Esto no se trata de Biden vs Trump, se trata de salvar a EU como último bastión de libertad, el patriotismo norteamericano, el sistema republicano constitucional y el capitalismo.
A casi dos meses de la elección, el mundo visualiza un Biden navegando las aguas de un mar tranquilo hacia su histórico destino. Pero no se han dado cuenta que bajo la superficie se ha formado una feroz tormenta a punto de explotar. Porque, ante diferencias electorales tan graves como la que se vive en estos momentos, hay una metodología para resolverlas y Trump está listo para aplicarla. Aún no hay presidente electo, será el 6 de enero cuando en sesión del Senado se vote, no por los senadores, sino por un representante de cada uno de los 50 estados. Trump ganó en 32.
Trump también puede aplicar la Orden Ejecutiva aprobada en 2018, la cual le da potestad para decretar Estado de Emergencia y aplicar la Ley Marcial, bajo la cual; los fiscales militares que acaban de reemplazar al fiscal general tomarían los casos que la Suprema Corte de Justicia no ha querido ventilar. De esta forma; procederían a detener a los principales responsables del fraude masivo a través de Dominon Voting Systems y al resto de los criminales que participaron en una traición a la patria.
Es un asunto complicado pero la gente prefiere leer los titulares y dar por ganador a Biden, ¡falso! Trump va a llevar esto hasta sus últimas consecuencias antes de que una potencia extranjera le arrebate ilegalmente la presidencia. El epicentro del problema son los chinos que han sobornado a medio EU y por eso el fraude ha sido tan enorme. Los medios callan o mienten, Hollywood aplaude a Biden lo mismo que Silicon Valley, los artistas, los deportistas, y las universidades en su mayoría ya socialistas.
Es interesante observar cómo Trump ha dejado que la mafia de la media continúe informando Biden es presidente electo, inclusive, que Trump ya hace trámites para cambiar su residencia a Florida. Pero, el día de ayer, una de las pocas fuentes creíbles informaba se había identificado una operación a través del cual, China había imprimido más de 5 millones de formatos de voto falsos y los había enviado antes de la elección. Estamos hablando del más alto nivel de traición a la patria en sociedad con una potencia extranjera hostil a EU, y esto podría provocar que poderosos políticos terminaran en prisión con largas sentencias.
Es un hecho que los diabólicos tentáculos de Soros penetraron la casa blanca seduciendo gente cercana al presidente, a las autoridades electorales, gobernadores republicanos y sus colaboradores que le dieron la espalda. Bien lo había advertido Bill Bennett afirmando la NSA mantiene expedientes listando los pecados de todos los miembros del congreso, gobernadores, secretarios, jueces, etc. Y, quien controle esa agencia, controla el país. Porque con esa información, estilo Edgar Hoover, han chantajeado a personajes obligándolos a bailar al son que otros tocan. Y, por desgracia, lo mismo se afirma de la CIA, FBI, IRS, departamento de justicia que por mucho tiempo sus lealtades han estado en infinidad de lugares, nunca donde deberían estar.
Lo que ha emergido a la superficie, producto de este fraude, es tan repugnante que se pudiera comparar con la ruptura de una línea del drenaje que, por la cantidad y la presión ejercida por el producto que transporta, provocó una explosión cubriendo con heces fecales toda la maquinaria política del país. Y un pueblo horrorizado por las cantidades fluyendo para invadir todos los rincones de un gobierno que se debería distinguir por su pulcritud. Y, en estos momentos, la gente petrificada observa esa podredumbre escurrir por todas las avenidas de su gobierno y, lo único que pueden hacer, es taparse la nariz para evitar ese nauseabundo olor que expide la podredumbre.
El rescate de la elección que estará llevando a cabo el presidente, es algo que no se había ejecutado por más de cien años porque en aquella época el espíritu rebelde todavía era propiedad de aquellos hombres. La maquinaria gubernamental, con la educación pública, control de comunicaciones, todavía no habían destruido las visiones y propósitos de la sociedad. Eran vigilantes patriotas que, ante cualquier chispa de agresión gubernamental, sin titubear salían a defender su libertad, sus derechos y, sobre todo, la integridad que exigían de su gobierno y de sus políticos. Ellos con ferocidad defendían lo que consideraban valioso.
En aquella época jamás hubieran tenido cabida los criminales de hoy día, porque, como años después afirmara Mises: “El mercado libre no hace juicios morales y no puede evitar lo invadan hombres de corazón corrupto, pero, el mismo mercado los expulsa castigando sus pecados”. Pero, hemos llegado a esta era en la que el mercado y la política, totalmente envenenados, no solo no expulsan a esos criminales, ahora los premian para ir tendiendo la ruta en la que, adquiriendo esos hábitos, antes pecaminosos, ahora son premiados señalando el sendero a seguir y no es precisamente el de la integridad.
Pero, aparece un hombre que, sin haberse contaminado, iniciaba una cruzada para destrabar esa maquinaria obsoleta, oxidada y, sobre todo, modificada para premiar a los más corruptos y traidores en un entorno que ya no distingue lo bueno de lo malo porque para ellos todo es relativo. Y un hombre como Trump jamás tendría cabida en esa selva de criminales y le aplicarían la nueva fórmula: “Si haces cosas buenas, pero nos perjudicas, no te vamos a premiar, te vamos a crucificar”. Pero Trump no es Nixon que, cuando la mafia le robara la elección, no tuvo el valor para pelearla y se sentaba ese precedente de premiar lo que antes se combatía.
Esto no se trata de Biden vs Trump, se trata de salvar a EU como último bastión de libertad, el patriotismo norteamericano, el sistema republicano constitucional y el capitalismo, ante la infiltración masiva china por todos los rincones del país por medio del partido demócrata que en las últimas décadas ha recogido a las peores escorias humanas, incluyendo ANTIFA y BLM, entre muchos otros.
Esta es la razón por la cual esa élite en la oscuridad, previendo la caída de Biden, la semana pasada sacó su comodín encabezado por el papa Bergoglio, "El Capitalismo Inclusivo" financiado por los mismos piratas que apoyaron a Biden, pues aparentemente se dieron cuenta que la tiranía comunista no logrará derrotar a Trump, y puede ser su piedra en el zapato al menos 4 años más. Pero, ahí encontramos en primera fila a los Rothschild, los Rockefeller y los ambientalistas en sociedad con la iglesia.
Así, entre la bruma de la confusión nos dirigimos hacia el 6 de enero para el último enfrentamiento. El mundo entero convencido de la victoria de Biden ignorando el fraude y lo que puede desembocar. A China que no le importa cómo, ellos solo quieren meter a Biden a la casa blanca, aunque sea a empujones pues ya le han invertido mucho. Y, finalmente está el agraviado mayor, el presidente Trump, y, quienes lo conocemos, a veces desanimados esperábamos emergiera en defensa de la legalidad hasta el final. Y, como John Paul Jones les grita, “aún no he empezado a pelear”. Porque nunca ha reculado, especialmente cuando está de por medio esa América que ama y seguirá tratando de hacerla de nuevo grande.
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