Ricardo Valenzuela
- Hay una guerra creciente, sin reglas, violenta a muerte que se libra contra la administración Trump y los conservadores en general. Esta guerra está siendo orquestada, soportada y masivamente financiada por las elites mundiales de un diabólico esfuerzo global: un movimiento que durante varias décadas ha luchado para establecer un Nuevo Orden Mundial secular, sin fronteras y controlado por un gobierno mundial.
Todos los involucrados con la bandera del Nuevo Orden Mundial esperaban que la elección de Hillary Clinton condujera a la implementación de las etapas finales de sus planes. Bajo Barack Obama y la poderosa influencia de la Unión Europea, la ONU y otras élites, todo se estaba moviendo rápidamente hacia el logro de los poderes que siempre han buscado. Con ese poder querían transformar radicalmente la sociedad internacional, tomar luego el control de las economías de todas las naciones, eliminar las soberanías nacionales e imponer cambios sociales dramáticos y medidas extremas para reducir la población del mundo.
La elección de Donald Trump y la mayoría de los republicanos al Senado el
Congreso, las gobernaciones, todos dejaron a los internacionalistas tambaleándose.
Para ellos ha sido un terremoto que está derribando su mundo y sus planes
malvados de explotación. Están histéricos porque sus expectativas de una
victoria final para alcanzar el poder total se han encontraron un obstáculo. El
objetivo final: reemplazar a Dios con el hombre, el gran pecado de orgullo de
Adán.
Estos son los elementos principales contra los cuales lucha Trump, todos
estrechamente interconectados del movimiento del Nuevo Orden Mundial: