Ricardo Valenzuela
Si nos dedicamos a buscar las raíces de aquella libertad que, durante los primeros 18 siglos de la era Cristiana, la mayoría de la gente no la habia conocido provocando la construcción de un mundo en el que la pobreza fuera su común denominador. Un mundo que condenaba a la gente a conformarse con esa pobreza que habían sufrido todas sus generaciones anteriores, hasta llegar a considerarla como la condición natural de la humanidad. A finales del siglo 19, se determinaba que el ingreso per cápita en Gran Bretaña durante los últimos mil años se habia mantenido estático en mil dolares de valor actual.
Podemos identificar algunas fuentes que nos podrían llevar hasta los grandes filósofos de Roma y Grecia con su ley natural. Tal vez podamos acudir a la edad media y hasta al renacimiento con figuras como Marsiglio de Padua, o Jan Buridan de Bethune, a los frailes de la escuela de Salamanca, y muchos otros hasta llegar a la explosión de la revolucion industrial que se convirtiera en el milagro para rescatar a gran parte de la humanidad de esa ancestral pobreza. Sin embargo, habiendo sido encontrada esa libertad que se configuraría en el Liberalismo económico, político y social, y fuera la causante de esa nueva cara de un mundo de prosperidad, nos debemos preguntar ¿Qué fue lo que sucedió para que abandonáramos el camino?
El evento más importante en la historia de los últimos 150 años ha sido el desplazamiento del liberalismo original para sustituirlo con el estatismo esclavizante. Y el estatismo aparece en dos formas: el socialismo y el intervencionismo. Ambos tienen en común el objetivo de subordinación incondicional del individuo ante el estado. Ese aparato social de compulsión y coerción. Y aunque la novedosa libertad desde su nacimiento se iniciaran sus ataques, debemos acudir a ese gran pais que es Alemania donde podemos encontrar muchas respuestas pues, ambos, liberalismo y estatismo, se originaron en Europa occidental en donde Alemania jugo papel neurálgico.
Alemania iniciaba una lucha liberal y sería el acontecimiento revolucionario que tuvo lugar entre marzo de 1848 y finales de 1849 en la Confederación Germánica. Los levantamientos también afectaron a provincias y Estados fuera de la Confederación bajo el dominio de otros Estados más poderosos: Austria y Prusia. Una parte de Hungría, el norte de Italia y la provincia prusiana de Posen.
Las revoluciones liberales que explotaban en esa erra tenían como meta la prosecución de los siguientes objetivos políticos:
– Gobiernos solo con la responsabilidad de la protección de los derechos individuales a la vida, libertad, propiedad. Igualdad jurídica de todos los ciudadanos frente a los diferentes entes reglamentarios.
– Libertad al derecho de pensamiento, de asamblea y de expresión.
– Derrota de la monarquía mediante el ejercicio de la soberanía nacional buscando una participación parlamentaria.
– División de poderes entre las diferentes ramas del gobierno para evitar esa concentración en un solo organismo político.
– Estado de derecho garantizado por una Carta Magna, constitución o ley fundamental. Y la rama judicial para operarlo y protegerlo.
Pero esa revolucion no pudo deshacerse del gran peso de su absolutismo y establecer su democracia con un gobierno parlamentario y se daban cuenta de su problema. El liberalismo alemán no pudo con los ejércitos de Austria y Prusia. Estaban formados por aspirantes al cambio que pretendían reclutar, pero totalmente ignorantes de las ideas políticas. Eran analfabetas y no entendían la mentalidad de los intelectuales. Ellos habían sido formados en el hábito de obedecer a quien ejercía el poder en su villa, ese que la ley consideraba el señor legítimo. Eran siervos que no tendrían la capacidad para desobedecer órdenes. Ese perfil era clásico de las clases bajas y sería luego bien aprovechado por los debutantes socialistas para reclutarlos y utilizarlos para sus conquistas tiránicas y mantenerlas.
Todo eso no permitía a los liberales adecuar y conectar sus planes, y sus acciones a sus logros. Debian esperar hasta que el progreso, la prosperidad y la educación pudiera rescatar estas personas de la edad de piedra en que vivían y enseñarles liberalismo. Estaban convencidos de que la victoria del liberalismo sería alcanzada. Pero, por desgracia, los acontecimientos desmintieron estas expectativas. Los futuros tiranos aprenderían una gran lección: Para dominar y controlar las grandes masas de gente hay que mantenerlas ignorantes, dependientes, distraídas con pequeñeces y sus problemas tradicionales que se debian mantener.
Ellos buscaban ese dios humano que los protegiera, garantizara siempre la cena sobre su mesa, que curara sus heridas, que los llevara a la cama y, al darles las buenas noches, les asegurara que al despertar todo estaría bien. Y que mejor solución podrían encontrar que el estatismo que le asignaba al estado la tarea de guiar a los ciudadanos y siempre mantenerlos bajo su tutelaje. Su claro objetivo era restringir esa libertad individual para actuar. Moldear sus destinos y dejar toda la iniciativa únicamente en manos del gobierno. Y uno de sus más influyentes pensadores alemanes, Hegel, les entregaría todas las recetas que, a finales del siglo 19, se importarían a EU para asentarse en la Universidad de Yale con su organización, Order of Skull & Bones.
Así, cortesía de Alemania, esa destructiva filosofía llegaba a EU, una filosofía tan demoledora que fuera la raíz del nazismo y del marxismo para, de inmediato, tomar control total del sistema de educación con el claro objetivo del “apendejamiento” de la sociedad americana. Y lo primero que debian de instalar en sus mentes, era la supremacía del estado sobre el individuo que debía existir solo para servir a ese estado. Filosofía totalmente contraria a la del liberalismo clásico que predica la subordinación del estado al individuo.
Luego Alemania nos surtiría a Marx. Y es ya muy obvio que en esta era de la división del trabajo internacional, por un lado, y la agresiva interferencia de los gobiernos en las economías, en el otro, está ya provocando conflictos y gobiernos criminales como el de Venezuela o el de Mexico. Y es cuando emergen proyectos para lograr un estado mundial más satisfactorio que solo incluyen la sustitución de la cooperación internacional por la planeación de un gobierno mundial. Y aquí la lucha cada día crece por todo el mundo y es a muerte.
No comments:
Post a Comment