Ricardo Valenzuela
Apuntando al segundo mes de la publicación de mi libro, El Vaquero Libertario, ya he podido sentir algunas reacciones que ubico en diferentes renglones. La mayoría afirman que les ha gustado y, sobre todo, han aprendido cosas interesantes que no esperaban. Sin embargo, algunas han sido similares a las críticas que durante tanto tiempo he recibido. Me dicen que la lucha que he librado debería ya abandonarla pues, según ellos, estoy combatiendo molinos de viento y, sobre todo, lo más increíble, me dicen que son fantasmas que no existen y, en su mundo irreal, me dicen” las cosas no están tan mal”. Pero, es algo he escuchado toda mi vida ante un mundo condenado.
Pero, yo no voy a declarar la derrota de mis ideas, porque, él no ver el peligro, no garantiza su inexistencia y no quiero actuar como aquel hombre que durante la Alemania nazi afirmaba: “Vinieron por los comunistas y no hice nada, no soy comunistas. Vinieron por los gitanos y no hice nada, no soy gitano, vinieron por los sindicalistas y no hice nada, no soy sindicalista. Y cuando vinieron por mí ya no había nadie que hiciera algo”. La humanidad necesita limpiar sus ojos y ver la forma en que se le está explotando y, sin que se den cuenta, los han estado convirtiendo en esclavos de esa fuerza diabólica.
Una fuerza que, teniendo ese control del trabajo de la gente, les ha dado la intrepidez para seguir endeudando al mundo entero porque, ante una explosión económica mundial, ya en puerta, ellos pueden echar mano de la labor presente de todavía más impuestos, inflación, del fruto de esa labor en Fondos de Pensiones, un esquema inundado de trillones de dólares, de los billones que se han acumulado en el Seguro Social y seguir desnatando la economía vía Fondo de la Reserva Federal. No sería algo nuevo, ya lo han hecho, pero ahora sería la toma total que los ha inspirado para su descarada afirmación: “No tendrás nada, pero serás muy feliz”.
Esa garantía, sin que sus dueños lo sepan, también les permite incrementar sus manipulaciones monetarias que, desde el nacimiento del FED, lo han estado haciendo sin que nadie se atreva a detenerlos. Es el esquema original de Mayer Rothschild cuando afirmaba: “Si quieres adquirir poder, solo tienes que fingirlo y la gente te lo dará”. Con eso convertía su sueño en realidad con otra advertencia: “Denme control de la moneda de los países, y no me importa quien haga las leyes”. Inventaba el dinero fiat que no valdría si el costo del papel para imprimirlo.
Y ese enorme círculo del fraude global, el más grande de la historia, lo consolidarían con la formación del Bank International of Settlements (BIS) ahora manejado por Agustín Carstens. Un organismo que actúa como aquel personaje de las mafias que, ante conflictos verdaderamente amenazadores, de inmediato era enviado para cortar de un solo tajo el origen. Era la primera expresión global de un muy especial sistema de administración de riesgo de lo cual Hillary Clinton se convirtiera en la gran experta.
Esta burocracia de las burocracias es la directora de una orquesta formada por todos los bancos centrales del mundo. Un paraíso para sus pandilleros al que llegan con problemas y se baja el cero y no toca. Y si el FED en EU es tratado como un semidios intocable y fuera de los límites de todos y nadie se atreve a criticarlo, es solo una muestra de su poder que se multiplica al infinito para tener idea de la clase de poder del BIS. Sus principales herramientas mundiales son: Comité de Basel para vigilancia, Comité de Sistemas Financieros Globales (manipuleo) Comité de Vigilancia de Mercados (más manipuleo), Forum de Gobernanza de Bancos Centrales (papá de los pollitos).
Pero, este no es un proyecto nuevo. Fue fundado en los años 30 y quedaba listo para dar la bienvenida a la Segunda Guerra Mundial. Ya no querían lidiar con problemas como el que habían tenido para financiar a Inglaterra en su última guerra contra Napoleón, cuando tuvieron que contrabandear oro desde España, y lo obligaran a vender Luisiana luego que los Rothschild le negaran el financiamiento. Pues, además, lo tendrían listo para la repartición del carcajo sobrante después que sus dueños tomaran el paquete más grande. Después de la guerra, iniciaban el proceso para el acaparamiento global que originalmente naciera cuando los Rothschild tomaran control del Banco de Inglaterra y de las finanzas del Vaticano.
Así, mientras los comunistas trasnochados en México, Argentina, Nicaragua, Cuba, Venezuela etcétera continúan con sus ridículas actividades sin darse cuenta que la explotación mundial (la que gritaba Marx) ya no se lleva a cabo con sus prehistóricos instrumentos, ahora se lleva a cabo con la sofisticación que descubrieran al darse cuenta que la economía obedece las mismas leyes que la electrónica, de todas las teorías matemáticas, y los conocimientos prácticos de computación desarrollados para ese campo de la electrónica, podrían aplicarse directamente en el estudio y control de las economías.
Con financiamiento de la Rockefeller Foundation, se desarrollaría un proyecto en el Harvard Economic Research para estudiar la forma de aplicar su descubrimiento, y finalmente llegar a tener la fórmula que les permitiera el establecimiento de una economía que ellos podrían manipular y predecir los resultados que pretendían lograr. Es decir, el poder para manipular los resultados en los diferentes mercados, el poder de manipular elecciones, el valor de diferentes monedas. E, inclusive, la actitud mental y emocional de la gente en todo el mundo. Y su declaración de motivos era muy clara: “Llevar a cabo una transferencia de energía natural y social (riqueza) de los muchos indisciplinados e irresponsables a las manos los pocos valiosos disciplinados y responsables”.
El proyecto se había estado manejando con cautela, pero, con la explosión tecnológica de los últimos 20 años, lo tornaron agresivo y no solo les dio ese control, les dio las famosas herramientas conocidas como “armas silenciosas” (toda la media, el cine, educación, publicaciones, ya todo el Silicon Valley) para controlar las sociedades del mundo sin que estuvieran conscientes de la modificación de sus conductas. Y este panorama tan real, creo se pudiera comparar con la llegada de los españoles al nuevo continente, con sus caballos y arcabuces, y enfrentar a indígenas con sus primitivas armas. Y eso, amigos, es lo que está sucediendo ante la ceguera del mundo.
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