Ricardo Valenzuela
En Mexico existió un político que fielmente representaba lo más malo y
negativo de nuestros gobiernos. Su nombre era Gonzalo N Santos, político nacido
en la trillada revolucion mexicana en donde emergería con grado de General. Al
terminar la revolucion, como todos los políticos de aquella era formados en ese
movimiento a niveles superiores, de inmediato abordaba la locomotora que
fabricara tantos millonarios. Sería gobernador de su estado, seguiría luego
como senador en varias ocasiones. Residía en una gran hacienda en su estado. Y,
como el clásico personaje que representaba sería parrandero, mujeriego, amante
de las peleas de gallos y carreras de caballos.
Era el gran cacique de su estado donde también era la única ley, el repartidor de negocios, en pocas palabras, era el capo de tutti que todo controlaba. Portaba, también, grandes conexiones en la ciudad de Mexico en donde tenía otra gran residencia puesto que, era donde todo el poder residía y, sobre todo, donde la operación del pais giraba a su alrededor. Era, pues, el clásico político definido como premiado por la revolucion. En una ocasión le concedía a una periodista el honor de entrevistarlo y, sacando provecho de su belleza, la periodista habia recibido el compromiso de parte del General que respondería a todas sus preguntas.