Ricardo Valenzuela
La economía china es realmente un milagro
moderno, y su creciente prosperidad se celebra a nivel mundial como una gran
victoria de las fuerzas del libre comercio mundial. Sin embargo, ese libre
comercio no es tan libre.
Los chinos siempre se han considerado una raza superior y por ese motivo, nunca se aventuraron a buscar otros horizontes fuera de sus fronteras como lo hicieron los europeos. Siempre han repudiado a los “diabólicos extranjeros” por haberse apropiado de lugares como Hong Kong, Macao, Shanghái y muchos otros enclaves en el oriente. Desde el triunfo de los comunistas en 1949, el país se aislaba aún más y permanecería totalmente desconectado del resto del mundo, hundiéndose en el hambre y la pobreza. Pero ante las miserias que le acarreara ese comunismo, en los años 70 iniciaba una apertura para integrarse al mercado mundial.