Ricardo Valenzuela
Uno de los capítulos
más tristes de la historia africana, ha sido la forma en que Francia con todo
el soporte de occidente y, en especial, de EU, iniciaron una revuelta en Livia
para, no solo derrocar a su eterno líder, Gaddafi, sino vilmente asesinarlo
ante los ojos del mundo. El gran pecado de Gaddafi habia sido iniciar la promoción
para construir un sistema monetario regional respaldado con oro, para
finalmente deshacerse de la obligación de usar la moneda francesa puesto que
Livia habia sido su colonia. El proceso sería descrito por H Clinton sonriendo:
“Llegamos, vimos, y lo matamos.” Luego se robarían todo el oro de su banco central.
Hace unos dias sucedió algo que ha dejado desconcertado a medio mundo. El presidente Trump se reunió con el joven líder del pais africano Burkina Faso. Aparentemente la reunión había sido provocada por Trump para de alguna forma reclamar a Ibrahim Traoré, su participación en lo pareciera ser una convención efectuada en Rusia de todos los paises que se etiquetan como enemigos de occidente. De inmediato Trump, con su conocida asertividad, le preguntaba el por qué tal decisión de aliarse con ese grupo que se puede interpretar su rechazo de occidente.