La guerra comercial contra China ha ido escalando desde que se inició en 2018. Una de las armas letales de China son las tierras raras, que el medio nacional estatal chino Xinhua denomina “vitaminas industriales’. Desempeñan un papel estratégico en el mundo de la alta tecnología actual. De hecho, este grupo de 17 metales químicamente similares es integral para las tecnologías modernas, que van desde vehículos eléctricos a sistemas de guiado de misiles.
Cuando se trata de defensa nacional, las tierras raras desempeñan un papel fundamental. Por ejemplo, un avión caza F-35 requiere más de 900 libras (408 kilogramos) de tierras raras, un destructor Arleigh Burke DDG-51 necesita 5.200 libras (2,359 kilogramos) y un submarino clase Virginia consume más de 9.200 libras (4,173 kilogramos). Y las tierras raras son costosas. Por ejemplo, el escandio, que suele utilizarse en aplicaciones militares, cuesta más de 270 dólares el gramo. En el caso de las tierras raras en general, no sólo los precios están por las nubes, sino que también la demanda está aumentando.