Ricardo Valenzuela
Por infinidad de acontecimientos que me ha tocado vivir tantos años, desarrollé una clara visión de la realidad los gobiernos del mundo. Esa organización que naciera con un solo objetivo, la protección de vida, propiedad y libertad de los seres humanos, ahora se ha convertido en el peor enemigo de las sociedades en un proceso permanente que, a través de autocracia y violencia, pasaran a oprimir a quienes deberían proteger. Ello ha creado una clase de aristocracia política peor que las sangrientas monarquías al estilo Enrique VIII de Inglaterra o los Luises de Francia.
Esta relación gobierno/sociedades ha llegado a ser la vergüenza mas grande en la historia de la humanidad. Aquel mensaje de Sócrates de la evaluación permanente de esos gobiernos, con su democracia y deshonestidad, lo han enviado hacia los confines de letra muerta. Así, los gobiernos han mutuado para convertirse en los peores instrumentos de explotación de la gente. Un mal que cada día crece con los gigantescas instituciones invadiendo más espacios de la sociedad. Y, para mantenerse en el poder, han reclutado un segmento enfermo de la población que actúan como trogloditas para, ante sus órdenes, salgan a destruir.