Ricardo Valenzuela
Siempre ha existido la errónea creencia que los EU, durante todos sus años de existencia, se ha dedicado por los medios que fueran necesa-rios a convertir paises en los cinco continentes a lo que llaman demo-cracia, provocando una histórica confusión y se piense es sinónimo de capitalismo.
La realidad es que no han sido los EU o Inglaterra, como paises, los promotores de este movimiento sino los oligarcas asenta-dos en ellos quienes, durante siglos, han dedicado grandes activos fi-nancieros y militares promoviendo todo lo contrario, el socialismo si-milar a lo que fue el sistema feudal.
Con la avenida de la Revolucion Industrial, surgían grandes fortunas creadas por los debutantes emprendedores especialmente en EU, y se convertían en una potente fuerza en la construcción de un nuevo mundo que, dejando atrás los procesos de negocios anticuados, fue-ran agentes especiales en una gran explosión económica con grandes oportunidades en todo el mundo.
Las fortunas tradicionales construidas en Europa durante siglos bajo el sistema económico mercantilista y feudal, se encontraban con el fenómeno EU y la construcción de una histórica explosión económica provocada por el verdadero capitalismo, acompañado de un gobierno solo vigilante y se respetaran las reglas del juego. Parte importante de la estructura del nuevo pais fue su rechazo total a la democracia pura. Sin embargo, con esas explosiones económicas se despertaban las clásicas pasiones humanas incontrolables. La primera consecuen-cia sería el nacimiento del monopolio moderno eliminando la legítima competencia. Vendría luego el proteccionismo entre los paises afec-tando el comercio internacional.
Pero, lo que le llegaría entonces a esa carrera de sociedades comer-ciales libres y competitivas, sería el más infame de los monopolios, el monopolio de la emisión de dinero y lo verdaderamente grave, dinero que se emitiría sin tener respaldo que garantizara su valor. Y ese nuevo instrumento seria propiedad de los oligarcas banqueros con la idea de controlar la economía mundial.
Ante la posible batalla que ya los oligarcas, en medio de su paranoia, consideraron el peligro que para ellos representaba una verdadera sociedad libre como la surgida en EU, después de largas consideracio-nes decidieron que lo que les urgía, era asegurar que los paises tuvie-ran sociedades sumisas como habían estado durante los siglos de la edad media e, inclusive, durante el renacimiento. Ya tenían la expe-riencia del fracaso de la revolucion francesa ante multitudes rabiosas. Con las monarquías ya amenazadas, debían de encontrar una fórmula especial de control, pero a través de alguien que proyectara esa ima-gen de redención, que obviamente no era la de ellos.
Finalmente decidieron que lo que llenaba todas las especificaciones que buscaban y, además, con su idiota útil, era el naciente socialismo que lo trabajaba ya un filósofo alcohólico fracasado, Karl Marx, el me-jor de los idiotas útiles que pudieran encontrar. La receta perfecta pa-ra mantener sociedades dóciles y agradecidas aceptando su suerte y, como señalaba la iglesia, felices en su valle de lágrimas. Así, los oli-garcas globalistas financiarían a Marx para la publicación de su magna obra, Manifiesto Comunista. Apoyarían después a Lenin para tomar control de Rusia. Penetrarían las filas revolucionarias de Mexico y se estableciera el socialismo con su Constitución de 1917, escrita por Trotsky en su estancia en México.
La parte final del siglo 19 y todo el siglo 20, los utilizarían para, con su bandera “democracia” agregándole “social”, llevar su receta por todo el mundo y, lo más grave, consolidaban su idea en todo el continente europeo con la formación de su Union Europea. Les costaría dos gue-rras y 100 millones de vidas para que dócilmente se entregaran a sus brazos y al socialismo inventado por Hitler de una forma tan genial, que hasta grandes libertarios, en su ceguera, lo defienden negándose a etiquetarlo como lo que es. Un socialismo sin expropiar los factores de producción, pero controlado con impuestos, regulaciones, manda-tos, acuerdos de “libre comercio”, que nada tienen de libre ni de co-mercio, y su moneda.
La democracia que tanto habían alabado infinidad de lideres supues-tamente anticomunistas, para luego prometer su establecimiento en diferentes paises, no ha sido más que la receta para ese socialismo que, inclusive, han estado implantando en EU que ha llevado al pais a esta aberración cuando, en los inicios del siglo 20 el gobierno consu-miendo el 5% del PIB, a estos momentos que consume casi el 60% y continua creciendo. En 1903, el gran Herbert Spencer publicó su obra “Regreso de la Esclavitud y afirmaba:” “el mundo está retornando al barbarismo y la guerra.” Las guerras han sido el instrumento principal para que los gobiernos se agiganten porque, según ellos, nos habrán de proteger.
Hace algunos años, uno de los más grandes libertarios que haya apa-recido en EU, Hans-Hermann Hoppe, publicó un maravilloso libro titu-lado “Democracia, El Dios Fracasado”. Una obra realmente iluminado-ra en la cual el autor no deja ninguna duda sin responder. Porque el libro de Tocqueville, “Democracia en America”, iniciaba la confusión al describir la dinámica económica, política y social del recién nacido pais EU, lo que realmente describía era el capitalismo—antes que Marx in-ventara el término—que se estaba desarrollando en este pais que lo llevaría—en menos de cien años—a ser el más rico, próspero y pode-roso del mundo. Un capitalismo para todos.
Pero la democracia no tuvo participación alguna en este milagro. Co-mo tampoco lo tuvo en el milagro que convertiría a Holanda en una llama de tolerancia religiosa, libertad comercial, respeto de la propie-dad privada, gobierno limitado. Un paraíso que describiera el filosofo Baruch Spinoza en su obra “Tratado Teológico—Político” describiendo la feliz interacción de tolerancia religiosa y prosperidad durante el si-glo 17 en Ámsterdam.
Algo que la democracia no ha llevado a ninguna parte del mundo.
No comments:
Post a Comment