Mucho se ha dicho sobre los orígenes del orden comercial mundial de
posguerra, pero nada sobre el trasfondo ideológico de sus artífices, abogados y
economistas progresistas del Departamento de Estado durante la Segunda Guerra
Mundial. Su panacea tenía poco en común con las enseñanzas de libre comercio de
Richard Cobden o Frédéric Bastiat. Recomendaban que las relaciones comerciales
se regularan a través de agencias burocráticas globales y el aparato
mercantilista-gerencial de control económico global. Y uno de sus fatales
retoños fueron los acuerdos de Bretton Woods.
La emergencia de China de los escombros de una dictadura comunista para transformarse en una neoautoritaria Tecnocracia, no fue una casualidad ni algún error de la historia, China moderna es la orgullosa creación de la Comision Trilateral (NOM). La organización fundada por David Rockefeller y Zbigniew Brzezinski en 1973, con miembros de EU, Europa y Japón que originaron y establecieron sus políticas inspiradas por Bretton Woods, y lo hicieron bajo un manto virtual de invisibilidad que duró hasta 2013.
La política adoptada para la “normalización” de relaciones con la China comunista-realmente fue un programa para construir tecnológicamente a China como la nueva potencia mundial-programa implementado por Brzezinski-el novedoso gran Zar del progresismo. Pero, era la continuación de lo que iniciara la administración republicana de Nixon y el trilaterista Henry Kissinger. Y el gran complemento del programa, sería que esa ruta de China hacia la grandeza que debía ser pavimentada por EU. Después Nixon decidía destruir los acuerdos de Bretton Woods y echaba el dólar a flotar.Durante los años 80 la Tecnocracia había establecido profundas raíces no
solo en China, también en Corea del Sur, Singapur y Taiwán. En Europa se
iniciaba su instalación en los 90s, y en EU, con alguna resistencia desde los
70s. Así, la utopía de los trilateristas de su Nuevo Orden Económico Internacional
sería bajo su tecnocracia y China su laboratorio ¿por qué? Porque lidiar con un
solo dictador comunista era más fácil que negociar con un parlamento, congreso
o senado en paises de “sociedades libres”. Así, esa tecnocracia se convertía en
el caballo de Troya del mundo libre.
China sería aceptada en la Organización Mundial de Comercio para darle rienda
suelta y convertirla en el gran pirata de los mercados. China entera se convertía
en la versión japonesa del Ministerio de Finanzas, que habia tomando el poder
total del Ministerio Internacional de Comercio y Finanzas, la omnipotente organización
de aquella era que pondría en peligro los mercados mundiales. Una organización que
se definía afirmando; “el bienestar nacional no es servido por el resultado más
eficiente, sino por la elite de oficiales de la nación—miembros de ese
Ministerio”. Y se rodeaban de sus apóstoles de la Yakuza no de economistas.
China, aprovechando la experiencia del descarrile de Japón, llevaría a
cabo una serie de políticas que, al analizarlas, parecían más bien una agresiva
estrategia de guerra contra EU. En EU China mantiene casi 250,000 estudiantes
que operan como espías industriales y deben reportar a diario sus actividades con
buenos “resultados.” También, ha penetrado los mercados de capital para sus
proyectos.
China se ha dedicado a violar el concepto verdadero de libre comercio
mediante subsidios ilegales a la exportación, la manipulación de su moneda, para,
de esa forma inundar los mercados de EU provocando injustamente que, para
empresas privadas, sea imposible competir. Ha sido una crítica a lo que ellos
llaman "falso capitalismo global, incluidas las prácticas laborales
extranjeras y la protección del medio ambiente. La manipulación de la moneda y
los subsidios se indican como principales razones por las que las empresas
estadounidenses no pueden penetrar porque, no compiten con empresas chinas,
compiten con el gobierno chino.
The Economist, propiedad de Rothschild, afirma que "las principales acusaciones que hacen en contra de China no son tan controvertidas”. Trump siempre los ha acusado de mantener su moneda barata y arremete contra esa práctica China de obligar a las empresas estadounidenses a entregar propiedad intelectual como condición de acceso a su mercado. Señala, correctamente, que las empresas chinas contaminan el medio ambiente sin control y emplean a trabajadores en condiciones mucho peores de las que permiten las normas estadounidenses.
Con lenguaje militar se refiere a las políticas comerciales de China,
haciendo referencia a su conquista tramposa de los mercados mundiales que ha evaporado
millones de empleos y ha provocado una agresiva baja de salarios. Las
aspiraciones de China son tan insaciables, afirma, que amenaza la virtud del
mercado. Ha descrito la entrada de China a la Organización Mundial del Comercio
como uno de los mayores errores de los EU. Para responder a la amenaza que representa,
ha considerado desde el repudio de los pactos comerciales, hasta el
fortalecimiento de lazos militares con Taiwán.
El New York Times (Slim) señala que cantidad de economistas han advertido
que restringir el comercio con China dañaría la economía estadounidense,
obligando a los consumidores a pagar precios más altos. Pero, es hora de poner
las cartas sobre la mesa. Lo que realmente Trump ha iniciado, es la edificación
de lo que llama reciprocidad comercial. Eso significa que EU cargue las mismas
tarifas que los paises le cargan a este país. Lo que describe como la nivelación
del campo. Es decir, si China en general le carga a EU 20% y EU le carga a
China solo 10%, hay dos soluciones. La primera es que China baje sus tarifas al
10%, o que EU aumente las de China al 20%. Lo mismo a nivel mundial.
En China empresas extranjeras o sociedades con empresas extranjeras,
están obligadas a mantener una célula partidaria. Además, el vigilante Partido Comunista
Chino, mantiene listas de sectores que están cerrados a las empresas
extranjeras o solo están abiertas a través de una empresa mixta en sociedad con
el gobierno. China le vende a EU cerca de $1 trillón y EU a China solo $400
billones.
China no es una hermanita de la caridad, además de tarifas, prohibiciones, manipulación de moneda, en los últimos años ha implementado más de 6,000 políticas de subsidios y regulaciones que equivale al 70% de todas las medidas adoptadas por las economías avanzadas del G20 en su conjunto. Ahora, China sin el mercado de EU de inmediato sufriría una importante contracción de su economía. Así, Trump se prepara para pasar a otros al pizarrón.
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