COMO SE ESTA PERDIENDO EL FARO MUNDIAL

Ricardo Valenzuela

Conflicto entre optimates y populares - resumen 

“La humanidad se agita con pasión descontrolada, se estremece ante un dolor inaguantable, se deja llevar por la ansiedad y la duda. Solo el hombre sabio, aquel cuyos pensamientos están controlados y purificados, logra que los vientos y las tempestades del alma le obedezcan.” 

“Almas azotadas por la tempestad, dondequiera que se encuentren, en cualquier condición que vivan, sepan esto: En el océano de la vida, las islas de la Bienaventuranza te están sonriendo, las soleadas playas de tu ideal esperan tu arribo. Mantén la mano firme sobre el timón de tu pensamiento. En la nave de tu alma habita el Capitán que controla el timón. Está dormido: despiértalo. El autocontrol es fuerza; pensamientos puros son maestría; calma es poder.” 

Con esta afirmación termina su bello librillo James Allen, “Como el Hombre Piensa,” un filósofo británico que durante el siglo 19 enviaba su inspirador mensaje definiendo el destino de los seres humanos. Porque en virtud de los pensamientos que elegimos y alentamos; nuestra mente será la maestra tejedora, tanto de la vestidura interior del carácter como de la vestidura exterior de las circunstancias, lo que podemos haber tejido en la ignorancia y el dolor, pero también pudiéramos haberlo tejido en la iluminación y la felicidad.

Allen describía una humanidad que, comparada con la actual, luciría como un paraíso de paz y tranquilidad. Porque, desde que el hombre apareciera sobre la faz de la tierra, surgía la ancestral lucha entre el poder y la libertad. Esa lucha que, ya en la tercera década del siglo 21, parece como la emergencia del triunfo de esa fuerza cada vez más poderosa. Pues aquellos pensamientos de los filósofos estoicos señalando que, para lograr la verdadera libertad, primero debíamos lograr la libertad interior de los seres humanos, esa libertad que, como una vela que durante mucho tiempo se ha estado apagando. 

Las ideas de un Marco Aurelio, el pilar del estoicismo puro, discípulo de Epicteto, siempre señalaba la verdadera esclavitud era la de los amos dominados por las cadenas de sus vicios y sus deseos alejados de la virtud. La verdadera libertad era el comprender lo que el hombre podía controlar y lo que no podía, era lo que lo llevaría a una situación en la que, aun siendo portador de riqueza y el poder de ser emperador de Roma, decidía vivir con austeridad. Porque esas ideas filosóficas eran las que regían su vida. Y tendría claro que la política debía ser regida por principios morales, la virtud y ejemplo para los súbditos. Y esa filosofía no solo se debía enunciar, sino que se debía practicar para enfrentar todas las situaciones de la vida. 

Las armas de estos nuevos conversos eran la virtud y la razón, para comprender que las cadenas interiores eran más poderosas que las exteriores. Que la libertad era la fortaleza del alma y los verdaderos esclavos eran aquellos dominados por los vicios, sus pasiones y los falsos valores como sus demandas ilimitadas por el poder, la riqueza, el vino, la gula, el erotismo que, finalmente, provocaran la caída del imperio romano.  

Él tenía una brújula ética para no apartarse de la virtud. Pues no quería ser solo un teórico distante, sino un ejemplo que habia vivido practicando lo que dictaba su guía moral y la virtud. Y consideraba que su peor tragedia sería perder ese control interno y no poder gobernar justamente. Para él Sócrates había sido una gran inspiración, el gran mártir de la virtud, la justicia, la razón y el valor para enfrentar la muerte en defensa de sus principios que nunca morirían. Y los siglos lo avalarían como el hombre de esa integridad que inspiraría a muchos. 

Pero, ese principio del estoicismo para decidir lo que el hombre podría controlar, y lo que estaba fuera de su control, en los siglos venideros sufrirían cambios en los campos de batalla. Porque aun en una sociedad ideal para quienes somos amantes de la libertad en todas sus manifestaciones—social, política, económica, moral—si la sociedad pierde la ética y la virtud, el edificio de la humanidad se derrumba. Y los aspirantes al tomar más control, cada vez han asumido acciones más agresivas aprovechando su monopolio de la violencia y la corrupción de los gobiernos. 

Y ante el avance de los gobiernos y sus conspiradores, la gente pierde la concepción de lo que puede controlar y lo que no puede, porque las organizaciones integrantes de ese ataque conjunto (gobierno, iglesias, la media, educativas) constantemente han estado invadiendo áreas de la gente coartando su control y, sobre todo, han programado el juicio que debemos llevar a cabo de sus agresiones y la forma en que tenemos que responder. Porque, además de expropiarnos lo que tradicionalmente había sido nuestro, nuestra mente, también han logrado la destrucción de los valores que las sociedades libres deberían mantener para defendernos y en EU ya se han perdido. 

Han asesinado la rectitud de carácter, la ética, la virtud, serenidad interior, la moralidad y, de forma muy especial, los mercados libres sustituyéndolos por una economía artificial producto de su arma más fatal, el Fondo de la Reserva Federal, en sociedad con un congreso donde todo esta de venta fabricando millonarios instantáneos, un partido demócrata que claramente muestra su tarea para la destrucción del pais. Y aquel cuadro de los filósofos estoicos: serenidad, virtud, fortaleza de carácter, la plenitud de la existencia humana, están ya en ruinas. 

Aquel verdadero nacionalismo está herido de muerte ante el globalismo depredador. Aquel verdadero populismo bueno, de los hermanos Graco en Roma, no el que practicaban la Turba destructora, el que iniciaran los curas de Salamanca durante el siglo 16 y con ellos se fundaran los EU con claros principios de libertad, sin monarquía, sin monopolios, sin aristocracia. Pero, pareciera EU sucumbió bajo la declaración de principios del Illuminati para su destrucción. 

“Los moldearemos dóciles y débiles para que centren su atención en el dinero y bienes materiales y nunca se conecten con su interior. Siempre distraídos con sexo, placeres externos, deportes, sus vicios, y su espíritu sea secado. Sus mentes serán nuestras y harán lo que les ordenemos en mensajes subliminales. Con la tecnología alteraremos sus mentes y sus vidas. El temor y la inseguridad serán nuestras armas predilectas. Les instaremos gobiernos. Seremos dueños de los dos partidos ocultando nuestro objetivo de subyugación. Ellos trabajarán para que nosotros prosperemos a su costa.” 

 

Amen, recuéstate en paz.  

 

 

 

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