Ricardo Valenzuela
Hace unos dias toda America Latina fue sacudida por algo semejante a una bomba nuclear, la elección de Javier Milei como el nuevo presidente de Argentina. Un pais que sin duda es el ejemplo más palpable de los destrozos que han sufrido todos los paises de la región en manos de fariseos de la política. Argentina, hasta mediados del siglo 20 era uno de los países más rico, prospero, desarrollado con un nivel de vida superior al de muchos paises europeos. Se le consideraba la canasta alimentaria del mundo. Hasta que explotó ese gran misil llamado Domingo Perón.
Para palpar bien la posibilidad de un cambio radical en ese país, los últimos días me dediqué a seguir todas las entrevistas que le han hecho al presidente electo. Y hubo dos que realmente me impactaron, una con el peruano Jaime Bayly experto en esas emboscadas para sus entrevistados, y la otra con el recién expulsado de Fox por su pecado mortal de apoyar a Trump, el gran Tucker Carson, y he sacado varias conclusiones.
La primera es que considero la elección de Milei la gran oportunidad de que un verdadero libertario demuestre que nuestras ideas, bien aplicadas, pueden, deben y, que la historia demuestra, siempre han logrado prosperidad y desarrollo. Me ha parecido un hombre de una inteligencia fuera de serie, muy valiente, alguien que habla de frente sin tratar de matizar ni diluir sus ideas ni sus intenciones. Alguien con un profundo conocimiento de la verdadera filosofía libertaria y, sobre todo, de esa rama de la economía libertaria que representa la escuela austriaca.
Lo considero un gran ejemplo y una llamada de atención para todos los que se etiquetan libertarios, pero, como dicen en el rancho, “no saben ni quien capó al apache”. Esos que se aprenden alguna frase de Adam Smith y la gritan por todos lados porque quieren salir en los periódicos, pero, si les escarbamos un poco, de inmediato aparece su cruda ignorancia, o, peor, el efecto que han tenido sobre ellos esas armas silenciosas que penetraron sus cerebros. Eso les ha dado vida a unos cuasimodos armados con sus deformadas ideas. Porque, las verdaderas ideas libertarias causan ese pánico especial y huyen a refugiarse en las cuevas de su ignorancia.
En todos los años en que he pretendido un espacio en el mundo de las ideas, Milei es el primer político que he escuchado hablar con esa claridad, convencimiento y pasión, de lo que realmente significa el liberalismo emanado de mentes como Locke, Adam Smith, Bastiat, Hayek, Mises, no solo para enunciarlas con admiración, sino para ofrecerlas sin alteraciones como las verdaderas herramientas para la liberación de paises en la pobreza, especialmente en AL que tanto ha sufrido en su eterna caminata hacia la servidumbre. Y Milei las enuncia ante los temblores de políticos profesionales y, en especial, ante una iglesia católica penetrada por los oligarcas globales.
En Argentina se ha iniciado un experimento que, aunque no sabemos cómo o si se va a desarrollar, ya es una bocanada de aire puro en el eternamente contaminado espacio de este continente. Ha habido muchos que han prometido, pero nunca han cumplido. Estamos ante alguien que yo no dudo cumplirá. Habrá que orar por él pues ya se ha identificado como el gran enemigo del monopolio global.
Ante la pregunta de Bayly de lo que piensa del matrimonio homosexual. Respondía; “el matrimonio es un contrato entre particulares y cada uno puede contratar con quien le de la gana. El verdadero problema surge con la intervención del gobierno que, en su afán de controlar, siempre salta con sus leyes opresivas”. Y, ante la declaración de Bayly de ser bisexual, le responde asertivamente: “A mi que me importa tu sexualidad, si vos te quieres casar con un elefante, si el elefante está de acuerdo y no intervenga el gobierno, adelante, es tu vida. Y es el mismo caso de todos los seres humanos”.
En relación al comercio internacional responde. “Vos sabes que soy antisocialista y mi relación con paises opresores como China, Cuba, Venezuela, Nicaragua, será de una respetuosa frialdad. Pero, si los argentinos quieren comerciar con ellos, adelante pues el gobierno tampoco debería intervenir en transacciones privadas. Y, además, vos debes de saber que todos estos acuerdos de libre comercio no tienen nada de libre ni de comercio, son instrumentos de control político y puertas hacia el saqueo de los paises, pero mi gobierno no los ayudará con esos abusos”.
No se cansaba de repetir que “la función de los gobiernos debería ser únicamente de protección de vida, libertad, propiedad, de la gente y, en especial, asegurar que los contratos se cumplan. Más de eso, es solo interferencia de los gobiernos en la vida de los ciudadanos que ninguna constitución les ha autorizado”. Continuaba, “en la forma en que se ha moldeado la conciencia nacional para tener una sociedad civil con las necesidades de un niño y un padre satisfactor, habrá un periodo en el que el presidente deba facilitar surja el orden natural para que el niño madure y con él también la nueva conciencia nacional del hombre libre”.
Y al final de las dos entrevistas con Bayly y Carson, procedía a pintar su raya como yo nunca había visto alguien lo hiciera afirmando: “Vivimos tiempos muy amenazantes y de una gran ansiedad para los pocos que estamos informados, y en este campo de batalla mundial, mis únicos aliados son EU e Israel. Y aunque no quiero usar la palabra enemigos, en mi país jamás permitiré la injerencia de los enemigos de la libertad y la dignidad de los seres humanos. Y en nuestra región, es una vergüenza que tengamos situaciones como las de Cuba, Venezuela, Nicaragua y, sobre todo, que hayan permanecido impunes durante tantos años.
Con respeto, pero no entusiasmo cerraba. “En mi visita a EU, llevo muy claro que el Sr. Biden es el presidente, y como tal, lo debo de tratar y lo expresaré en mi visita. Pero no llegaré con la culpa de haber sido electo, ni mucho menos camuflajeado mis ideas que fueron las que elevaron ese gran país hacia la grandeza”.
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