Ricardo Valenzuela
Desde mi
descubrimiento de la existencia de estos especímenes de la tribu Mau Mau
libertaria, he tenido algunas experiencias desagradables que he llegado a
pensar son más peligrosos que los acalorados marxistas. Recientemente me di
cuenta de que muchos de ellos son miembros de una novedosa sagrada inquisición
de sus locuras, donde tanto gritan y nada positivo ejecutan. Hace dias,
comprobé de que sí hay acciones que llevan a cabo cuando recibí una tanda de
insultos de alguien que pareciera una mula bronca lazada de las verijas de
apellido Marte o algo así. Y decidí ubicarlos mejor.
Estos talibanes no son parte de los valientes soldados que siempre van al frente de las batallas defendiendo la libertad, otras veces invadiendo infiernos de explotación para liberarlos. Tampoco son parte de la retaguardia responsable de consolidar lo que se ha avanzado. No, ellos son parte de un contingente de porristas especiales que ellos mismos inventaron. Un contingente que se mueve por los flancos del ejercito real solo para, según sus medidas, evaluar sí los soldados en medio de la batalla están utilizando las armas adecuadas, los fusiles que ellos consideran los mejores. Y asegurarse los comandantes ejecuten sus mejores estrategias y tácticas.