Cuando no tenemos claro lo qu茅 es bueno o malo y creemos todo es relativo, emerge un caos ideol贸gico que provoca una gradual desintegraci贸n de la f谩brica moral de la sociedad.
Hace unos meses, el fiscal general de la naci贸n, Robert Barr, dictaba una inspiradora charla en la Universidad de Notre Dame afirmando que la sociedad estaba perdiendo los valores y la moral. Continuaba luego diciendo que, esa gran p茅rdida, estaba provocando un peligroso declive del pa铆s viajando una ruta similar a la que hab铆a llevado al Imperio Romano a la destrucci贸n, no por sus enemigos for谩neos, sino por la fuerza intestina de una sociedad decadente que lo estaba demoliendo desde su interior. Pero, la paradoja de su mensaje es que hace unos d铆as, el fiscal fue forzado a renunciar cuando se dio a conocer la relaci贸n de jugosos negocios que manten铆a con los due帽os de la empresa responsable de procesar los votos en la elecci贸n, Dominon, que le hab铆an producido millones de d贸lares. Pregunto ¿C贸mo es posible que Barr no rebelara esa relaci贸n y, sobre todo, no se excusara de la investigaci贸n?