EUREKA, ENCONTRÉ AL MÁS SABIO

Ricardo Valenzuela

 As visões de Tesla | Paiva Netto

Desde que iniciara mi búsqueda de esos seres humanos especiales y tan diferentes a los que, en nuestra colectiva ceguedad, hemos identificado como héroes para ubicarlos en el olimpo de los dioses. Esa ruta me llevaría a conocer el ubermensch de Nietzsche que me ha servido para tener una clara descripción de aquel hombre superior de la antigüedad china. Al avanzar por esa ruta surgia algo muy particular, los que mayor efecto hubieran tenido sobre la humanidad, iniciando con Sócrates, siempre han sido eliminados. Y la lista era muy larga.

Por supuesto, la mayor pérdida de la humanidad fue la de Jesus de Nazaret quien, al estar iluminando con su luz la eterna noche de la humanidad, se habia convertido en el gran peligro del imperio romano y lo crucificaron. Pero, le seguirían muchos otros como Galileo, Juana del Arco, Jordano Bruno etcétera. Sin embargo, en mi búsqueda recientemente creo haber encontrado uno de los más grandes desde la crucifixión de Jesus, Nicolas Tesla. Alguien que obviamente yo conocía como uno de los grandes inventores de la historia, pero, ahora he conocido otra faceta de este gran hombre.

 Tesla fue también un místico. No solo transformó la forma en que entendemos la electricidad, la energía y la tecnología, sino que también un místico que dejó un legado espiritual y filosófico que sigue intrigando al mundo. Una de sus frases más enigmáticas y poderosas; “Si quieres encontrar los secretos del universo, piensa en términos de energía, frecuencia y vibración,” encapsula su profunda visión de la realidad. Para Tesla, el universo era un vasto campo energético interconectado, y el ser humano, un canal capaz de alinearse con esa energía infinita. 

Para él, el universo no solo era solo un entroncado físico, sino también una red interconectada que podía comprenderse al observar sus patrones. Esta especial conexión con la naturaleza influyó en su idea de que la energía, la frecuencia y la vibración son celestiales principios fundamentales de todo lo existente en el universo. Tesla aseguraba que al sintonizar nuestra frecuencia interna con las del universo, podríamos alcanzar estados superiores de consciencia y armonía. Para Tesla, la mente humana era un receptor de frecuencias universales, y debemos aprender a usarlas. Esta perspectiva invitaba a pensar que la creatividad y las ideas no sean únicamente nuestras, sino una conexión de los iluminados con algo más grande. 

Y al combinar su genialidad en tecnología con su misticismo, se le identificaba como un peligro que se debía detener. Sus ideas acerca del infinito como un océano cósmico y comunión universal. Un universo que sigue principios numéricos y abren una bóveda infinita de sabiduria. Que el cerebro humano es una poderosa antena que, activando ese poder, puede recibir información difícil de imaginar y se puede comunicar con otros seres humanos. Tesla hablaba de las matemáticas sagradas. De un infinito universo coordinado como la más grande orquesta produciendo notas dirigida por “alguien.” Parecía coquetear con el Dios de Espinoza que luego adoptara Einstein. 

Hablaba luego de lo que describa como la poderosa voz oculta del universo, las vibraciones que mueven al mundo. Él ya la había llegado a producir a través de oscilaciones con resultados que hasta a él lo alarmaban. Esas vibraciones son las que conectan todas las cosas, no solo en la tierra, sino en todo el universo, y podemos encontrar nuestra frecuencia. Y al activar nuestra frecuencia, se puede encontrar otras y, aunque, al principio no nos demos cuenta, podemos alterar positiva o negativamente otras frecuencias. Afirmaba que la mente era el laboratorio más perfecto del mundo, tanto que nos puede dar visiones del futuro y del pasado, porque era la mano de Dios 

Lo que hace que esa frase de Tesla sea tan poderosa es su capacidad para unir la ciencia y la espiritualidad en una sola visión del universo. Para él, el cosmos no era solo un espacio físico, sino un campo infinito de energía y posibilidades. En este sentido, Tesla podría ser considerado un visionario espiritual. Sus ideas no solo abrieron las puertas a los avances tecnológicos, sino que también nos invitan a preguntarnos cómo podemos alinearnos con las energías del universo para, reclamar ese poder interior, y vivir vidas más plenas y aportadoras al verdadero desarrollo. 

Surgía la Resonancia Schumann inspirado por Tesla, una serie de picos en el espectro de frecuencias extremadamente bajas del campo electromagnético terrestre, que siempre ha intrigado a científicos y espiritistas por igual. Nikola Tesla, pionero en la investigación de ondas electromagnéticas, entendía y afirmaba que estas frecuencias, aprendiendo a utilizarlas, podrían tener un impacto profundo en la armonización de la mente y el cuerpo humano, evitando estados depresivos y enfermedades del cuerpo

Tesla afirmaba que nuestro cuerpo era un campo electico magnético con infinidad de pequeñas baterías que podemos activar. Y quienes encuentran como hacerlo, se convierten en seres superiores. Todos tenemos un aura, la de unos es oscura y la de otros es blanca y brillante. Solo los que logran esa conexión se manifiesta en la belleza de su aura y, una aura de luz, expande la conciencia y se puede penetrar lo profundo de la mente y sus poderes. Aparentemente hablaba de los poderes que los Annunaki les habían otorgado a los humanos, pero, con el mal uso que le dieran, se los desconectarían al partir, pero permanecen dormidos esperando quien los pueda despertar. 

Obviamente él habia logrado despertar los suyos y, con esa desconocida genialidad, sus inventos amenazaban con la liberación de la humanidad, como la transmisión de energía inalámbrica, que destruiría el mercado del petróleo y, lo más amenazante para los oligarcas, la producción de energía eléctrica libre para todos, la segura ruina de General Electric propiedad de Edison/Morgan. Pues no solo era un genio científico, sino un explorador del alma, de los misterios de la naturaleza. Se habia convertido en un grave problema para la sociedad de Thomas Edison y JP Morgan quienes lo destruyeran 

Tesla claramente habia encontrado lo que Jesus siempre expresaba, “no busques a Dios en el exterior, porque Dios está dentro de ti.” Y ese despertar del Dios interior, es lo que los herederos del emperador Constantino tanto temen, seres humanos actuando con esos poderes divinos hasta hoy dormidos y poca esperanza de su despertar.

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