuminati familias son parte de esos bancos con una influencia indirecta sobre ellos y son Los Astor, Los Bundy, Los Dupont, Los Freeman, Los Reynold, Rockefeller, Los Rothschild, Los Russel, Los Van Duyn. Y en un segundo término los Agnelli de Italia. 

Así nos daremos cuenta de que los Illuminati han estado controlando gobiernos a través de manipulaciones financieras, chantajes, desde las fundaciones de la historia de EU y del mundo. Todo esto ha facilitado la ruta que los globalistas siguen caminando para controlar el mundo 

 El ejemplo más patético ha sido un demonio llamado Schwab Utiliza el término neoliberal para etiquetar las políticas que cree deben cambiarse y que, aparentemente, es sinónimo de “fundamentalismo de libre mercado”. El neoliberalismo puede haber traído al mundo desarrollado un crecimiento, salud, educación y prosperidad asombrosos, pero aparentemente todo eso ha seguido su curso. 

Pero ¿realmente deben dejarse de lado las prioridades de la política neoliberal, como los impuestos bajos y el gobierno limitado? Schwab afirma que el fundamentalismo del libre mercado ha "desencadenado una carrera desreguladora hacia el abismo", lo que sugiere que las principales economías del mundo están operando bajo algún tipo de anarquía de laissez-faire. Esto será una noticia desconcertante para los estudiosos de la regulación gubernamental. 

Wayne Crews del Competitive Enterprise Institute, por ejemplo, ha estado publicando un informe anual sobre el costo de la regulación federal en los Estados Unidos durante más de 25 años, y sus hallazgos muestran lo contrario. Incluso con una disminución pequeña, pero bienvenida, en las nuevas regulaciones emitidas durante la administración Trump, la masa inercial y pesada del estado regulador continúa creciendo; en números de reglas, presupuestos de agencias de aplicación y costo económico total para los estadounidenses. La edición de 2020 del informe de Crews "Diez mil mandamientos" encuentra que los costos son más altos que nunca, en más de $ 2.9 billones al año. 

Lo mismo podría decirse de los recibos de impuestos, que, según Schwab, han sido objeto de una competencia "ruinosa" entre las autoridades fiscales internacionales. Dejando a un lado la suposición implícita de que todos deberíamos querer tasas impositivas y recaudaciones más altas, los impuestos en los Estados Unidos de ninguna manera reflejan el sesgo de críticos como Schwab hacia el gran gobierno. Durante décadas se nos ha informado que las medidas de austeridad despiadadas han privado de los ingresos necesarios a los servicios gubernamentales esenciales. Pero lo que sea que esté mal con tales servicios, no es una falta de ingresos totales. 

El porcentaje del producto interno bruto recaudado por el gobierno federal de los EE. UU. en impuestos ha sido un promedio extremadamente estable de alrededor del 17 por ciento durante la era posterior a la Segunda Guerra Mundial en la que se enfoca Schwab. Era casi el 20 por ciento en 2000 y alcanzó un mínimo reciente de alrededor del 14,5 por ciento en 2010 (fue del 16,2 por ciento en 2019). Las tasas de impuestos federales sobre la renta en los EE. UU., contrariamente a muchas críticas de izquierda, en realidad son bastante progresivas. Por lo tanto, los ingresos fiscales disminuyen significativamente después de las recesiones, que afectan de manera desproporcionada a los hogares ricos que pagan la mayoría de los impuestos federales sobre la renta. Puede haber una serie de problemas sobre cómo se gastan actualmente estos ingresos y por quién, y cuánto gasto deficitario ya realiza el Congreso, pero ese es un argumento para la reforma del gobierno y la moderación del gasto, no para aumentar los impuestos.

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