Ricardo Valenzuela
Ayer tuvo la primera explosión telúrica la nueva falla de San Andrés, no la de California, sino la falla del mundo entero que se deberá conocer como la Falla de Trump. Pero, la diferencia más grande con la que tanto temen en California es que esta falla estará provocando un movimiento global configurando los manoseados mercados mundiales. Un despertar después de una larga parranda para finalmente regresar a la sobriedad, o la esclavitud total.
Ayer, el autor de esta nueva falla, el presidente Trump, que le diera el atinado nombre de la gran liberación informaba su inicio. Una definición muy adecuada para describir la gesta que ya se ha iniciado. Para entender esta liberación primero debemos describir el campo invadido y, sobre todo, lo que ha provocado en el objeto que se pretende liberar. Es decir, solamente se lleva a cabo una acción liberatoria cuando ese blanco a rescatar ha caido en un estado que no fuera el objetivo perseguido sino totalmente contrario, y ha sido perjudicial por lo que requiere acciones correctivas.