TRUMP Y NIETZSCHE CONTRA LO DIABOLICO

 Ricardo Valenzuela

Por infinidad de acontecimientos que me ha tocado vivir tantos años, desarrollé una clara visión de la realidad los gobiernos del mundo. Esa organización que naciera con un solo objetivo, la protección de vida, propiedad y libertad de los seres humanos, ahora se ha convertido en el peor enemigo de las sociedades en un proceso permanente que, a través de autocracia y violencia, pasaran a oprimir a quienes deberían proteger. Ello ha creado una clase de aristocracia política peor que las sangrientas monarquías al estilo Enrique VIII de Inglaterra o los Luises de Francia. 

Esta relación gobierno/sociedades ha llegado a ser la vergüenza mas grande en la historia de la humanidad. Aquel mensaje de Sócrates de la evaluación permanente de esos gobiernos, con su democracia y deshonestidad, lo han enviado hacia los confines de letra muerta. Así, los gobiernos han mutuado para convertirse en los peores instrumentos de explotación de la gente. Un mal que cada día crece con los gigantescas instituciones invadiendo más espacios de la sociedad. Y, para mantenerse en el poder, han reclutado un segmento enfermo de la población que actúan como trogloditas para, ante sus órdenes, salgan a destruir. 

Esas barbáricas tribus que, en estos momentos, con el grito muera el rey, están destruyendo las principales ciudades de Estados Unidos. Y esas violentas hordas, para tratar de entenderlas un poco mejor, debemos de acudir a los escritos de Nietzsche quien, en su era, las describía como portadoras de la moral de esclavos. Esas olas diabólicas que, programadas por sus amos, les abren las puertas para salgan a destruir a los que tienen lo que a ellos les falta, esclavos mentales y espirituales agrediendo a quienes son libres, y siempre ejecutan sus destrozos avalados. 

Es la mejor forma de explotar sus envidias, sus odios, complejos y, con sus impulsos animales, les dan libertad para que violentamente puedan expresar sus sentimientos prehistóricos de odio que, con la forma en que se les siguen cultivando y reforzando, se ha convertido en el arma más efectiva de los propietarios de sus conductas que además son pagadas. Porque, para ellos las acciones de Trump tratando de resolver el increíble caos provocado por sus amos, son conductas monárquicas, pero no la invasión de 15 millones de ilegales, el saqueo de la Tesorería, ni la venta del pais ejecutado por sus promotores. 

Un fenómeno que solo podemos entender leyendo la magistral obra de Nietzsche, “Mas allá del Bien y el Mal.” Y veremos cómo la estructura mental de esas sociedades ha sido producto de siglos de programación que, entre otras cosas, ha provocado una gran destrucción cuando emergen al escenario los valores tradicionales con sus ataduras morales ya destruidos. Sustituidas por ideas políticas, sociales, religiosas que durante siglos se les han plantado especialmente construidas para, de forma subliminal, acepten lo que Thoreau describía afirmando; “la mayoría de la gente van siempre por la vida sufriendo una silenciosa desesperación.” Que mejor oportunidad para liberar lo que les ha provocado seguir siendo esclavos. 

De esa forma el desarrollo de las sociedades, de forma intencional, se ha detenido en su etapa de mediocridad destruyendo lo que servía y entonces darles los argumentos falsos para sostener ese vergonzoso estado. Lo primero que surgia para ese engaño fue la democracia para que sintieran tener poder—que nunca lo han tenido. Después, les modificarían su forma de interpretar su racionalidad—siempre irracional—y a cierto punto se dieran cuenta que tampoco funcionaba. Ante tal situación, emergería lo que Nietzsche llamaría “la muerte de Dios”. Pero no la muerte entendida el final de la vida. Sino la muerte de todos los principios que se habían considerado divinos, y necesitaban los nuevos como WOKE. 

Entonces, las fuerzas demoniacas les fabricarían una nueva plataforma con dos objetivos. Que surgiera lo que Nietzsche llamara el “último hombre” con sus nuevos valores de odiar al exitoso, el sufrimiento como virtud que les ganaría el paraíso eterno. Ellos verían el vuelo de los exitosos como gran ofensa a sus mediocridades, y lo más alto que volaran, los que permanecieran abajo los verían mas pequeños, la individualidad como la gran ofensa a sus manadas. Debería morir la creatividad, el “libertinaje”, la sana ambición, para sustituirse con una nueva clasificación de lo bueno y lo malo. 

 Le daban también vida a una nueva moralidad alternativa, la moral de los señores que debía ser prohibida y morir, y permaneciera la de los esclavos elevando a virtud el resentimiento, la pobreza, el sacrificio, la homosexualidad. Se debía proceder a la destrucción de aquellos que ahora identificaban como los fuertes, exitosos, independientes, los constructores de valor. La falsedad de que solo con sus sentidos verían la verdad, pero lo único que les redituaría fue la eterna mediocridad ante la gran satisfacción de los emergentes nuevos amos. Ese sería el más poderoso ataque al superhombre de Nietzsche (cristiano, exitoso, heterosexual, libre) para declararlo el gran enemigo de la humanidad.

Para mantener a perpetuidad este estado de vasallaje y servidumbre, lo primero que se debía de atacar era la autoestima y seguridad del individuo. La afrenta más grande que ha sufrido la humanidad. Aquel hombre descrito por los filósofos rebeldes como un rio desenfrenado, en lugar de darle buen curso, los enemigos de la humanidad decidían provocar la contaminación de una corriente tan potente. Con esas acciones le expropiaban su voluntad de poder y la divinidad de Dios que todos tenemos. Conocedores de historias que han permanecido ocultas, jamás permitirían que surgiera pues, como les sucediera a los Annunaki, la habían sentido en toda su fuerza y majestad, por lo que decidían neutralizarla. Y es lo que han estado haciendo durante siglos. 

Así, en estos momentos los EU están siendo atacados por esas hordas profesionales de la destrucción, en un pais en el que mas de ochenta millones votaran para elegir a Donald Trump. Porque para ellos quien trate algo contra sus edificios del caos, contra sus agresiones para instalar lo que recientemente fue rechazado, ungidos por lo que muestra su claro estado declarando la muerte de la civilidad, es enemigo de sus infernales intenciones. Y, sobre todo, porque ya están conscientes de la voluntad de Trump.