Cuando no tenemos claro lo qu茅 es bueno o malo y creemos todo es relativo, emerge un caos ideol贸gico que provoca una gradual desintegraci贸n de la f谩brica moral de la sociedad.
Hace unos meses, el fiscal general de la naci贸n, Robert Barr, dictaba una inspiradora charla en la Universidad de Notre Dame afirmando que la sociedad estaba perdiendo los valores y la moral. Continuaba luego diciendo que, esa gran p茅rdida, estaba provocando un peligroso declive del pa铆s viajando una ruta similar a la que hab铆a llevado al Imperio Romano a la destrucci贸n, no por sus enemigos for谩neos, sino por la fuerza intestina de una sociedad decadente que lo estaba demoliendo desde su interior. Pero, la paradoja de su mensaje es que hace unos d铆as, el fiscal fue forzado a renunciar cuando se dio a conocer la relaci贸n de jugosos negocios que manten铆a con los due帽os de la empresa responsable de procesar los votos en la elecci贸n, Dominon, que le hab铆an producido millones de d贸lares. Pregunto ¿C贸mo es posible que Barr no rebelara esa relaci贸n y, sobre todo, no se excusara de la investigaci贸n?
Esto es solo una muestra de lo que el fiscal hab铆a afirmado solo unos meses antes, el declive de los EU catapultado por la degradaci贸n o desaparici贸n de sus valores morales. Una degradaci贸n que ha llevado a ejecutar el ofensivo fraude en esta elecci贸n que llega a los niveles de pa铆ses latinoamericanos. Una putrefacci贸n que provocara en M茅xico que un candidato a presidente eligiera para su campa帽a la frase de batalla; “La soluci贸n somos todos”, pero, el sufrido pueblo de inmediato la modificara notificando la realidad del pa铆s en; “La corrupci贸n somos todos”.
En EU esta evoluci贸n ha sido dram谩tica y lo podemos ver con claridad haciendo algunas comparaciones. En 1974, Richard Nixon, en acuerdo republicanos y dem贸cratas, fue expulsado de la presidencia por haber tratado de espiar en las oficinas de campa帽a del candidato dem贸crata. Pero, en 2016, los dem贸cratas, utilizando el FBI, CIA, NSA y el departamento de Justicia, ubicaron micr贸fonos para espiar en las oficinas de campa帽a de Trump. Compraron un expediente falso que, seg煤n ellos, mostraba Trump era agente de Rusia y hab铆an robado la elecci贸n. Seguir铆an investigaciones que solo le robara el tiempo, un intento de desaforo cuajado de mentiras, traiciones, perjurios. Y pregunto ¿Cu谩ntos participantes en esos cr铆menes han enfrentado la justicia?
En 1973, el vicepresidente, Spiro Agnew, fue forzado a renunciar cuando se descubriera haber recibido un pago de $10,000 de parte de un contratista a帽os atr谩s. Pero, en 8 a帽os de la vicepresidencia de Joe Biden, surgi贸 una interminable lista de negocios ilegales que 茅l mismo liderara. Un contrato de billones de d贸lares para la construcci贸n de casas en Irak para su hermano que nunca hab铆a construido nada. Su hijo Hunter recib铆a $1.5 billones de d贸lares del Banco de China para invertir. El mismo Hunter formaba parte del consejo de una empresa controlada por la mafia en Ucrania y, cuando se iniciara una investigaci贸n, Biden chantajeaba al gobierno y despidieran al fiscal que lo investigaba, etc. Pregunto ¿Cu谩ntos de estos criminales han enfrentado la justicia?
Tambi茅n pregunto ¿por qu茅 hombres y mujeres de letras, intelectuales, periodistas, han llegado a odiar la libertad de EU que lleg贸 con los pioneros? ¿Por qu茅 a pesar de los fracasos socialistas estas contin煤an ejerciendo tanta influencia? Pienso que la respuesta es que no existe una clara filosof铆a de la libertad, del capitalismo. No me refiero a los usurpadores, ellos saben bien lo que quieren, me refiero al hombre olvidado que rescat贸 Trump. “El capitalismo ocurre de forma natural solo si no hay nada que lo detenga. El socialismo tiene que ser construido”. Y, si no conocemos el capitalismo, no sabremos c贸mo defenderlo.
A diferencia del socialismo, el capitalismo es lo que ocurre en ausencia de una planeaci贸n central manipulada. Cuando los pioneros llegaron a EU, no arribaron con una receta obligatoria emitida por alguna Agencia gubernamental; ellos se dedicaron a lo que quer铆an hacer y era natural: Trabajaron, sembraron, cosecharon, compraron, vendieron, intercambiaron. Eso era capitalismo, pero nunca se enteraron consider谩ndolo como algo normal en una sociedad libre. Esos peregrinos no eran ide贸logos; solo hac铆an lo que funcionaba, produc铆a y no se preocupaban por alguna etiqueta filos贸fica.
Y en cierto sentido esto fue una bendici贸n. Pero tambi茅n ha sido una debilidad porque sin una filosof铆a racional que lo distinga, el capitalismo es vulnerable a los ataques de cualquier desarrapado y programado— exponiendo sus envidias, sus frustraciones y, sobre todo, sus diab贸licas soluciones. Y ellos tienen influencia, no porque tengan la raz贸n, sino porque no tenemos una filosof铆a del capitalismo ampliamente reconocida con la cual debemos combatirlos. Sin principios perderemos el juego, porque una mala idea solo se puede derrotar con una mucho mejor. Lo que nos hace falta son Los Principios morales y naturales.
Sin principios ¿C贸mo podemos distinguir lo bueno de lo malo, lo que est谩 bien de lo que est谩 mal? ¿Podemos asumir que si es legal est谩 bien? La esclavitud era legal. ¿Podemos asumir que algo es lo correcto si est谩 avalado por la mayor铆a? Una mayor铆a conden贸 a Cristo a la cruz. ¿Puede entonces algo ser correcto si se ha concebido a trav茅s de un proceso legislativo? Hitler fue elegido de esa manera. Entonces ¿Por qu茅 no acudimos a la Constituci贸n? Pero la Constituci贸n puede enmendarse por el mismo rugido de la multitud enardecida. Qu茅 tal ¿El mayor bienestar para el mayor n煤mero de gente?
En una sociedad sin libertad no hay justicia y nada se puede construir. Entonces ¿Qui茅n definir谩 lo que es el mayor bienestar? ¿El robar a unos para darles a otros, es eso lograr mayor bienestar? ¿C贸mo definir lo que es correcto y lo que no lo es? ¿Tiraremos una moneda el aire? Esto es lo que sucede en una sociedad de pol铆tica patriarcal. Cualquier cosa es buena si hay suficiente gente que lo quiera. Cuando un agricultor roba la tierra de su vecino lo llamamos as铆, “robo”; pero si el estado lo hace por 茅l, lo llamamos reforma agraria. Cuando los pol铆ticos toman la riqueza de un hombre que ha sudado para construirla, se les considera “compasivos”; pero al hombre que la produce lo llamamos materialista. Si una mayor铆a viola los derechos de un individuo lo llamamos injusticia; pero “si se ha llevado a una votaci贸n fraudulenta, lo llamamos democracia”.
Cuando no tenemos claro lo qu茅 es bueno o malo y creemos todo es relativo, emerge un caos ideol贸gico que provoca una gradual desintegraci贸n de la f谩brica moral de la sociedad. Entonces ¿Qu茅 necesitamos? Necesitamos principios. Los principios no son legislados, copiados, inventados. Tampoco son ocurrencias. Son descubiertos. Los diez mandamientos no fueron producto de un proceso de legislaci贸n. Los tres principios b谩sicos de una sociedad libre son individualismo, propiedad privada y libertad econ贸mica que es la base de los mercados sean libres. “Cualquier posici贸n que no est茅 basada en la primac铆a de los derechos individuales, sino en la inmoralidad de una tribu capaz de robar el mandato de la gente y destruir esos derechos, est谩 condenada al fracaso”.
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