¿Cuánto le cuesta Trump al Estado Profundo?

Ricardo Valenzuela

 

Durante algún tiempo hemos hablado del odio enfermizo hacia Trump que demócratas y algunos republicanos han manifestado durante los últimos cuatro años. Hemos especulado y enlistado algunos de los orígenes de ese sentimiento tan profundo que los enfrenta, sin embargo, creo que no le hemos dedicado suficiente tiempo a lo que es tan mundano y poderoso como el amor por el dinero, especialmente al ajeno, que vuelve locos a los seres humanos. Sabemos que los usurpadores no quieren a Trump porque no es de su grupo, porque sus ideas son diferentes, porque con sus acciones ha retado al EP y los ha detenido en su avanzar. Pero, hay algo que no creo nos hemos preguntado ¿Cuánto les ha costado Trump a estos piratas?

¿Porque embarcarse en esta aventura internacional para robarle la presidencia? Y es que además de realmente sentir ese odio y expulsarlo con vociferantes palabras, Trump les ha desactivado procesos que verdaderamente los ha afectado en donde más duele. En sus cuentas bancarias alrededor del mundo. La primera fue la desactivación del negocio más importante del que son los únicos propietarios, el tráfico internacional de drogas que anualmente les producía ganancias de un trillón de dólares, y de eso se deriva otro también muy lucrativo, el lavado de ese dinero ensangrentado que lo llevan a cabo los bancos más grandes y poderosos del mundo, con una interesante correspondencia. Con la construcción del muro y una atención especial, les interrumpió el segundo negocio en importancia, tráfico humano que, según los expertos, estaba por alcanzar el nivel de ganancias de la droga puesto que también lo combinan con la prostitución global.

 

Les detuvo el tercero de sus negocios en la escala de producción de ganancias, fabricación y venta de armas cuando no iniciara nuevas guerras operando la retirada de las tropas en el medio oriente, y manifestó su intención de extraerlas de las 800 bases en más de 70 países alrededor del mundo en que se encuentran apostadas, puesto que el gasto militar, a cierto puto, llegó a ser más grande que las ganancias de todas las empresas de país. Pero, del que nadie está enterado y se ha manejado con gran cautela, la lucha por avanzar en la conquista del espacio en la cual se baten infinidad de caracteres, pero, de los más adelantados es el EP con una serie de amenazadoras alianzas. Trump estaba por iniciar el desarrollo de una nueva rama militar que bautizara como Comando Espacial de los EU, pero, de inmediato se le oponían algunos lideres militares entre ellos el Gral. Mattis, secretario de Defensa, mostrando la penetración del EP en el área militar.

 

El programa paralelo que maneja el EP, asociado con la CIA, es tan poderoso que, al ver la intención de Trump, tomar control total de esa área tan desorganizada y desparramada, operaron un ataque de falsa bandera en el océano pacífico tratando de enfrentar a EU con Corea del Norte. Desde un submarino nuclear lanzaron un proyectil hacia Hawái para luego culpar a Corea del Norte, pero las legiones de la Fuerza Aérea de EU destruyeron el proyectil y procedieron también a destruir el submarino. El motivo de Trump para establecer este nuevo comando fue el darse cuenta la forma en que los contratistas militares de EU eran también utilizados por el EP para robar tecnología. Esto provocó se desarrollara un esquema especial eliminando el sistema de manos libres para los contratistas. Eso era otro duro golpe para los usurpadores.

 

Y, aquí es cuando llegamos al verdadero meollo del asunto. La lucha entre el EP y Trump para controlar el espacio en donde, de forma desorganizada, circulan la tierra cientos de satélites mostrencos con capacidades comerciales y militares increíbles que, en manos del EP, sería la pinza final para su enfermiza intención de controlar el mundo entero. Controlando esos satélites pueden libremente llevar a cabo chantajes y, como la vieja mafia, extorción y forzar a todo el mundo a pagar para su “protección”. Y aunque a muchos esto les parezca ciencia ficción, es una realidad que provocó la orden del EP para robar la elección y deshacerse de ese gran estorbo, Donald Trump. Con la ayuda de China, que ya es propietaria de toda Italia y, sobre todo con la del Vaticano-el socio capitalista—utilizaron los satélites militares de Italia que ellos controlan y, con toda precisión, ignorando a los americanos de bien, cambiaron el destino de EU.

 

Y, continuando con lo que muchos seguirán pensando es ciencia ficción, el socio más importante del EP es un grupo al que llaman los Nazis de la Antártica. Un grupo de nazis que, antes que finalizara la segunda guerra mundial, en varios viajes trasladarían a sus científicos más brillantes y lo mejor de su tecnología a la Antártica en donde, en ciudades subterráneas como las que ya tenían en Alemania, han estado operando durante más de 70 años importando, con ayuda del EP y la CIA, materiales y científicos de todo el mundo en operaciones financiadas con el “presupuesto negro” que mantienen el EP, la CIA y se sospecha de China. Este grupo está considerado el más adelantado de todos los participantes y nunca perdió contacto con sus colegas que llegaron a EU incluyendo a Warner Von Brown.

 

Todo esto ha estado en juego en el enfrentamiento con Trump que, ante la sorpresa de muchos, ha estado librándolo solo pues se especula que sus gentes han estado amenazadas por esa increíblemente y poderosa fuerza capaz de atreverse a llevar a cabo este robo involucrando a naciones cuya identidad todavía no conocemos, pero son de la musculatura del mismo Vaticano. Ahora, económicamente ¿Qué representa para el triunfador de esta batalla? Solamente la explotación mineral de los miles de asteroides que circulan la tierra, tienen la capacidad de generar trillones de dólares. Desde el espacio se pueden utilizar microondas para penetrar la tierra hasta llegar a los grandes depósitos de agua que existen y garantizar su abasto para su consumo, e irrigar toda la tierra con potencial agrícola por miles de años.

 

Pero la intervención de Trump le ha capado a su flujo unos dos trillones de dólares anuales y, eso, es algo que les ha dolido. Por eso tuvieron que acudir al vaticano por los $400 millones que costó el robo de la elección. Y, ante esta capacidad que les ha restado Trump, hay que esperar un posible gobierno de Biden saqueando la Tesorería como lo hizo Obama y, proporción guardada, la Hillary quien mágicamente desapareció $6 billones de dólares de las arcas del departamento de Estado y no pasó nada. Cuando menos hasta que se recuperen sus fuentes que ansiosamente esperan.