PENSAMIENTOS DE UN GRAN PROFESOR
RICARDO VALENZUELA

Estamos presenciando una contrarrevolución histórica tras la victoria de Trump, muy diferente de su primera elección en 2016. El futuro ortodoxo y supuestamente guionizado ahora son sospechosos. Y es probable que sean destronados, desde lo trivial hasta lo existencial. Los críticos afirman que Trump no tiene el mandato para organizar semejante contrarrevolución. Argumentan que no ganó con el porcentaje requerido para hacer lucir mal a su adversario ni logró una victoria aplastante como la de Reagan en el Colegio Electoral.
Sin embargo, todas las iniciativas que presentó y ganó se basaron en una aprobación pública aplastante en todas las encuestas.
A pesar de haber sido el blanco de la guerra legal demócrata durante 8 años, un desafiante Trump prometió poner fin a la frontera abierta, la inmigración ilegal masiva, el aumento de la delincuencia y los precios por las nubes. Se comprometió a recortar el gobierno y su estado administrativo, terminar con la política de identidad racial y de género y restablecer la disuasión en el extranjero.


