Ricardo Valenzuela
El gran pensador francés Alexis de Tocqueville en su visita a EU en 1837
afirmaba: “Impresionado por la grandeza de este nuevo país decidí buscar sus raíces.
Las busqué en la fertilidad de sus inmensas tierras trabajadas, en sus tupidos bosques
sin final, pero no estaban allí. Las busqué en sus escuelas libres e institutos
de aprendizaje, tampoco estaban allí. Las busqué en su bella Constitución y su
Congreso electo por la gente, no estaban allí. Solamente cuando inicié mis
visitas a sus iglesias y a sus templos que encontré la flama que impulsa lo que
es correcto y justo, pude entender la grandeza del nuevo país. EU es grande porque es bueno. Y cuando deje de ser un país
bueno, también dejará de ser grande.”
EU por tradición había sido una nación cristiana en la que su Constitución fue emanada de la mente de sus fundadores que eran hombres de Dios. Hombres que con profundidad creían y se inspiraban con las sagradas escrituras. Y para basar esta afirmación, tenemos infinidad de referencias de los hombres más notables de la historia de EU, que fueran participantes desde el inicio de la construcción del destino de la nueva nación, y también de su hermosa Constitución que supuestamente todavía lo gobierna.
La historia claramente nos dice que la Declaración de Independencia y su Constitución están basadas en las enseñanzas judío-cristianas. Los fundamentos de esas enseñanzas para el nuevo país fueron la Biblia o el Libro de Instrucciones. Esto no significa que el total de la población eran cristianos, pues ya se habia establecido la libertad religiosa. Significaba que hubo un consenso cristiano y todos los documentos de la fundación, sus leyes, códigos morales e Instituciones se habían basado en principios cristianos. Eso lo señalaba Washington cuando en 1796 afirmara: “Es imposible gobernar justa y correctamente el mundo sin Dios y sin una guía como la Biblia”. Adams afirmaba la Constitución era solo para hombres morales.
Pero, aunque los fundadores era hombres que temían los castigos de Dios
por malas conductas, tenían un temor aun más grande de gobiernos promoviendo
alguna religión estatal, como estaba sucediendo en toda America Latina. Algo
que también provocara grandes enfrentamientos en Inglaterra e Irlanda. La declaración
de Independencia de 1776 afirmaba: “Aceptamos estas verdades como auto
evidentes, que todos los hombres fueron creados igual, que fueron dotados por
el Creador con ciertos derechos inalienables entre los cuales está la vida,
libertad, y la persecución de su felicidad. Y para asegurar estos derechos son
creadas las instituciones del gobierno.”
Los fundadores raramente practicaban cristianismo ortodoxo, aunque ellos apoyaban
el ejercicio libre de cualquier religión, pero entendían ciertos peligros de las
religiones manipuladas. La mayoría creían en el deísmo y atendían a las logias masónicas.
Porque habían comprobado que la masonería libre había sido una fuerza poderosa
para la libertad religiosa. Los masones libres tomaban con seriedad el
principio de que hombre debería practicar espiritualidad según su propia
conciencia. La masonería daba la bienvenida a miembros de cualquier religión o
sin religión, siempre y cuando creyeran en la existencia de un Ser Superior.
La mayoría de los estadounidenses habían crecido anclados a un lugar por
ciertas ideas y valores. Organizaban sus vidas alrededor de ellos. Porque había
consenso de lo era correcto y lo que no lo era, de lo que era bueno y lo que
era malo. Ellos conocían bien las reglas y un hito moral que apuntaba
claramente hacia la dirección que debían seguir. Pero, en algún punto del
camino, de alguna forma, alguien cambiaria las reglas y destruía las guías.
Instituciones como matrimonio, familia, religión, escuelas—que históricamente habían
preservado el orden social y el aprendizaje, que habían servido como baluartes
contra la degeneración moral, han estado bajo poderosos ataques y, en estos
momentos, se están derrumbando.
Las familias americanas están en ruinas, las iglesias están en una total negación, las escuelas han sido infiltradas, la historia se ha estado modificando. Esta nación ha sido seducida por lideres con los principios políticos-económicos y sociales de Marx combinados la ética y moral de Nero. Lo han invadido con el Humanismo Secular. Una filosofía secular que defiende la razón, la ética y la justicia, rechazando el dogma de religión como las bases de moralidad. Predican que el hombre puede ser ético y moral sin la religión, sin Dios, pero con una nueva tabla de valores creada por ellos. Y la primera invasión del humanismo secular fue el sistema judicial de EU.
Y es cuando debemos preguntar ¿Cómo fue posible que los EU llegara a este punto donde, todo lo que se había logrado para el país durante casi 250 años, de repente es malo y anticonstitucional? Y la respuesta es muy clara. Se ha provocado esta anarquía judicial porque el sistema judicial ya no sirve a la gente. Ahora siguen un mandato superior utilizando esos jueces activistas y progresistas para destruir el sentido original de la Constitución. Jefferson tenía razón con su preocupación de jueces abusando de su autoridad para establecer la anarquía. Jueces que no pueden leer la constitución y reescriben su ley de acuerdo con lo que piden las mayorías. No necesitan cambiar la Constitución porque nunca la obedecen.
Antes era clásico usar el, “si se siente bien, adelante”. Ahora es, como dice la Dra. Polo, “si fue aprobado por la suprema corte de justicia, en bueno, hazlo.”
Y hay que entender que todo este infierno en gran parte es la herencia de Obama que siempre declaraba EU ya no era una nación cristiana. En Egipto en el 2009 afirmaba “Ahora se puede decir que EU será una nación musulmana.” En Navidad decoraba la Casa Blanca con la bandera LGBT. La ideología marxista de Obama se encuentra ya en todas partes. En todos los niveles del gobierno, en la academia invadida de radicales, en los partidos. A Obama debemos el auge de esa desviación llamada LGBTQ que hasta los jardines de niños han ya debutado y pretenden atrapar.
La pregunta ¿Cómo una sociedad cristiana participó en la instalación de un gobierno coordinado con su Congreso corrupto y, sobre todo, presidentes tan corruptos y cínicos? Durante más de 100 años la gente ha ubicado a diferentes corruptos en la silla del presidente y luego llenan los pasillos del Congreso con miembros codiciosos a quienes nunca les importado este país. Y es cuando nos hacen recordar las palabras de Tocqueville: “EU es grande porque es bueno. Y cuando deje de ser un país bueno, también dejará de ser grande.” Parece que hemos llegado al filo de ese precipicio y la esperanza casi marchita la representa Trump. Por eso lo quieren desaparecer.
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