HABÍA QUE ENCONTRAR EL CAMINO DE LA MUJER

 Ricardo Valenzuela

 Jesús se casó con María Magdalena y tuvo hijos con ella, según manuscrito

A cierto punto de una vida dedicada a la banca, los negocios y las ideas, en un mundo tan hostil a las bases originales que, durante los últimos dos siglos habían garantizado el desarrollo libre de las economías que ya regían el mundo. Pero, habia algo que no podía entender cuándo, ante tan claras evidencias de sus orígenes, estuviera surgiendo una feroz fuerza que iniciaba la destrucción de los principales exponentes de esos admirables éxitos. Fue cuando iniciaría la búsqueda de lo que estaba potenciando esa destrucción con la autopsia de objetivos como política, historia, filosofía y, al llegar a las religiones, encontré cosas impresionantes. 

Como católico clásico, no tan practicante, encontraba en mi religión puntos sumamente preocupantes, pero seguía adelante con la terquedad de hallar algo para su defensa. Creo que con esa ansiedad y, con mi estilo compulsivo, al asomarme brevemente a las vida de Jesus de Nazaret, cometí la ofensa mas grave contra los talibanes de la religión al haberlo identificado como libertario. Ello me provocaría el convertirme en hereje, apóstata, alguien para eliminar. Y, a punto de abandonar esa justa, sucedió algo interesante.

 Habiendo conocido desde mi niñes a ese admirable hombre, el padre Pedro Villegas, en una ocasión que lo visitaba para conversar sobre el tema cometí un pecado. Le regalaba algunos libros como Ruta hacia la Servidumbre de Hayek, la Riqueza de las Naciones de Adam Smith, que los recibía con su siempre gran apertura de mente. Meses después lo visitaba de nuevo y sorpresa. De inmediato me dice, “hay Ricardo, en que lio me metiste.” ¿Por qué? Le pregunto ansioso por escuchar su respuesta. Me dice; “hace dias me visitó el grupo de empresarios que me apoyan y, al ver tus libros, uno de ellos casi con molestia me dice. Padre, no ande leyendo esta basura.” 

En esos momentos, lejos de desanimarme, mi inquietud tomaba más fuerza y seguía adelante. Con la misma compulsión decidí entrar a esas regiones prohibidas de los pensadores apóstatas como Sócrates y sus discípulos Platon y Aristóteles, Espinoza, Nietzsche, Descartes, para comparar sus ideas con otros como John Locke y, en esa ruta, conocí a los frailes de la Escuela de Salamanca. Fue cuando realmente pude descubrir la luz de la caverna de Platon. Pero, de forma especial, me impactarían las ideas de Espinoza quien, me daba cuenta, era el apóstata, hereje, más odiado de todos. Fue quien me llevara hacia las escrituras que siempre se habían ocultado. 

Pero, la avalancha de información encontrada ha sido de tal magnitud que es imposible tocarlas con solo un escrito. Entonces, trataré de exponer lo que considero fundamental. Lo mas impactante fue el darme cuenta de que, ignorando los verdaderos mensajes de Jesus, quien para ellos era un hombre moviendo multitudes con una sabiduria y espiritualidad celestial, el emperador Constantino decidiera formar una iglesia utilizando su figura, pero con sus mensajes modificados para servicio del estado que él encabezaba. Y tres siglos después con el Concilio de Nicea se iniciaba ese temerario proyecto. 

Así me enteré de los escritos gnósticos encontrados hace unos 150 años en Egipto. Contiene traducciones de tres importantes textos gnósticos de los primeros tiempos del cristianismo: el Evangelio de María, el Apócrifo de Juan y el de Sofía de Jesucristo. Una muestra. Pedro dijo a María: “Hermana, sabemos que el Salvador te ha amado más que el resto de todos nosotros ¿qué te ha dicho?” Responde Maria, me dijo. “Dichosa tú que no has vacilado al verme. Porque donde está la mente está el tesoro. No veas por el alma ni por el espíritu, sino la mente que está entre los dos y es la visión celestial.” 

Los llamados evangelios de Tomas y, sobre todo, los de Maria Magdalena, la mujer más vilificada en la historia de la humanidad a quien siempre la han descrito como prostituta, han aclarado muchas cosas antes confusas. Pero, estas nuevas evidencias la definen como una de sus discípulas de una espiritualidad impresionante. Alguien que con sus escritos enviaba el mensaje mas poderoso y temido por la iglesia. Dios moraba en nuestro interior y no requeríamos de intermediarios. El tesoro del que Jesus hablaba. 

Ella representaba el misticismo femenino tan combatido. Ella era esa espiritualidad femenina ausente en la iglesia. Tomas la definía como la discípula consentida de Jesus, no la despreciada por la iglesia cultivado esa visión de la mujer. Alguien con espiritualidad femenina y capacidades especiales que los hombres no tenemos y, para comprender las verdades, se necesitaba la representación cristiana del feminismo. Ello nos mostraría la forma inexplicable que la iglesia ha sido antifeminista ocultando lo sagrado del feminismo. 

La presencia de Jesus debía representar, no solo la fortaleza del padre siempre protegiendo a sus hijos, sino, también la dulzura y creatividad de la madre amorosa, esa fuerza que siempre nos recibía con los brazos abiertos. Pero, la iglesia decidía no convenía competir por el poder del 50% de la población y estableció su veto eterno. Porque, Constantino afirmaba que ninguna organización se podría establecer si el poder del hombre se diluía. Pues la organización de Constantino debía ser patriarcal solo con la autoridad del hombre. Se establecía el celibato y la prohibición del sacerdocio de mujeres. 

Pero Jesus alababa la intuición y la dulzura que representaba la mujer, elementos indispensables para el equilibrio de soberbia que los hombres siempre habían representado. Esa mujer que nos abraza nos cura heridas, nos trasmite su dulzura, su tranquilidad. Además, la capacidad única de las mujeres para educar a sus hijos y señalarles la gracia de Dios está dentro de nosotros, era más potente que la de los hombres. Y, con la eliminación de las mujeres la espiritualidad quedaba incompleta y el hombre medio huérfano. Ahora debía eliminar ese velo para conocer la sabiduria vetada tan peligrosa de Maria Magdalena, Sofia y Toma que describían los escritos. 

La iglesia nacía como el club de Tobi donde no se aceptaban mujeres. En esos escritos nósticos se encontraba la verdad que siempre habia estado oculta y así permanece. Nos enseñan la relación tan especial de Jesus y Maria Magdalena, ella era la conexión espiritual de Jesus y sugieren casados en la boda de Caná. En aquella era un hombre soltero de cierta edad provocaba desconfianza y sospechas. Un hombre sin mujer se consideraba incompleto, Pero para la iglesia un Jesus casado era restarle la divinidad que la habían construido. Y tachaba a la mujer.    

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