Ricardo Valenzuela
Aunque la mayoría de la gente no se haya dado cuenta, es claro que durante los últimos cuatro años se arreció el plan que las oligarquías globales han estado avanzando hacia su objetivo de conquista mundial. Y algo que lo muestra sin dejar dudas es el control que han tomado de la narrativa mundial. Así, constantemente escuchamos odas para todas sus acciones por más despreciables que pudieran ser y, por el otro, el bloqueo de cualquier intención de cuestionarlos. Porque han establecido algo que a la gente le habia costado sangre lograrlo. Han archivado la libertad de expresión.
Con estas acciones fascistas combinadas con los sistemas de educación, que también controlan, emergen como los únicos propietarios de las versiones de un mundo convulsionado como nunca. Así, ellos son los únicos que deciden lo que la gente que deba saber, o no saber, de los sucesos mundiales que ya amenazan hasta con la tercera guerra mundial. Este control surge como una obsesión enfermiza que, además de toda la media y las redes sociales, la han llevado hasta las editoriales y librerías del mundo donde ellos deciden.