BIENVENIDOS A LA UNIÓN DE ESTADOS SOCIALISTAS DE AMÉRICA

Ricardo Valenzuela

 

Pero ¿y si Trump realmente pierde?

Los EU finalmente inicia la última fase de su transformación que, ante una sociedad ignorante del proceso, durante muchos años se ha estado ejecutando y va a modificar la geopolítica de todo el planeta y, con la eliminación del último obstáculo que se había presentado en su jornada, Donald Trump, el resto deberá transcurrir con la suavidad de una nave cruzando con viento de cola. Esta será recordada como la era en la cual los EU sucumbieron ante la diabólica ideología que tanto hubieran combatido por todo el mundo.

Así, la famosa predicción de Nikita Khruhchev en los años 60, afirmando la invasión del comunismo en EU se consolidaría y, cuando la gente al darse cuenta sería demasiado tarde. Será también recordada como la fecha en la cual los EU de sus fundadores dejaran de existir para darle vida a las fuerzas enemigas de la libertad. Y, lo más dramático, el cambio sería consolidado a través de un fraude electoral. Y, de la misma forma que Jefferson describiera el resultado de los conflictos militares, el final de esta batalla política e ideológica presentará el mismo cuadro “emergiendo un gobierno agigantado y una sociedad perdiendo gran parte de su libertad”. Porque, el significado de este evento será de la misma magnitud histórica de la invasión de Roma por los bárbaros que sellaría su destrucción cuando su gente lo permitiera. El mundo, entonces, será muy diferente y, en unos cuantos años, los EU de los hombres valientes, libres, independientes, será solo un recuerdo del pasado y las generaciones futuras se enterarán en las escuelas escuchando la versión de los usurpadores.

 

Les platicarán en sus escuelas cómo un grupo de modernos redentores los rescataron de la opresión, el racismo, de la homofobia, de la misógina, de la siembra de odio, de los acaparadores del gobierno, de recursos y riqueza, para regresarlo a sus legítimos dueños. Y, para llevar a cabo ese rescate, se tuvo que formar un gobierno poderoso que no solo pudiera llevar a cabo ese rescate, sino, también, con la fuerza para defender esos logros y no permitir que de nuevo el país cayera en manos de esos fanáticos de la religión, de una peligrosa libertad que puede desembocar en que las decisiones fundamentales no se tomen por los más capaces, los más sabios y justos, esos que verdaderamente entienden el dolor de la gente y acuden a su ayuda.

 

Les dirán que los rescataron de las prehistóricas cadenas que, con la amenaza de leyes, igualmente prehistóricas, no permitían el flujo natural de la sexualidad humana que la llenaban de prejuicios, de la creatividad siempre amenazada con la censura de grupos políticos y religiosos que, con sus ancestrales reglas, como pretender legislar el control del cuerpo de la mujer, la libertad para decidir las relaciones sexuales y con quien se decida, lo que cada quien deba consumir supuestamente sin perjudicar a otros, petrifican las sociedades coartando sus derechos. Les dirán fueron rescataron de la mitología de las religiones que, a base de sus amenazas, de castigos celestiales y promoviendo la culpa, infringían su libertad y promovían el temor social.

 

Les dirán que rescataron a las minorías de la opresión y explotación de los blancos racistas que pretendían eternizar su opresión y no tuvieran oportunidades, las que ahora el nuevo gobierno crea especialmente configuradas para ellas, al mismo tiempo que les establecían una gran red de seguridad para protección gratuita de su salud, acceso a educación igualmente gratuita, el garantizar un ingreso para todos, vivienda digna al alcance de todos con nuevas figuras de subsidio. De esa forma estaríamos promoviendo y asegurando la paz social para que, de forma automática, se redujera el crimen como la única alternativa al no tener otras posibilidades y los gastos de protección se controlarían.

 

Les dirán que tuvieron que borrar toda la historia del país porque era recordar esos vergonzosas capítulos de opresión, de racismo, de explotación, de agresión a razas diferentes a la suya, de castigo a quienes tienen una sexualidad que para ellos son perversiones, pero en realidad, es otra bella expresión de amor entre seres humanos aunque sea entre personas del mismo sexo que decidan compartir sus vidas. Les dirán que, bajo legislación, tuvieron que expropiar los bienes de todas las iglesias y prohibir que siguieran ejerciendo sus cultos porque, como lo afirmara Lenin, son el opio de los pueblos que petrifica sus cerebros. Un tipo de monarquía religiosa que durante siglos han venido acumulando riquezas incalculables a costa de sus clientes, los pobres. Ahora la religión sería la única, la del Estado Profundo.

 

Les dirán que, con las nuevas reglas establecidas de comportamiento social, los jóvenes, adolescentes y ciudadanos de todas las edades, no tienen que esconderse ni sentir culpa para libremente expresarse en sus relaciones sexuales ya sea entre dos adultos o de adultos con menores de edad e, inclusive, adultos con niños, educándolos para que ejerzan esa libertad responsablemente y evitar los viejos problemas que esos frenos promovían ante una represión sexual.

 

Y, ante algún problema que se presente, en lugar de acudir a la policía fascista, lo podrán hacer solicitando al estado y con su intervención, como la de un padre sabio y amoroso, lograr una solución adecuada y no se agrave el problema que siempre ha tenido el potencial de, injustamente, arruinar muchas vidas.  Les dirán que el estado rescató al mundo de su destrucción cuando, negociantes sin consciencia ambiental y solo orientados a las ganancias, eran promotores de su destrucción al dar más importancia a la modernidad que a la salud de un planeta enfermo. Por lo cual, se eliminaron todas las fuentes participando en esa agresión: petróleo, gas, minería, agricultura y ganadería irresponsable, ejecutando la expropiación de todos sus activos para convertirlos en símbolos de esta lucha. También, cómo decidieron incrementar el control y la propiedad del gobierno en millones de hectáreas adicionales y no permitir agresiones mineras, ganaderas, o de cualquier otra clase que solo acuden a su destrucción.

   

Les dirán, por supuesto, todos estos logros históricos han tenido un precio que hemos debido de pagar, pero, son vaguedades comparados con los monumentales avances que han fortalecido a nuestra sociedad y nuestro nivel de vida, aunque un poco más frugal, totalmente de acuerdo con las estrategias de nuestro partido único, indivisible, incorruptible que, con su sabiduría y el apoyo de China, hemos sido capaces de captar las necesidades de todos, para, de inmediato ordenar al gobierno proceda acorde y, aunque con un poco de colas de varios días, queden satisfechas. Para lograr todo esto hemos tenido que incurrir en una deuda que aumenta su porcentaje del PIB en un 200%, pero tenemos la seguridad que, con una economía en crecimiento, un poco de sacrificio patriótico con el aumento de impuestos de un 70% en todas sus versiones, lograremos la recuperación del dólar, que ya nadie quiere aceptar, y saldremos adelante en esta tarea histórica.