Ricardo Valenzuela
Para los observadores sagaces ya es muy claro que la epidemia es una carta desesperada que juegan los señores de la oscuridad. Han cumplido su objetivo de sabotear la expansión económica más larga de la historia de EU. Han logrado aprisionar a la gente en un estado de pánico y, algunos, con docilidad aceptar la pérdida de libertad y sus derechos expresados en la constitución. Pero ¡Cuidado! Porque hay muchos que no están dispuestos a poner la cabeza sobre el promontorio para que el verdugo descargue el golpe final. 90 millones de ciudadanos armados, entrenados y organizados, se reportan listos para defender esa libertad.
Los gobernadores demócratas, por instrucciones de sus amos, luchan para mantener la economía paralizada con dos propósitos, su destrucción y apretar las cadenas con las que cada vez controlan más a la sociedad. Los amos actúan como aquella patinadora de hielo quien, al no poder derrotar a su rival, enviaba un criminal para quebrarle las piernas.
La pandemia está siendo utilizada, como lo definen los demócratas, siguiendo las instrucciones del EP para transformar el país a imagen de los dictados de esa fuerza de la oscuridad. Es algo dibujado especialmente para, tomándola como pretexto, declarar una emergencia y se active lo que se tiene preparado bajo su Emergency Mobilization Preparedness. Suspender la constitución para que un gobierno emergente tome control del país, el gobierno de ellos.
A finales de su administración, Truman decidió establecer un grupo de científicos y militares, el Majestic 12, para estudiar ciertos problemas fuera de control. Contaban con todo el apoyo requerido y un presupuesto ilimitado que los hacía sumamente poderosos e independientes.
Eisenhower, al entregar la presidencia a Kennedy le hizo una advertencia del peligro que representaban, informándole estaba fuera de control ejecutando un programa divorciado de los objetivos que le habían dado vida. Kennedy tenía antecedentes pues, como miembro del congreso, le había tocado vivirlo. Además, el secretario de defensa, James Forestal, su mentor, había sido uno de sus miembros quien, al oponerse a la rebelión y amenazar con exhibirlos, fuera asesinado simulando un suicidio.
Kennedy tomaba el mando e iniciaba su lucha para eliminar ese tumor incrustado en la anatomía del gobierno. El pecado de JFK fue que, sin seguir el consejo de Ike, con sus declaraciones les comunicaba sus intenciones para combatirlos y, cuando se preparaba para el golpe final, el 22 de noviembre 1963 sería asesinado por elementos de la CIA y del FBI con toda la colaboración de Hoover. En los siguientes años, unos 200 testigos materiales y algunos participantes fueron asesinados.
El Majestic 12 (MJ-12) había evolucionado y, cuando le cancelaban el gigantesco presupuesto, con el apoyo de Bush I, en esos días director de la CIA, tomaban control del narcotráfico mundial con la cocaína de Colombia arribando a las plataformas petroleras de Bush en el golfo de México, para luego ser transportada en sus buques a los EU sin problema de aduanas.
El EP se fortalecía cuando Ike tomaba la decisión de incluir en su administración a Nelson Rockefeller. Ese sería su gran error que afectaría el futuro de EU y de la humanidad. Rockefeller sería jefe del Comité Presidencial de Asesores de Gobierno para llevar a cabo una profunda reorganización de la estructura federal. Pero, en realidad, era un puente para entregar gran parte del poder al MJ-12, el nuevo gobierno en la oscuridad. Se estableció un fondo multibillonario delegado a la Oficina Militar de la Casa Blanca. Con ese fondo se construyeron 75 bases subterráneas. Billones de dólares del fondo serian canalizados a MJ-12 y luego a contratistas.
Los generales del MJ-12 eran Nelson Rockefeller, el director de Inteligencia Central, Allen Welsh Dulles, secretario de estado, John Foster Dulles, secretario de defensa, Charles E. Wilson, jefe del Estado Militar Conjunto, el almirante Arthur Radford, director del FBI J. Edgar Hoover, seis hombres del comité ejecutivo del Council of Foreing Relations conocido como “Hombres Sabios”, seis miembros del Jason Group, y el Dr. Edwar Teller, un genio villano. El Jason Group es un grupo científico secreto ligado con la monarquía inglesa.
El control financiero pasaría a la CIA, el NSA y el CFR, para lavar dinero de drogas, saqueos de países como Livia, Irak, Rusia, el de México con las privatizaciones y pronto el salvamento del Peje, los $27 trillones de rescates en el 2008, las maniobras fraudulentas del FED, el fraude de las hipotecas, $6 billones desaparecidos por Hillary Clinton en el Departamento de Estado, $9 trillones desaparecidos en el departamento de defensa. Catherine Austin, experta en el tema, lo ha estimado entre 40 a 50 trillones de dólares (cuatro veces mayor que el PIB de EU). El monto se esconde en redes de bancos y compañías controladoras encabezados por el tejido mundial del J. Henry Banking Corporation.
Las elites montaron en rabia por el aislamiento de Trump. Sus dos empresas de estrategia para el ataque, Hudson Institute y Rand (fondeados por los Rockefeller) estructuraron un programa contingente y, si no pueden evitar Trump se reelija, ejecutarían la sacudida del continente americano del norte rico vs el sur pobre, y ya dieron un aviso con las hordas de gente llegando a la frontera. Porque si Trump se reelige, cumplirá su amenaza de una auditoria del FED que ellos han controlado desde 1913, y desenterrará sus muertos.
Nunca previeron que una situación, Trump, podría convertirse en un peligro claro y latente para sus planes. Trataron de evitar tomar posesión, después dos intentos de golpes de Estado y fallaron. La pandemia es el preámbulo de un problema que les facilite activar su plan de, ante un derretimiento de la economía, declarar una emergencia de seguridad nacional, suspender la constitución para convertirse en un gobierno nacional no elegido. Ahora pretenden que el proceso de desafueros (Trump) sea permanente.
Ellos convirtieron el mundo en una ilusionaría realidad—aniquilaron el capitalismo y la brillante ciudad sobre la colina de grandes oportunidades para el talentoso, el íntegro, se convirtió en una mafia operando en secreto y succionando la riqueza del mundo. Un mundo que ellos han creado, iluminado por las cámaras de TV y carteles electrónicos. Ignoramos esas negras sombras donde se ocultan. Para ellos nuestra vida no vale. Somos solo objeto de su explotación. Pero Trump abrió una ventana hacia el trochil de EP, su guarida con ramificaciones mundiales controlada por sociedades secretas adheridas a creencias ancestrales.
La profundidad del intento asesino del EP llega mucho más lejos que nuestra horrible pesadilla. La desesperación de estas elites nos ha dado la oportunidad de atestiguar de lo que son capaces cuando su existencia está en peligro. Si espulgamos las presencias de los directores de la CIA, NSA, FBI ante el congreso simulando arrepentimiento y vergonzosas sonrisas, nos daremos cuenta de que, después llegan a sus lugares de trabajo para sembrar y cosechar el resultado de sus vilezas. Con ese panorama navega Trump hacia la elección de noviembre.
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