CAPITALISMO HA MUERTO, VIVA EL BANDIDISMO

 

Ricardo Valenzuela

 

Durante muchos años se ha recurrido al comunismo para definir lo destructivo de su filosofía, del fracaso que provocara la desaparición de la URSS, de la vergonzosa situación de Cuba, Venezuela, Corea del Norte etc. Pero hay otros que hablan de algo que ya no existe; el capitalismo. Y, en su reino de la ignorancia al no conocer la verdadera esencia del capitalismo original, sus feroces críticos, en su miopía, lo identifican con neoliberalismo, con el sistema económico de la Union europea o, peor, con el de los EU. Pero, debo repetir, para nuestra desgracia el capitalismo ha desaparecido. No podemos afirmar que un pais es capitalista porque permite la propiedad privada. No, el verdadero capitalismo es mucho más que eso.

El verdadero capitalismo, en su momento, fue una fuerza tan poderosa que provocaría el pánico de aquellos que, con ese capitalismo liberal, se habían convertido en los hombres más ricos del mundo. Y, como afirmara Gilberto Valenzuela, ante un concepto que apenas reportaba poco menos de 100 años de haber nacido, aprovechando que todavía no surgían reglas claras, lo utilizaron para formar monopolios explotadores. Y, si algo odiaban estos nuevos capitalistas, era la pieza que forma la columna vertebral de este sistema, la competencia que ahora se disponían a destruir para formar uno muy especial; su exclusivo club que muy pocos podían ingresar. Nacía un aborto del capitalismo inspirado en el sistema colonial británico.

 

Fue así como, para eliminar la competencia de aspirantes emprendedores, decidían financiar las aventuras de un fracasado filosofo llamado Karl Marx, hasta llegar a la publicación de su Manifiesto Comunista. Y cuando Napoleón sumergía a Europa en sus interminables guerras, se pudieron dar cuenta que la guerra era algo que les debía producir jugosas ganancias como las logradas en Waterloo. Después lo comprobarían en la guerra civil de EU, apostando a los dos lados, y les generara algo verdaderamente valioso, la propiedad del estado de Columbia, residencia del gobierno federal. Por supuesto que las dos guerras mundiales los hiciera muy felices.

 

Los Rothschild ya habían penetrado la monarquía británica con la que coincidía en el objetivo de llegar a controlar el mundo. Y algo verdaderamente crucial, hacían el juramente para destruir el republicanismo liberal de EU y regresarlo a ser colonia inglesa. Pero no seria a base de otra guerra, debería ser a base de infiltración de su gobierno y sociedad civil. Y, así, entre monarquía, la parásita nobleza terrateniente, los Rothschild y, especialmente, Cecil Rhodes, le daban los santos oleos al verdadero capitalismo. Pero, crearían un monigote disfrazado del capitalismo para que la plebe se distrajera sin darse cuenta la estaban esclavizando.   

 

Y, ya a finales del siglo 19 y en el siglo 20, mostraban hasta donde estaban dispuestos a llegar para lograr su objetivo, y vilmente asesinaban a los presidentes Garfield, McKinley y Kennedy. Cuando Trump se hiciera de la candidatura del partido republicano, alguien comentaba: “No hay duda de que Trump, si no lo asesinan, cambiara radicalmente la fisonomía de EU y del mundo que tanto se ha estado deformando”. El mundo estaba entrando a una era de grandes definiciones de la civilización y sus luchas. Era el tiempo de emergencias geopolíticas donde religión y moralidad religiosa tomarían el liderazgo. La llegada de Trump parecía ser una pieza clave.

 

Pero ¿Cuáles son las raíces que alimentan la insaciable hambre de poder de estos individuos? La huella de los británicos están por todas partes, pero esto lo inventaron y probaron en el medio oriente. Ellos tenían el precedente de su contracultura impuesta en el medio oriente. La continuación de su culto por Apolo. La republica romana era controlada por ese culto a Apolo y así naciera la ley Romana basada en la anti humanista ética aristotélica. Fue lo que formó las familias romanas conocidas como la nobleza negra veneciana, y hoy sus descendientes en Inglaterra forman organizaciones como Bilderberg y del Kabal internacional.   

 

La monarquía británica, la clase de aristócratas terratenientes y parásitos, la facción de la Orden de Malta que domina esa clase terrateniente británica, mantienen lo esencial de esa doctrina intacta. El aristotélico sabe que el progreso científico y tecnológico generalizado, dadas las condiciones de educación y libertad de innovación que exige el progreso, produce ese el ciudadano libre con una dedicación al potencial creativo de la mente humana que es antitética al sistema oligárquico. Y esa divergencia le daría vida a las organizaciones secretas que forman la Kabal.

 

Y para ampliar sus conquistas, han recurrido a los mismos métodos utilizados por los antiguos sacerdotes del culto total a Apolo. La promoción de cultos dionisíacos de las culturas de consumo de drogas, contraculturas eróticas orgiásticas, el sexo como la herramienta para destruir familias, turbas trastornadas de destructores de todo lo que encuentran a su paso y maníacos terroristas sin freno, para convertir a esa fuerza combinada de chusma demente en soldados contra aquellas fuerzas de la sociedad que se dedican al progreso científico y tecnológico. Pues ellos quieren que los pueblos del mundo permanezcan pobres, sin futuro y dependientes.

 

Lo que los aristotélicos han odiado y temido a lo largo de milenios, es el estar enterados y conscientes de que el progreso científico y tecnológico persistente y generalizado, como política dirigista de la sociedad, significa una hegemonía republicana que acaba para siempre con la posibilidad de establecer un dominio oligárquico total del mundo. Porque ellos han representado esa potencial competencia para los peores enemigos del capitalismo, los oligarcas globales.

 

Por eso odian y temen a Trump. Ellos saben que un regreso de Trump destruiría el mundo artificial que han construido. Porque él quiere salvar la economía de EU a expensas de los bancos y el sistema financiero que están condenados, pero, con Biden en la casa blanca han continuado su vida artificial.