Ricardo Valenzuela
Cuando
descaradamente a Trump le robaran la elección del 2020, los globalistas
cantaban victoria seguros de haber resuelto esa amenaza. Pero, cometían un
grave error. Invadidos por la soberbia de su falsa victoria, dirigidos por el diabólico
Soros, agresivamente arreciaban la destrucción del pais acelerando su saqueo a través
de USAID, triplicando su endeudamiento, permitiendo la entrada de 12 millones
de inmigrantes ilegales, incluyendo miles del ya conocido tren de Aragua hospedándolos
en hoteles y, sobre todo, a los narcotraficantes mexicanos.
Jamás se imaginaron que Trump, en contra de todos los momios, podría regresar y, sobre todo, la forma en que regresaría. Y esa misma soberbia no les permitía imaginar la nueva estrategia con la que Trump actuaria en su nueva administración. Pero, con un nuevo equipo sin traidores y, sobre todo, con un plan asertivo que activaría para la salvación del pais. Ya desesperados ordenaban a su media vendida, la reanudación de sus ataques ya con etiqueta mortal. Por eso la ola del odio hacia Trump sigue creciendo.
Una salvación que debería incluir, entre muchas cosas, el desmantelamiento del Estado Profundo que había sido potencializado por aquel traidor llamado Robert Mueller. El traidor que había encabezado el plan para remover a Trump de la presidencia a través de impugnaciones, o declarándolo mentalmente no apto bajo los términos de la enmienda 25. Por eso, Trump está ya exponiendo una multitud de asuntos criminales de los operadores políticos del Estado Profundo declarándolos enemigos de la constitución, como fueron John Brennan, Eric Holder, Loretta Lynch, James Comey, incluyendo a Obama y Hillary Clinton.Terminando con una NSA espiando a los ciudadanos que de inmediato ha desactivado. Una CIA que finalmente debe romperse en miles de piezas sin recular, recordando como a Kennedy, quien hubiere elevado su promesa, que le costaría la vida. Pasaría luego a drenar hasta el fondo el pantano del FBI, el DOJ, y el IRS. Le seguiría neutralizar el Estado Profundo en su actividad en el mercado internacional de las drogas, el gran enemigo de la juventud de EU.
Bajo las cuatro administraciones anteriores, EU había sido país líder en el comercio global de armas. Ya ha asegurado que nunca más el secretario de estado repita la actividad secreta de Hillary Clinton, usando ese departamento como agente encubierto para la desestatización de naciones como Libia para, después, manejar el ilegal trafico de armas a través de ese país equipando a los terroristas de al-Qaeda combatiendo en Siria. Algo que provocaría el cobarde asesinato del embajador para cubrir esa operación. También, está ya dirigiendo al FBI y al departamento de justicia para regresar a su deber constitucional de ejecutar y enforzar las leyes establecidas, incluyendo las de la ilegal inmigración.
Terminar con la inflada burocracia que surgiera con Clinton, Bush y Obama, con todos sus operadores actuando como una cuarta rama del gobierno promulgando sus propias leyes, inventando miles de reglas y regulaciones usadas para ocultar sus crímenes, está ya en proceso. Ahora se está ocupando de terminar este monstruo izquierdista despidiendo miles de burócratas, cerrando departamentos donde todos han estado siguiendo agendas de sus ideologías. Y ya está muy adelantado
En su bandeja de pendientes especiales, tiene el terminar operaciones del Fondo de la Reserva Federal provocando sus burbujas con su dinero fiat, antes que los criminales banqueros centrales tengan tiempo para ejecutar sus planes. Ataques para que la economía global iniciando la pesadilla de una depresión económica mundial, su arma preferida para lucrar. En la misma bandeja ya tiene cancelar el IRS, como lo ha estado pidiendo la gente, sabiendo bien lo que son ambos, pilares anticonstitucionales de los cuales el Estado Profundo de los globalistas y banqueros centrales dependen para financiar sus diabólicos e inconstitucionales gobiernos, al mismo tiempo que los endeudan.
Y aunque todo esto suene como un sueño imposible y, sobre todo, algo que no se pueda lograr en un año, o quizá en un termino de cuatro años, Trump ya ha iniciado el proceso. Esta es una guerra que Trump puede ganar, como ganara esta última elección de forma abrumadora, el tren de Trump ha ganado ya su momento contra el Estado Profundo probando una vez más que, los que llamaran una canasta de deplorables, están ya surgiendo como una formidable fuerza con la capacidad de vencer, no solo al bien establecido Estado Profundo, sino también a los traidores ya invadidos de terror.
Los verdaderos patriotas están conscientes de que ellos, una vez más, son la mejor esperanza para preservar, proteger, y defender la bella constitución de los EU y las libertades fundamentales que los americanos heredaron. Y, en estos momentos, ante el intento de asesinato de Trump y el sacrificio de Charlie Kirk, debemos todos recordar la verdad de nuestra aún incierta existencia en este pequeño pedazo de tierra, pero habitado por gentes con sueños y propósitos mucho más grandes que el poder diabólico de los enemigos. Enemigos enterados por eso su desesperación.
También deben recordar la inspiradora historia del capitán John Paul Jones quien, durante la guerra de independencia, liderando un pequeño buque se enfrentaba a una nave imperial de guerra. Después de varios encuentros, mientras sus hombres luchaban por maniobrar la pequeña nave, fue impactada y comenzó a hundirse. En ese momento, el almirante ingles le enviaba un mensaje a Jones pidiendo se rendiría. Fue entonces cuando Jones pronunció su famosa réplica: "¡Todavía no he empezado a luchar!". Y seguiría luchando hasta lograr hundir la nave británica.
El presidente Trump ha elegido el camino justo de la historia, no es el más fácil, ni el de los aplausos ciegos, ni de alabanzas falsas de sociedades superficiales, pero es el correcto. Es el camino del sacrificio, de los propósitos justos, de integridad. Es el de la fortaleza para seguir adelante a pesar de los grandes obstáculos. No de los que piensan hacer lo correcto, sino de los hacen lo correcto sin pensar. No de los que nadan con la corriente, sino de los que nadan en contra de esa corriente. Los que luchan por un ideal que sienten es superior a ellos.
Por todo eso Donald Trump es admirado por los americanos que le entregaron 85 millones de votos, incluyendo el mío.
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