Ricardo Valenzuela
Hace 8 años
totalmente invadido por la euforia, celebraba el milagro de la elección a la
presidencia de un hombre que no era político, Donald Trump, y mi alegría no era
una explosión impulsada por agentes imaginarios. A ese hombre yo lo habia
conocido aquel lejano año de 1984 y tenía claro era propietario del inventario requerido
para esa tarea. Pero lo que me provocaba euforia, para el resto del mundo era
una explosión terror. Pero, al día siguiente, se llevaba a cabo un evento en
elegante hotel de Washington con la presencia de 100 billonarios convocados por
George Soros, donde, como en el Congreso de Verona, se hacia el juramento para
iniciar el saboteo de su administración. Pero, el objetivo real era expulsarlo
de la presidencia por los medios que fueran necesarios.
Así se iniciaba una permanente y criminal agresión del recién electo presidente, con un menú que incluía dos intentos para desaforarlo a base de mentiras fabricadas por el FBI y el Departamento de Justicia las aceptara para actuar. Procedían a enterrarlo en demandas judiciales, no solo en lo personal, también a sus negocios, a sus hijos, sus amigos, que este hombre enfrentara para salir avante. Pero, mientras sufría el saboteo de su administración, habia provocado un boom económico no experimentado en los últimos 50 años que incluía crecimiento económico, nivel récord del desempleo, crecimiento del ingreso de la gente, récord de trabajos creados y todo eso sin involucrar el pais en alguna guerra.
Cuando todos esos intentos fracasaran, misteriosamente aparecía la pandemia que emergia de un laboratorio chino que, no solo frenara el proceso económico de EU, le provocaba una grave herida a la economía mundial. Sin embargo, la media vendida, no solo ocultaba esos logros económicos, se habia dedicado a crearle una imagen que, especialmente en Mexico, se consolidara describiendo a un monstruo que los buenos combatían defendiendo al mundo de este criminal que se habia adueñado de la presidencia. Un pirata con el objetivo de la destrucción de EU y había que detenerlo.
Y por haber cometido el pecado mortal de primero apoyarlo, y después defenderlo, me provocaría perder amigos, el ser expulsado de la Alianza Álamos, me cerraran las puertas de todos los medios en los que publicaban mis notas, e, inclusive, problemas familiares y agresivas críticas de amigos de toda la vida. Todo esto para mí sería lo que me impulsó a ya no enviar mis artículos en estos cuatro años, y solo subirlos a mi blog. Ello era prueba del éxito de una campaña generando ese odio hacia este hombre. Al principio, tratando de argumentar con sus odiadores, les pedía me dieran una lista de los pecados de Trump con evidencias que específicamente hubieran afectado a ellos o a otros. La respuesta siempre sería el silencio.
Pasaría el tiempo y hace cuatro años, invadido por la rabia, era testigo del robo descarado de la elección del 2020, una rabia totalmente fundamentada con evidencias que, a pesar del esfuerzo de las oscuras fuerzas globales para esconder sus huellas, no podrían deshacerse de todas y eran las que emergian a la superficie. En esos momentos me di cuenta de que el gobierno de EU habia caído en manos criminales con una fisonomía peor que la de Mexico. Ya no era el pais que tanto admirara, el inventor de la moderna república, de incorruptible estado de derecho, de la libertad. El pais que Adams habia anunciado sería el faro de luz para el mundo.
Sin embargo, el haber ejecutado aquel golpe de estado, para los piratas globales no era suficiente. Y, como los bolcheviques que asesinaran al Zar con su familia para asegurarse destruían la posibilidad del regreso de la monarquía. Ya fuera de la presidencia continuarían sus ataques (estilo Maduro y Maria Corina) para asegurarse nunca más tomara el timón del país, lo agredían con demandas judiciales contra él, su familia, sus negocios, auditorias, invasiones de su casa por el FBI. En el 2016, habia llegado Donald Trump, descrito como un solucionador de problemas, presumido, bocón, nacionalista. Y era claro, la palabra héroe junto al nombre Donald Trump aterraba a la mitad del país, como lo hacen los términos nacionalista y populista.
Pero el sueño de este hombre era mas grande que la maldad de los demonios que ahora controlan EU, y decidía regresar ante lo que un mundo empachado describía como locura. Pero no para esos demonios que de inmediato redoblaban sus criminales esfuerzos para detenerlo. Y, ante la seria posibilidad de su retorno, inspirados por sistema de administración de riesgo de los Clinton, tratarían, lo que yo afirmaría ante quienes me consideran ya loco, el asesinarlo mostrando su desesperación y ese pánico ante un Trump con sus lecciones aprendidas. Ya no permitiría traidores en su casa y regresaría con las herramientas que antes no tuvo para defenderse de sus cobardes agresiones.
Y, a diferencia del 2016 y 2020, ahora regresa con un apoyo total de segmentos que antes se le negaran como afroamericanos, hispanos, asiáticos americanos, de las mujeres, de católicos. Pero, sobre todo, aquel hombre que identificara David Davis Hanson cuando afirmara. “Todos olvidaron que había otra tradición populista, estaba dormida. Una tradición que fue herencia de los padres fundadores avalando al individuo libre y propietario”. La gente de Trump.
Cuando en el 2016, ese tosco billonario desarrollador de inmuebles iniciaba su campaña en términos de nosotros—nuestros mineros, nuestros trabajadores, nuestros agricultores—nadie lo emuló. Sus opositores estaban convencidos de que sería tan irrelevante como aquellos desesperados a quienes dirigía su mensaje. Pero, trabajadores de fábricas, mineros, leñadores, vaqueros, habían sido los baluartes tradicionales de miles de comunidades americanas. La pérdida de su medio vital cuando sus productos fueran altamente demandados—era una receta para el suicidio cultural de gente cada vez más desesperada.
Ignoraron la frase de Jefferson: “Comercio con todos los países, alianzas con ninguno”. Tampoco entendieron que había una bomba silenciosa pero muy potente esperando explotar—si alguien pudiera ser cauteloso y estar lo suficientemente irritado para activarla.
Ahora este hombre rudo y bocón la ha activado de nuevo y hay un nuevo sheriff en este pueblo.
No comments:
Post a Comment