El secreto de Trumponomics (II)

     RICARDO VALENZUELA

Plus500 on X: "A few days after Trump's inauguration, it's time to  understand "Trumponomics." 馃捈馃搲 Tax cuts, deregulation, and protectionist  policies shaping America's economy. What's your take on its impact? 馃挰 Read 

El est铆mulo econ贸mico keynesiano que manej贸 Obama en 2009 ha sido la borrachera gasto-endeudamiento m谩s grande de todos los tiempos. Sin embargo, sus resultados fueron no an茅micos, fueron rid铆culos, irresponsables de su parte y, sobre todo, peligrosos al elevar la deuda irresponsablemente. 

Es importante obtener y revisar los hechos factuales de esta historia de horror, porque se necesita aprender de los errores. Y en este caso tiene un doble valor porque las ideas socialistas cada d铆a est谩n m谩s profundamente incrustadas en la pol铆tica, la academia, la media, en el amplio espectro de la cultura americana, y contin煤an carcomiendo las bases morales de sociedades que buscan prosperar a base de trabajo, ahorro e inversi贸n. Ideas muertas que hace muchos a帽os fueron desacreditadas por la historia —keynesianismo, maltusianismo, redistribuci贸n, socialismo, colectivismo, etc.— en la administraci贸n de Obama fueron revividas, sacadas de sus ata煤des y aplicadas con furia demencial en todo el aparato econ贸mico de EU. El por qu茅 estas ideas en bancarrota todav铆a atraen a la elite intelectual es un gran misterio.

 Una crisis no se debe desperdiciar

 Al inicio de la administraci贸n de Obama, muchos recuerdan la declaraci贸n que hizo su jefe de gabinete Rahm Emanuel despu茅s de la toma de protesta del nuevo presidente; “Una buena crisis es algo terrible de desperdiciar”. Los progresistas que controlaban la Casa Blanca y los dos niveles del congreso tomaron este consejo al pie de la letra, y procedieron a aprovechar la grave crisis que viv铆a el pa铆s para activar todo lo que listaba su plan para socializar EU. Este era el momento que la izquierda radical hab铆a esperado durante tantos a帽os. La revista “Time” publicaba la foto de Obama en su portada con sombrero y cigarro con boquilla luciendo como un gallardo Franklin Roosevelt. Era un mensaje de lo que Obama se propon铆a llevar a cabo. El establecimiento de su propio New Deal, pero ahora impulsado con esteroides.

 Un infame plan de est铆mulo de $830 billones fue aprobado durante los primeros meses de la administraci贸n Obama. Pero al revisar los detalles, era obvio que el objetivo no fue resucitar la econom铆a sino esparcir decenas de billones de d贸lares entre grupos de izquierda radical. Habr铆a millones para el National Endowment for the Arts, Head Start, para seguro de desempleo, estampillas para alimentos, energ铆a renovable, subsidios, misteriosos, billones para bur贸cratas federales, un rescate para la industria del puerco, billones para empleos de sindicatos de trabajadores. Billones para el zool贸gico de Washington, estampillas de alimentos y ayuda financiera para inmigrantes ilegales, miles de millones para empresas consentidas de Obama que luego declararan bancarrota, como el caso de Solyndra que terminara no solo en bancarrota, tambi茅n con graves problemas legales. No cabe duda fue un “gran est铆mulo para la econom铆a, pero ¿para la econom铆a de qui茅n?”

 El dinero de ese est铆mulo supuestamente era para una serie de proyectos de infraestructura. Pero solamente un 10% fue utilizado para ello, proyectos como puentes, carreteras y otros que tanto necesita el pa铆s. El resto fue a parar en los bolsillos de aquellos que hab铆an hecho posible la victoria de Obama en la elecci贸n del 2008. El gobierno reviv铆a, Washington de nuevo era rico, y el congreso se convert铆a en un mercado en el cual se compraban y vend铆an todo tipo de favores al mejor postor. El gasto del gobierno como porcentaje del PIB viaj贸 del 21% al 25%. Algunas agencias vieron sus presupuestos crecer 100%. Era man谩 cayendo del cielo para los hambrientos progresistas.

 El colmo de la extravagancia fue el programa de “Efectivo por chatarra”, que pagaba a los ciudadanos para intercambiar su carro viejo por uno nuevo con mejor rendimiento. Ese programa mostr贸 al gobierno en toda su ineptitud cuando la gente corr铆a para tomar sus cheques diez veces el valor de sus autos. El destruir cientos de miles de carros para que la gente comprara nuevos, es una estupidez econ贸mica. Es como si a la gente se le pagara por quemar sus casas para que las constructoras tuvieran trabajo, y las ferreter铆as vendieran el material para reconstruirlas. La falacia de esto fue expresada sabiamente por Henry Hazlitt en su inolvidable libro; “Econom铆a en una Lecci贸n”. Hazlitt recordaba a los americanos que no hay creaci贸n de riqueza quebrando las ventanas de todos los edificios para darle empleo a la gente instalando las nuevas ventanas, tampoco dar empleo enviando a un grupo a cavar hoyos y otro diferente para rellenarlos. Pero en todos los a帽os de Obama en la Casa Blanca, la l贸gica econ贸mica brill贸 por su ausencia.

 El est铆mulo econ贸mico keynesiano que manej贸 Obama en 2009 ha sido la borrachera gasto-endeudamiento m谩s grande de todos los tiempos. Sin embargo, sus resultados fueron an茅micos; en 2009, 2010 y 2011 el comportamiento de la econom铆a fue peor que si el gobierno no hubiera intervenido. Es la conclusi贸n de Laffer y Moore basada en los n煤meros de la misma administraci贸n Obama. Por incre铆ble que parezca, el nivel de desempleo fue m谩s alto cuando se aplic贸 el est铆mulo que, como el economista de Obama confes贸 a los autores, hubiera sido sin el est铆mulo. El gobierno se endeud贸 y gast贸 trillones de d贸lares solo para que la econom铆a se comportara peor que si se hubiera dejado recuperar por si sola. La explicaci贸n m谩s est煤pida fue la de Paul Krugman argumentando la crisis empeoraba porque no se aplicaron suficientes est铆mulos deuda-gasto. Seg煤n 茅l, cinco trillones de d贸lares no fueron suficientes y se deber铆an de haber aplicado $10 trillones de d贸lares.

 El economista de Harvard Robert Barro se dio a ridiculizar la patolog铆a de Krugman afirmando: “Cada vez que un plan para combatir d茅ficits fiscales falla, el consejo keynesiano, como el remedio para la cruda, es provocar d茅ficits a煤n m谩s grandes. Es decir, inyectarle al enfermo el mismo virus que lo ha llevado al borde de la muerte. El resultado de aplicar esta pol铆tica son persistentes niveles de crecimiento casi nulos y la explosi贸n de la duda p煤blica como porcentaje del PIB”.

 Era claro que Obama no entend铆a la diferencia entre crear valor, crear empleo y ganar dinero. Daba la impresi贸n de que su desarrollo intelectual se hab铆a estacionado en el refugio de la suma cero. “Cuando alguien gana es porque alguien m谩s pierde. Las fortunas solo se construyen arrebat谩ndoselas a otros”. Siendo EU el precursor de la creaci贸n de valor, su presidente nunca lo entendi贸 y promov铆a la redistribuci贸n de la riqueza creada por otros. Pero lo m谩s grave de este diab贸lico proceso, es el tejido que llev贸 a cabo Obama llegando al coraz贸n de instituciones que, con ese tipo de estructuras de poder y extorci贸n, seguir谩n controladas por esa mafia que invadi贸 el gobierno con la intenci贸n de nunca regresarle su autonom铆a y su libertad para volver a servir al pueblo.

 Obama instal贸 interventores en todas las empresas que recibieron dinero del est铆mulo, especialmente en los bancos que, sin autorizaci贸n de esos interventores, no pod铆an aprobar ni tarjetas de cr茅dito. Es decir, al tener secuestradas todas esas empresas le dieron el poder casi total al gobierno de Obama para lograr su so帽ado objetivo, controlar totalmente la econom铆a de los EU sin tener que expropiar. Despu茅s utilizar铆a el IRS para agredir a empresas en donde los due帽os o ejecutivos no fueran dem贸cratas. Trump se hab铆a dado cuenta de este diab贸lico plan que los republicanos ignoraban, cooperaban, pues algunos de ellos se sumaban a la masacre.

 El final de la administraci贸n de Obama, le sumaban $10 trillones a la deuda, la econom铆a crec铆a al 1.5% y estaba ya atrapada en una red socializante que le hab铆a hecho perder 10 puestos en el 铆ndice de libertad econ贸mica. Fue cuando Trump, siguiendo el consejo de Napole贸n, “si quieres que algo sea exitoso, hazlo t煤 mismo”, decidi贸 actuar.

 

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