Ricardo Valenzuela
"Los problemas de la humanidad son producto de que el hombre no puede estar en solitud un rato de silencio en su habitación.”
Blaise Pascal.
Afirmaba el gran Aristóteles que; “aquel que no puede vivir en sociedad, o aquel que no la necesita porque es autosuficiente, debe ser una bestia o un dios.” Y ese ha sido el debate durante milenios cuando, al nacer los asentamientos humanos provocados por el descubrimiento de la agricultura, nacía también la “necesidad” de controlar. Y con esos asentamientos surgía también la división del trabajo y los inicios de la acumulación de activos producto de ese trabajo especial. La creación de riqueza.
Con esa acumulación de activos nacía el pillaje de bandas criminales que asolaban esos asentamientos. Y, como afirmaría alguien, “entre esas bandas criminales, las más violentas de todas aparecían ofreciendo protección.” Esa fue la fundación de los gobiernos que, como las mafias, nacían ofreciendo protección y, el criminal más violento de esas bandas surgía como el rey siempre autócrata y tirano. Y esa riqueza solo se podría lograr asaltando y robando a otros asentamientos, o, ese rey, que acumulaba gran parte de ella, la podría heredar a sus descendientes.


