Ricardo Valenzuela
Recientemente ha surgido cierta inquietud cuando se ha sabido que Bill Gates, el tercer hombre mas rico del mundo, inició una compulsiva compra de millones de hectáreas agrícolas por todo el pais, pues sabemos que, como dicen en Mexico, es la clase de hombre que no da una paso sin huarache y, seguramente, algo grande se puede estar cocinando. Y siendo Gates miembro distinguido del globalismo mundial, sabemos que cualquier control que ellos adquieran sobre las vidas de individuos, corresponde a pérdida de control para el mismo individuo. Y estamos a punto de atestiguar la toma total de una actividad que carga un gran poder.
Sabemos bien y lo hemos visto siempre en America Latina, que el poder ganado en el centro político es un poder perdido en la periferia. Cuando un cuerpo central establece regulaciones y mandatos, reduce la libertad de los individuos para manejar y ordenar sus vidas. Y debemos decirlo muy claramente, globalismo significa la pérdida de libertad individual. En esta lucha, la estrategia y objetivos de los verdugos globalistas es exagerar, y muchas veces provocar, los problemas mundiales para que su poder para controlar y ordenar el nuevo mundo que ellos quieren, sea siempre ampliado. Esos problemas se identifican con este criterio:
