Ayer se inició la
comparecencia ante el Congreso de nominado por Trump para ocupar la Tesorería
de EU, una importante tarea ante la urgencia de su aprobación para ubicar en esa
grave responsabilidad alguien con sentido común, sabiduria y conocimiento, y ya
tome el timón de una nave que, después de cuatro años navegando ese destructivo
huracán llamado Biden, ha sufrido graves embates que la sitúan a punto del
naufragio. Una nave que, en aquella ruta asesina del comodoro del marxismo,
Obama, con toda intención la ubicara en medio de otro huracán durante 8 años y
que a Trump no le permitieran rescatar.
Algo desconocido es la magnitud de esta agónica situación en que se encuentra la economía, no solo la de EU, la del mundo entero sazonada con eventos como la guerra en Ucrania que, no solo ha provocado una inmensa destrucción de riqueza, también la demanda de billones de dolares para sostenerla. Y el único beneficiado ha sido el Complexo Militar Industrial y, por supuesto, el FED con su impresora operando 24 horas al día. El conflicto del Medio Oriente que ha causado efectos similares, así como el fellinesco carnaval de Venezuela que amenaza contagiar otros paises de America Latina.