HISTORIA. ¿LA DAMA IGNORADA POR LÍDERES? Segunda parte.

 Ricardo Valenzuela

 

La historia de la segunda guerra mundial, como siempre, fue escrita por los victoriosos llena de mentiras a su favor. Porque la historia real es verdaderamente increíble. A finales de los años 20, los oligarcas y los aristócratas más importantes de Alemania acompañados por los hermanos Dulles de EU, se reunían en Berlin para entrevistar a un prospecto que habían identificado como alguien con la capacidad para, al instalarlo en el liderazgo de Alemania, desarrollar un proyecto que habían elaborado. 

El seleccionado debía tener algo que ellos no tenían, la identificación con las masas del pais, que el entrevistado poseía. Que tuviera la habilidad para seducir a esas multitudes sufridas, que fuera desempleado, sin ingresos, sin dirección. Que tuviera ese enfermizo nacionalismo y lo utilizara con habilidad de su retórica. El entrevistado era Adolfo Hitler a quien habían visto actuar en una reunión política en donde seducía a los participantes y, algo interesante, habia ido a prisión por intentar un golpe de estado contra el gobierno que odiaba.

 Decidían utilizar el sistema Hegeliano de Tesis, Antítesis y Síntesis, enfrentando a la Rusia de Stalin (tesis), con la Alemania de Hitler (antítesis) y con los resultados la síntesis ellos construirían su sueño  la Union Europea. Lo que tenían en mente era la construcción del Cuarto Reich. La consolidacion de algo que ya existía, el Estado Profundo con sus componentes de confusión, diseminación, infiltración, compartimentalización con el objetivo de la destrucción de paises desde su interior. Aprovecharían disturbios en ruta hacia un nuevo paradigma. 

El termino Estado Profundo describía un gobierno que operaria independientemente, pero, en total oposición a las soberanías de las Naciones y sus estructuras presentes. Un gobierno en las sombras operando interna y externamente, apoyado en una serie de agencias ya insertadas por sus socios que ya operaban en lunares incrustados como fuerzas hostiles, con el objetivo de socavar sus repúblicas para ser remplazadas por un Estado Global que ellos controlarían. Y el arranque final seria otra guerra mundial. 

Hitler era elegido Chancelor de Alemania y se iniciaba algo que no habían previsto y que la historia ha callado. Hitler en 1933 ocupaba, no solo el papel de Chancelor, sino también la presidencia en una Alemania destrozada por la primera guerra, con los candados de los acuerdos de Versalles, en medio de la Gran Depresión que abrazaba al mundo entero. Pero, mientras Roosevelt la aprovechaba para hundir más profundamente a EU con su fatal New Deal que era la instalación del socialismo, Hitler seguía una receta no autorizada.

En los siguientes siete años la economía de Alemania emergia, no solo resolviendo sus gravísimos problemas, sino presentando el milagro de una economía creciendo de forma impresionante, creando millones de empleos. El ministro de Economía Hjalmar Schacht  desarrolló una política milagrosa que permitió la construcción de infraestructura. Redujo el deficit del presupuesto y logró controlar la inflacion por medio de un sofisticado sistema de circulación monetaria paralela. Este sistema fue tan exitoso que creó el capital para financiar el rearme. 

Una economía marcada por una sociedad gobierno-empresarios, pero diferente a la clásica, de baja de impuestos, una política de obras públicas y el desarrollo del sector industrial, la economía surgia con un boom que nadie entendía. Para 1938, el desempleo había desaparecido e incluso faltaban trabajadores para cubrir las demandas de la producción.​ Si bien se promovió la anarquía, Alemania no poseía todas las materias primas que requerían su desarrollo socioeconómico, por lo que mantuvo redes de alianzas económicas.   

Con ese milagroso cuadro, que ya preocupaba a los oligarcas pues subestimaron al pupilo, Hitler se sintió suficientemente libre y poderoso para reclamar la devolución de los territorios que le habían robado en Versalles. Territorios que fueran entregados a Bélgica, Checoslovaquia y Polonia. De inmediato recuperaba los de Bélgica y Checoslovaquia, pero se topaba con un problema. Polonia, ya bajo una salvaje tiranía militar, tajantemente se negaría lo que llevaría a Hitler a pedir la intervención de Inglaterra.     

El primer ministro, Chamberlain, acompañaba a Hitler para conferenciar con los militares polacos. Después de incomodas negociaciones aceptaban la devolución y se fijaba un plazo. Hitler pidió hablar en privado con Chamberlain y exponer algo. Le expresó su desconfianza en los militares ante su forzada aceptación. Chamberlain con gran seguridad lo calmaba ofreciendo la garantía del Reino Unido y le entregaran los territorios. Al llegar el plazo Hitler pedía a los militares la devolución. Sin embargo, los tiranos de nuevo se negaran a cumplir y amenazaban con guerra. 

Hitler inmediatamente se dirigía a Chamberlain pidiendo hiciera efectiva la garantía de Inglaterra. Pero, el primer ministro le informaba que no lo podían hacer, renegando de la palabra honor que le había dado. Hitler se dio cuenta lo habían engañado y procedió a la invasión de Polonia. No fue declaración de guerra contra nadie, era solo su acción para lograr lo que no habían cumplido Polonia ni el Reino Unido. Y sucedería lo más insensato de esta situación. Francia e Inglaterra declaraban la guerra contra Alemania, la guerra que quería Churchill. La segunda guerra mundial sería la guerra de Churchill no de Hitler, pero, se iniciaba la demonización de Hitler y la elevación celestial de Churchill. 

Consecuencias de este error, fue el acuerdo de dividir Polonia entre Rusia y Alemania. Pero, Inglaterra y Francia declaraban guerra, no a Rusia que ya ocupaba Polonia, porque Churchill buscaba guerra con Alemania. Hitler no quería guerra con ninguno de los dos ni pretendía invadirlos. El peligro de invasión fue inventado por Churchill para lograr simpatía y el odio hacia Alemania y tratar la involucración de EU. Pero Roosevelt sabía esa guerra destruiría el Imperio Británico, y el dólar heredaría la potente posición de la libra inglesa como la moneda mundial. Roosevelt también se dedicaría a saquear a Inglaterra que, como Francia, no estaban preparadas para una guerra.

De esa forma se iniciaba ese holocausto que, si no destruyó el mundo, si fijó una dolorosa ruta que nos llevó a donde estamos y el triunfo de los mentirosos. Y, como siempre sucede, la gente fue cruelmente engañada.