Ricardo Valenzuela
A finales de 1969, arribaba a San Francisco con mi buen amigo Guaty Yberri, y en el aeropuerto tomamos un camión para enfilarnos a Berkley. El Guaty ya habia iniciado su MBA en la Universidad de California en esa ciudad. Yo iba con el propósito de hacer lo mismo. Y debo señalar que yo me acababa de graduar en el Tecnológico de Monterrey, la universidad más conservadora de Mexico donde permeaba el mismo orden que habia hecho de la ciudad de Monterrey un ejemplo internacional. En 1968 en el Tecnológico un grupo de ilusos iniciaban una huelga de hambre en apoyo al movimiento de Tlatelolco, de inmediato todos fueron expulsados.
Era ya noche cuando arribamos y, al detenerse nuestro transporte, pensé habia llegado a una fiesta de disfraces al ver una multitud de jóvenes de largas cabelleras y ataviados con una vestimenta ajena a mi comprensión. Además, la mayoría fumando mariguana sin la menor intención de esconderse, otros en el parque adyacente teniendo sexo ante la vista de todo mundo. Yo totalmente chocado le pregunto al Guaty ¿Qué chingados es este desmadre? Con tranquilidad me responde; “la nueva cultura hippy de liberación”. Yo pude sentir un viento congelante.
Hace exactamente un siglo nacía, Jean Francois Revel, el intelectual que hizo su defensa de la libertad la piedra angular de su existencia: la izquierda nunca se lo perdonó. No era del todo un filósofo. Pero sí un intelectual de primer orden que influyó en la configuración de la opinión pública contemporánea, especialmente con sus señalamientos que haría de lo que mi amigo me definía como la nueva cultura de liberación de EU. El único que entendería su peligro para sonar una alarma que nadie escuchó.Su punto de partida era muy sencillo: la libertad y, si se quiere, su declinación ideológica; el liberalismo, peligraban. Al igual que uno de sus compatriotas, Alexis De Tocqueville, Revel prescindía de pensamientos abstractos y optaba por sacar sus conclusiones de una observación rigurosa de la vida y de las evoluciones políticas, sociológicas y culturales.
Su punto de partida era siempre repetitivo: la libertad el liberalismo estaban siendo atacados con especial fuerza en EU. Así las cosas, su primera obra de impacto apareció en 1970: en Ni Marx, ni Jesús, Revel anticipó el futuro poderío norteamericano en todos los ámbitos, una vez fenecido el comunismo soviético y con un cristianismo cayendo en un precipicio. Conviene precisar que, aun siendo ateo, Revel nunca cayó en la tentación de la hostilidad prejuiciosa hacia lo religioso o espiritual.
Fue el primero en denunciar que en EU se llevaría a cabo una revolucion y, cerraba afirmando, ya se ha iniciado. Y si esta revolucion se expande por el mundo dependería si en EU triunfa o fracasa. En una observación simplista, el mundo estaba dividido en dos campos. En uno EU, el citadel de la reacción, y, en el otro, el resto del mundo—un campo revolucionario integrado por todos los que se oponían a EU. Obviamente era la división entre capitalismo y socialismo. El significado de revolucion era progreso socialista, por eso, era lógico concluir que el más poderoso de los paises capitalistas seria el último en sucumbir, revolucion.
Y como imperialismo solo se identificaba con capitalismo, era claro que EU avanzaría hacia el socialismo, solo si fuera forzado “desde el exterior”. Ya se habia logrado que el espíritu de revolucion y el antiamericanismo fueran sinónimos, y la influencia de EU se identificaba como consecuencia del imperialismo. Así, se consolidaba la idea que, en EU, el sentimiento reaccionario se estaría incrementando. Ello se acompañaría con la identificación de EU como estado policiaco. Las libertades de la gente serían permitidas porque no son amenaza del status quo, y la opinión publica puede ser manipulada y mantener el conformismo.
Después de sus análisis del avance del socialismo mundial, regresaba a EU afirmando era un pais donde se estaba llevando a cabo una rebelión, pero, contra sí mismo. Lo que yo atestiguara en Berkley era el lado seductor que ya reclutaba gran parte de la población. Una revolucion con su lado demoniaco que llevaría a los demócratas a convertirse en los destructivos que son hoy día. Un movimiento de un todo intelectual coherente en el cual ningún tema podía separarse de los otros y eran:
“Una radical transformación para nuevos principios morales; los graves disturbios de los negros; la rebelión feminista ante la dominación masculina; el rechazo de la juventud de los objetivos económicos y educativos; los nuevos métodos en educación donde la autoridad fuera laxa; una aceptación general de culpa por la pobreza; la interminable demanda de igualdad; el rechazo a la cultura autoritaria a favor de una nueva diversa y crítica en lugar de la heredada del antiguo acervo cultural; el rechazo del poder americano global y su política internacional; la determinación que el medio ambiente es más importante que ganancias comerciales.
Identificaba las bases comunes de las manifestaciones de EU, pero, también las extensiones europeas. Sus bases consistían en el rechazo de una sociedad motivada por ganancias, postrada solo por consideraciones económicas, por el espíritu de competencia, sujeta a las agresiones mutuas de sus miembros. Era un hecho que, bajo todo ideal revolucionario hay una convicción de que el hombre se ha convertido la herramienta de sus herramientas, y que una vez más, debe convertirse en un fin y un valor en sí mismo. Se le daba sepultura a Adam Smith y se fertilizaba el Valle de Lágrimas.
Han pasado 50 años de esa rebelión que infectaría a EU. La mayoría de los temas que buscaban en los 70s se han cumplido, pero, totalmente deformados. La demanda por igualdad se convirtió cambio de oprimidos, lo mismo que la de los negros, la dominación masculina le dio vida al feminismo nazi, rechazo a objetivos económicos llevaron al pais a una quiebra no declarada, los nuevos principios morales le dieron paso a Sodoma y Gomorra americana y a una clase política de criminales, en educación el poder ahora es de los alumnos. El mundo entero ha explotado a EU y lo demuestra su endeudamiento creciente ya no tolerable.
Creo que, si Revel pudiera en estos momentos ver que otros ignoraron y sus consecuencias, tal vez cambiaria el titulo de su libro y rebautizarlo. “Sin Marx, Jesus, Adam Smith, solo con Mefistófeles Soros,” nos habria ido mucho mejor que con el infierno presente.
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