Ricardo Valenzuela
Como la mayoría
de los mexicanos, durante toda mi vida tuve que lidiar con un grave problema
que siempre ha azotado el pais, la destructiva corrupción. Pero, como
presidente de dos bancos, tuve un lugar en primera fila para atestiguar la
horrorosa corrupción del gobierno que siempre le ha provocado heridas que lo
han desangrado. Y en aquella era tuve la oportunidad de tomar un entrenamiento
con el Banco de America por varios años en California, Nueva York, Londres,
Hong Kong y, al hacer una comparación de los dos paises, EU me parecía un templo
de virtud.
Pero, el tiempo me enfrentaría con una triste realidad. En estos momentos puedo afirmar que la corrupción del gobierno de EU ahora hace lucir a Mexico un monasterio tibetano. Y, la razón de mi descubrimiento tiene nombre y apellido, Bill y Hillary Clinton, una diabólica pareja que elevara la corrupción a niveles difíciles de asimilar sin caer en algún estado depresivo. Son tantos sus crímenes que difícilmente los pudiéramos listar en una enciclopedia, pero, podemos afirmar que no han dejado alguno sin cometer.
Sin embargo, hay uno que nos puede dar la pauta para medir la dimensión de esa vida putrefacta. La muerte de Vicent Foster, el abogado de la Casa Blanca, que al inicio de los años 90 cimbraría al mundo. En Julio de 1997, Ken Starr a quien se le encargara su investigación informaba: “Basado en una profunda investigación, análisis y revisiones de expertos investigadores y fiscales, esta oficina ha concluido que la muerte del Sr Foster fue un suicido.” El Sr Foster aparecía muerto en un parque en donde se habia quitado la vida con “dos disparos,” pues una pistola aparecía en una de sus manos. Algo que sería el colmo del descaro.En 1994,
tratando de calmar los rumores, se acudía a un fiscal independiente Miguel
Rodriguez para confirmar el resultado que se presentaría. No era precisamente conservador.
Al arribar a la oficina de la Fiscalía a cargo, llamaba la atención su
apariencia con su pelo en una cola de caballo, un arete en su oreja izquierda,
su chaqueta de cuero. Los miembros de la oficina se quejaban de la inclusión que
parecía emanada del incipiente WOKE con la ya marchando política obligatoria de
inclusión étnica, no la meritocracia
Durante
meses Rodriguez se dio a una investigación profunda del caso. Sorprendía
llamando testigos ante un gran jurado so pena de responder preguntas que podrían
caer en perjurio, y rápido se daba cuenta que el caso era algo que el FBI habia
manipulado. Para 1995 su investigación lo llevaría a formular una teoría derrumbando
todo lo que se había considerado, especialmente con claridad afirmaba que la
escena del crimen se había manipulado. Y, algo más grave, la pistola en la mano
de Foster no checaba con las evidencias y una fotografía del cadáver había sido
alterada. Y fue cuando se iniciara algo que de forma dramática mostraría la
inmoralidad de los Clinton y de su ejército de criminales.
Finalmente,
Rodriguez se dio cuenta que la investigación estaba siendo saboteada por los
fiscales asignados y los agentes del FBI en su propia oficina. Se dirigió a
Starr pidiendo ayuda para ser ignorado y nada se haría para resolver lo que
planteaba. En medio de una gran frustración Rodriguez renunciaba. En esos
momentos la única investigación seria y profesional del crimen sería
abruptamente terminada. Y surgía la pregunta ¿Cómo un hombre tan pulcro como
Starr podía haber sido motivado para abandonar a medias la investigación del
presidente? Y se respondía cuando Starr fuera nombrado presidente de la Universidad
de Pepperdine en Malibu.
La conducta de Starr develaba algo muy grave. Starr se había convertido en un servidor del poder, no un fiscal con la ley natural de justicia en la mano. Era la emergencia de algo tan grave que se develara como la hechura del hombre servil al ya inmoral gobierno. Alguien que nunca se atrevería a confrontar al Departamento de Justicia, al FBI, y a todas las instituciones de gobernanza permanente en Washington. Ya no era alguien que tuviera el cumplimiento del aquel supremo deber, dentro de los canones del honor, la moral y la ley, como una religión de almas puras para santificar el estado de derecho de un pais que lo estaba perdiendo.
La conducta
subsecuente de la policía municipal, del Servicio Secreto, del FBI, el
Departamento de Justicia, de las autoridades médicas del Estado de Virginia, así
como el abogado independiente Robert Fieske, y todos los que participaran en
ese reporte. Un documento que anunciaba las policías y todo el aparato judicial
del país habían sido politizados de forma descarada. Politizados al servicio de
ese ejecutivo igualmente criminal. La tragedia de Foster sería el aviso de las
conductas criminales que arroparían al pais durante los siguientes 30 años,
donde ya nada sería bueno o malo, todo sería relativo. Donde se trata de
revivir aquel, si se siente bien, hazlo.
Sería lo
que los haría perder el resto de sus escrúpulos para vender favores del
gobierno alrededor del mundo, para que Hillary vendiera uranio a Rusia, de la
venta ilegal de armas con su correspondiente donaciones a la Fundacion Clinton,
el saqueo de USAID en sociedad con Soros, los 300 billones extraviados del Departamento
de Estado bajo Hillary, la casa de su hija. Y lo que falta por salir con DOGE
Ese capítulo
de la administración Clinton, era ya un claro señalamiento de la ruta que nos estaban
obligando a caminar hacia ese entorno de la destrucción, porque, cuando, no
solo se pierde la moral, sino que nos tratan de imponer su diabólica sustitución
del Illuminati y, sobre todo, cuando se pierde totalmente el respeto por la ley
para, con toda libertad y sin consecuencias, actuar contrariamente a los
mandatos naturales de ética, moral, justicia de quien nos ubicara en este
paraíso de plenitud. Por eso necesitan sociedades programadas para aceptar las
cadenas y para eso se han adueñado de todos los sistemas de educación.
Pero, en lugar de multiplicar los talentos y esa sagrada plenitud para benéfico de todos, hemos permitido que se esté destruyendo por la enfermiza ambición y codicia de unos cuantos que los han estado monopolizando. Esos seres diabólicos que, sin impórtales el resto de la humanidad, lucran del sufrimiento de todas las sociedades. Porque, no nos hemos dado cuenta, pero nos han estado encaminando de nuevo hacia la vieja ruta del servidumbre sin resistencia alguna.
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