Mucho se ha dicho sobre los orígenes del orden comercial mundial de
posguerra, pero nada sobre el trasfondo ideológico de sus artífices, abogados y
economistas progresistas del Departamento de Estado durante la Segunda Guerra
Mundial. Su panacea tenía poco en común con las enseñanzas de libre comercio de
Richard Cobden o Frédéric Bastiat. Recomendaban que las relaciones comerciales
se regularan a través de agencias burocráticas globales y el aparato
mercantilista-gerencial de control económico global. Y uno de sus fatales
retoños fueron los acuerdos de Bretton Woods.
La emergencia de China de los escombros de una dictadura comunista para transformarse en una neoautoritaria Tecnocracia, no fue una casualidad ni algún error de la historia, China moderna es la orgullosa creación de la Comision Trilateral (NOM). La organización fundada por David Rockefeller y Zbigniew Brzezinski en 1973, con miembros de EU, Europa y Japón que originaron y establecieron sus políticas inspiradas por Bretton Woods, y lo hicieron bajo un manto virtual de invisibilidad que duró hasta 2013.