El verdadero poder global

Ricardo Valenzuela

 A quién pertenece la Antártida?

Hace unos días me llamó la atención de forma especial una entrevista que le harían a ese gran reportero investigador George Knapp, del tema sobre extraterrestres que él ha trabajado durante 35 años. Y, en especial, sus entrevistas con el famoso Bob Lazar donde surge la inquietud para identificar esa poderosa fuerza superior a la de presidentes, jefes de estado e, inclusive, más allá de los oligarcas globales, el Estado Profundo etcétera. Porque es claro que ellos tienen el timón de algo que, entre muchas cosas, mantienen un rígido control de lo que acontece en ese campo tan especial. Y, una de sus manifestaciones ha sido un gran esfuerzo para mantener este secreto llegando a agresivas amenazas, y hasta el asesinato cuando alguien provoque cierto peligro de lo que tanto protegen. 

A Bob Lazar lo han hostigado mucho tiempo, desaparecieron todos sus récords en universidades y cualquier información de su pasado, cuando él ha mostrado evidencias de haber trabajado en el zona más secreta de la famosa Área 51, en un proyecto especial de ingeniería en reversa de naves alienígenas en poder de estas fuerzas. El autor del libro Behold of the Pale Horse, William Cooper, quien comprobara haber trabajado en las áreas de inteligencia más importantes de EU, y en su libro hace declaraciones difíciles de asimilar. Finalmente le costara su vida pues fue asesinado después de un primer intento fallido donde perdió su pierna.

 

George Knapp, que ha permanecido relente en sus investigaciones, ha sido amenazado, agredido y ha recibido todo tipo de ataques de esas fuerzas sin rostro que, utilizando los hombres de negro, operan como los verdugos para quienes se identifiquen como amenaza de su secreto. Hay muchas historias de gente que han sufrido esas agresiones que ni siquiera oficinas como el FBI han intervenido, porque sabemos tienen órdenes de no actuar contra esos golpeadores profesionales, mucho menos proteger a quienes sufren esos acosos. Una de las líneas que “supuestamente” se siguió en el asesinato de Kennedy, fue la obsesión del presidente para saber que sucedía en esa Área 51 y, al no recibir informes, estaba por cerrarla.

 

Ya Eisenhower había tenido fuertes enfrentamientos con ese grupo, lo que llegaría a ordenar la alerta de una división del ejército en el estado de Colorado, para invadir dicha zona si en un periodo de tres días no le entregaban la información solicitada. Por supuesto que no le hicieron caso y el presidente, que ya estaba a meses de terminar su mandato, prefirió ignorarlos. Pero, es bien sabido que, en la entrega a Kennedy, le hizo una cruda advertencia de lo que él pensaba se estaba cocinando en ese grupo sin control. Haría otra advertencia en contra de lo que estaba emergiendo como una gran amenaza para el mundo, Complexo Militar-Industrial.

 

Es increíble la ignorancia de presidentes, secretarios, congresistas, grandes empresarios, periodistas, de lo que se ha venido desarrollando desde hace muchos años para subyugar el mundo. Entonces, si esas gentes identificados como los más poderosos del planeta permanecen en la ignorancia de esta situación. ¿Quién más pudiera estar al timón de algo, al parecer es tan valioso, que merece se protejan sus secretos al precio que sea necesario? Bill Clinton en una ocasión se quejaba, casi a modo de chiste: “Pedí se me informara todo sobre este tema, y nadie me hizo caso”. Reagan, en otra ocasión, como algo que se le escapaba manifestó su gran preocupación por un posible ataque de extraterrestres.

 

Pero, como siempre sucede, la famosa frase de Edgar Hoover se aplica hoy día: “Cuando los seres humanos enfrentan situaciones horrorosas, al no poder lidiar con ellas por su magnitud, siempre las declaran conspiraciones”. Tal vez el caso más conocido de ese tipo de etiquetas fue el famoso viaje del Almirante Byrd a la Antártica en 1947, con una flota de 20 buques de guerra, portaviones, buques petroleros y, sobre todo, 5,000 soldados de las fuerzas especiales. Al llegar a la bahía donde anclarían, los comenzaron a sobrevolar extraños objetos moviéndose a velocidades increíbles. Uno de los buques disparó contra los objetos y responderían hundiendo varios barcos de la flota y destruían casi todos los aviones.

 

El Almirante furioso con quien iniciara la escaramuza reprendería de forma muy especial al culposo, y decide entonces hacer un vuelo de inspección y reconocimiento. Sin embargo, lo que realmente había sucedido en todo el viaje, no sería conocido hasta hace solo unos años puesto que, a su regreso para presentar su informe, de inmediato le ordenaban callarse, lo juramentaban para su silencio y luego desaparecería misteriosamente. Solamente cuando falleciera, su hijo, por instrucciones póstumas de su padre, daría a conocer la verdad y, como siempre, lo calificarían de conspiración.  

 

En uno de los pasajes del diario del Almirante afirmaba: “Estamos volando y el campo abajo parece muy verde y más nivelado de lo normal. Los controles del avión no responden. A los lados del avión aparecen dos artefactos volando a velocidad increíble, tienen la Suástica. Vemos una bella ciudad. Nuestro avión militar fuera de control desciende como si fuera en un elevador, luego aterriza. Llegamos a una ciudad en el subterráneo que parece de cristal y muy bien iluminada. Nos recibían unos hombres muy amables invitándonos para entrar por una gran puerta, y me dicen lo siguiente:”

 

“Almirante, lo hemos dejado entrar porque usted es un carácter noble y un hombre muy prestigiado en la superficie del mundo. Almirante, nuestro interés en ustedes se inició después de que explotaron las primeras bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki. Fue cuando enviamos nuestros objetos voladores a la superficie para investigar su raza. No hemos interferido en sus guerras, pero ahora debemos hacerlo porque ustedes están jugando con un poder que no debe ser para su humanidad—energía atómica. Han llegado a un punto donde no hay retorno porque, entre ustedes, hay algunos dispuestos a destruir todo el mundo antes que abandonar el poder.”  

 

“Hay una gran tormenta en su mundo Almirante. Habrá un alivio y sensación de paz con todos sus armamentos, pero no habrá ninguna seguridad en vuestra ciencia. Quizás hayan aprendido la inutilidad en la guerra, sus conflictos, sus destrozos y, tal vez después de algún tiempo, parte de su cultura y ciencia les podrá ser devuelta para que su carrera y su historia comience de nuevo. Debe regresar a Superficie del Mundo con este mensaje”.

 

A su regreso a EU haría una escala en Chile en donde, inocentemente, daría una entrevista al diario de más circulación en ese pais. Al día siguiente se publicaba su comparecencia ante el diario y se desataba un infierno global. El periodista subrayaba que lo que más lo había impresionado e inquietado, fue cuando el Almirante con asertividad afirmara que, esas fuerzas asentadas en Antártica, era infinitamente superiores pues tenían una capacidad para atacar EU desde los dos polos, con sus artefactos que solo les tomaría una hora para llegar al blanco. Y sus armas eran igualmente superiores.

 

Ya en EU el Almirante afirma que le ordenaron guardar silencio. Unos días antes de su muerte, escribía su última entrada del diario: “Debo decir que ha mantenido este asunto como un secreto de tantos años. Ha sido totalmente en contra de mis valores y mi moral. He cumplido con mi deber ordenado por este monstruo, Complexo Militar—Industrial”. Es un hecho que el Almirante Byrd y toda su flota fueron aplastados por algo místico nunca visto por los militares, quizá algo relacionado con aquellos ángeles caídos en plan de guerra.

 

Cuando conocí esta historia y después de muchos años buscando respuestas, había llegado a una encrucijada, no donde tenía dos caminos para elegir. Sino, ante una frustración, darme cuenta hay otro totalmente desconocido y, sobre todo, tan oculto como pudiera ser otra dimensión y me provoca sentirme como un caminante perdido. Alguien que había estado siguiendo las pistas falsas que me iban dejando en el camino, con toda la intención de que me extraviara y de nuevo debo preguntar ¿Quiénes son los propietarios de ese poder oculto y están a punto de controlar el mundo? Porque, en estos momentos siento haber estado tan equivocado.

 

Quiero saber quiénes son los que tocan el ritmo para el baile de los oligarcas globales. Quiero saber quiénes son los dueños de esas gigantescas corporaciones con activos trillonarios. Quienes son los que están en la penumbra de esos fondos de inversión también con activos de trillones adquiriendo compañías que, en poco tiempo, reportan también activos trillonarios. Quienes son los que ordenan a Goldman Sachs aplicar su magia provocando esos increíbles valores de las compañías en donde invierten, produciendo esas ganancias también con la magia de asientos contables, en una economía cada día más artificial.

 

Quienes son los verdaderos propietarios del FED, FMI, Banco Mundial, del  Bank for International Settlements en Suiza al mando de Agustin Carstens, y de los bancos más exitosos del mundo. Quienes son los verdaderos propietarios de The City of London Corporation, The Crown Corporation, The Vaticano Corporation, THE UNITED STATES OF AMERICA CORPORATION, con letras mayúsculas, porque empiezo a darme cuenta de que son los mismos y, la sorpresa, no son los odiados oligarcas globales, no, ellos, al igual que Soros, son de ligas menores. Los verdaderos propietarios de ese poder celestial yo los he bautizado como los Patriarcas Galácticos y moran en Antártica

 

Ellos son los que esos verdaderos periodistas de investigación intuyeron son superiores. Los oligarcas globales son descendientes de los ángeles malos expulsados del cielo liderados por Luzbel. Los otros son descendientes de los ángeles buenos que en aquella gran batalla derrotaran a Luzbel. Los primeros creen y aparentan tener la batalla ganada. Son como los Cesares romanos cuando, en los encuentros entre gladiadores, con el dedo pulgar señalaban quienes iban a vivir y quienes debían de morir.  

 

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